martes, 30 de julio de 2013

Capítulos 28 y 29.

¿Carlos? ¿Hablar conmigo? Que raro todo.
Yo: Dime.
Carlos: Quería volver a pedirte perdón por aquello que pasó, ya sabes.
Yo: Tranquilo, eso ya está más que enterrado.
Carlos: ¿En serio?
Yo: Sí.
Me sonrió.
Carlos: Y lo otro... es que Dani ha hablado conmigo -oh-. Deberíais de dejarle un poco más de espacio.
¿Espacio? ¿Por que se lo ha dicho a Carlos?
Me quedé callada.
Carlos: Se está agobiando pero claro, no quiere perderte porque te quiere demasiado.
Yo: No lo entiendo...
Dije mi pensamiento en voz alta.
Carlos: Es normal, él no está acostumbrado a las relaciones.
Yo: Ni yo.
Carlos: Pero que esto no te siente mal ni nada, yo solo quería que lo supieras para que no tengáis ni problema, que luego ya sabes. Igual que tú me diste un consejo a mi y yo te lo desagradecí quiero que tu aceptes el mío.
Yo: Vale, lo tendré en cuenta.
Carlos: Pero yo no te he dicho nada, eh -me sonrió-.
Yo: No, no, tranquilo.
¿En serio le estaba agobiando? Pero si no he hecho nada para agobiarle. Ha sido él quién ha querido irse de vacaciones. Bueno vacaciones, hemos estado un día pero bueno. Pero a partir de ahora no le voy a 'agobiar'.
Entraron de nuevo María y Dani y yo me salí para fuera, sinceramente no tenía ganas de estar ahí.
Me fui a la cafetería a por un café, que por cierto están malísimos, y me quedé allí sentada un rato.
¿Pero porque le agobiaba? Me estaba rallando joder, no he hecho nada...
Paso me voy a dar una vuelta. Llamo a Silvia.
CONVERSACIÓN TELEFÓNICA.
Yo: ¿Silvia?
Silvia: ¡Andrea! ¿donde estás?
Yo: En.. en la cafetería, ¿y tú?
Silvia: Estoy saliendo de casa que me voy ya para el hospital. ¿Está todo bien?
Yo: Sí, tranquila. Era que yo me voy, necesito aire, por si vienes y no estoy y eso.
Silvia: Ah, vale, tranquila.
Yo: Pues eso... adiós.
Silvia: ¡Hasta luego!
Colgué.
Voy para la habitación, a despedirme de Carlos. De Dani no, no vaya a ser que le agobie.
Entro y seguían estando los tres: María, Dani y por supuesto, Carlos.
Me arrimo a Carlos.
Yo: Me voy, esta noche vengo a verte, cuida de mi enana -le di un beso en la mejilla-. Adiós.
Salí para la calle. Nadie me perseguía. Que raro. (Nótese la ironía).
¿Y donde voy ahora sola? Me apetece un helado, así que me voy a un centro comercial que hay a unos cinco minutos de allí.
Llego allí y me siento en una cafetería mientras me como un helado de vainilla con lacasitos mientras pienso en porque todo esto me pasa a mi, porque todo me sale siempre mal, ¿que he hecho para merecerme esto?
Yo creo que no he sido mala con nadie (quitando a María pero que no la he tratado mal, simplemente ignoro su existencia) y tampoco hago nada malo, no me merezco esto joder. Se me empiezan a caer las lágrimas y enseguida me pongo las gafas de sol, no quiero que nadie me vea llorar. Miro el helado que está casi entero y me da asco, no quiero comer. Me levanto y lo tiro. Me voy a ver algo de ropa, haber si me despejo un poco la cabeza.
He visto un par de conjuntos que me gustan, me los he probado, me están fatal, dios, todo me queda mal.
Me quiero ir, quiero estar entre sus brazos. No, Andrea, no, que le agobias, te deja y ahí si que vas a acabar como una mierda. Paso por al lado de unas chabalas y se me quedan mirando.
Yo: ¿Qué? ¿Una foto y te dura más?
Chica 1: ¿Eres la novia de Dani, de Auryn?
¿Lo soy? Claro que lo eres tonta.
Yo: Sí.
Chica 1: Solo quieres su fama.
Chica 2: Eres una puta, déjale en paz, él nos pertenece.
Yo: ¿Qué?
Chica 2: Además de puta, tonta.
Yo: No soy nada de eso.
Chica 1: Ya, claro, y por eso estás mirando ropa, que vas a dejar pobre a Dani.
Yo: Yo solo quiero su felicidad.
Chica 1: Y su dinero, y su fama.
Yo: Eso es mentira.
Chica 2: Claro que sí.
Yo: Sois unas putas inmaduras, yo solo quiero que sea feliz, lo siento que no pueda ser con vosotras y me haya preferido a mi -sonreí sarcásticamente-.
Chica 2: Ahora te vamos a decir un par de cosas.
Chica 1: O te alejas de Dani o vamos a tener problemas.
Yo: ¿Que me vais a hacer vosotras? -las miré de arriba a abajo y sonreí-.
Chica 2: No lo quieras saber, y mejor que no me vuelvas a mirar así o tendrás problemas más graves.
Yo: Me he quedado con vuestras caras, voy a estar en todo de los chicos, me voy a asegurar que no entréis a nada más -les sonreí- porque miraros que patéticas. Insultando y 'amenazando' a la novia de uno de vuestros ídolos -reí-. Irónico.
Chica 1: Vamos Nata, déjala, no entres en su juego.
Chica 2: Sí, vamos.
Y se fueron, así sin más.
Yo no quiero su fama y mucho menos su dinero, yo solo quiero su felicidad, pero no soy capaz de dársela, ya lo he comprobado, conmigo no es feliz.
Me tocaron el hombro por detrás y me giré.
Yo: ¿¡Qué?! -dije sin saber quién era-.
Oh, mi rubio. Mi dios.
Dani: ¿Estás bien? -me abrazó y empecé a llorar en sus brazos-.
Me dio un beso en el pelo.















Dani: ¿Qué está mal?
Si tu supieras.
Dani: Andrea, háblame.
Negué con la cabeza. No quería hablar de nada ahora. Solo quiero irme a mi casa, pero mi casa de Alicante y estar allí, tranquila. Desconectada de los insultos y de todo.
Yo: Llévame al hospital, quiero hablar con Silvia.
Asintió con la cabeza y al hospital.
Llegamos. No dijimos nada por el camino. Tenía que decirle tantas cosas, pero ahora no podía.
Subimos a la habitación y ahí seguía María.
Dani se quedó dentro pero yo volví a salir a la sala de espera que había justo al lado.
Estaba sola, como mejor estaba. Pero apareció María y se sentó a mi lado. Yo ni la miré.
María: Mira Andrea, sé -la interrumpí-.
Yo: No quiero hablar contigo ahora.
María: No, me da igual. Me vas a escuchar quieras o no.
Que remedio.
María: Sé que no hemos empezado con buen pie, sinceramente no sé porqué me odias. Bueno, creo que sí que lo sé, yo no quiero a Dani. Bueno en realidad sí -levanté la vista y me quedé mirándola, sonrió- pero no de esa manera, es mi mejor amigo durante mucho tiempo, y ya está.
Si, claro. ¿Y yo te tengo que creer?
María: A mi... a mi me gusta Blas, ¿y sabes? Creo que estamos empezando algo -sonrió tímidamente-.
Al final va a ser verdad... que no le gusta mi Dani.
María: Y déjame darte un consejo.
Bueno, hoy es el día de los consejos o algo.
María: Es un buen tío, no le dejes ir, vale mucho y te quiero más de lo que piensas y ahora no sabe porqué estás así, así que deberías de darle una explicación -se levantó-. Y ya lo sabes, si quieres quedar para hablar, ya sabes, aquí tienes una amiga- sonrió y se fue de nuevo a la habitación-.
Wow, demasiada información para transferir. Pero bueno, ¿no sabe porque estoy así? Quizás si me hubiera dicho que le estaba agobiando y no lo hubiera ido contando por ahí no estaría así.
Salió Silvia y se sentó a mi lado.
Silvia: Ey.
La miré y le sonreí.
Silvia: ¿Estás bien?
Negué con la cabeza.
Silvia: ¿Que te pasa?
Negué con la cabeza.
Silvia: ¿Dani?
Asentí.
Silvia: ¿Que te ha hecho? ¡A que le corto los huevos!
Reí.
Silvia: ¿No vas a hablarme?
Yo: Le ha dicho a Carlos que le estoy agobiando mucho y no sé porqué, si no he hecho nada, voy  donde me dice, hago lo que me dice, yo no le obligo a nada.
Silvia sonrió.
Silvia: Son chicos, hermanita, parece mentira que no lo sepas que se agobian de nada, aunque no les des motivos.
Yo: Vale, pero que no vaya contándolo por ahí.
Silvia: Bah, no seas así, necesitaría consejo.
Yo: Quiero volver a casa... pero a casa de Alicante.
Silvia: No te puedes ir... no me puedes dejar aquí sola.
Yo: Lo siento...
Silvia: Quédate un par de días más, si ves que todo va mal... pues te vas, pero es muy pronto para decidir lo.
Yo: Está bien, dos días máximos.
Silvia: -me abrazó-. Todo se va a solucionar.
Yo: Espero.
Entré a la habitación y ahora estaban Dani, David, Magí y Silvia. ¡Ah, y Carlos! Pero Carlos no se iba a ir, claro.
Mi mirada y la de Dani se cruzaron y enseguida le quité la mirada, pero sé que quería que nuestras miradas se encontraran para decirme algo.
Dani: Bueno, Andrea y yo nos vamos que mañana tenemos un día muy largo.
¿Mañana? No tengo que hacer nada, que yo sepa.
Nos despedimos de todos y fuimos a coger el coche.
Dani: Tenemos que hablar.
Subió al coche con agilidad y yo subí en el lado del copiloto.
Yo: Dime.
Dani: Me ha llamado mi hermana y quiere que vayamos mañana a verla, que tiene que decir algo importante a la familia y así te presento a todos, que van a estar allí.
Yo: ¿Conocer a tu familia?
¡No te entiendo Dani! Te agobio pero sin embargo me quieres presentar a tu familia, vale, todo muy bien, ¿sabes?
Dani: ¿Qué te parece?
Yo: Va, vale.
Dios, conocer a su familia. Qué nervios.

(AVISO PARA DECIR QUE LOS NOMBRES DE LA FAMILIA SERÁN FALSOS, TANTO DE PADRES COMO DE HERMANA, TÍOS Y TODO ESO).

Esto ya es demasiado serio. Qué nervios. A su hermana la había visto por twitter y todo eso, pero dios, conocer a su familia. Que fuerte.
Dani: Quiero llegar pronto, así que a las nueve saldremos de aquí.
Yo: Vale.
Dani: Por cierto, ¿donde quieres que cenemos?
Yo: Lo que quieras.
Dani: ¿Cenamos turco en mi casa? Lo pedimos que lo traigan.
Yo: Vale.
Llegamos a su casa, subimos y llamó ya que eso tardan en que lo traigan.
Me puse cómoda: un pantalón corto de pijama que se me veía un poco los cachetes del culo y una camiseta negra de tirantes.
Dani simplemente se quitó la camiseta.
Pusimos la mesa, cubiertos, servilletas, la comida para beber y todo eso y tocaron a la puerta.
Dani: Voy yo, será el turco.
Fue a la cocina a coger dinero, pero aproveché de que tenía el bolso la lado y cogí yo dinero, 20€ sobrarían.
Fui a la puerta y me abrió un chico de mi edad más o menos. Llevaba el casco en una mano y en la otra
una bolsa, supongo que sería la comida.
Repartidor: Buenas, serán 12'95.
Me entregó la comida y le di el billete. Fui a dejar la comida a la mesa y volví y me estaba esperando con el cambio. Me lo dio pero se me cayeron algunas monedas al suelo.
Repartidor: Lo siento, lo siento.
Y se agachó para recogerlas. Yo también me agaché, no era su culpa, era la mía.
Empezamos a recogerlas y mis manos rozaron con las suyas. Noté como se sonrojó.
Dani: ¡Espera ya voy!
Vino y nos vio recoger las monedas.
Me incorporé enseguida ya con todas las monedas.
Repartidor: Gracias y ¡que aproveche!
Y se fue a la velocidad de un rayo.
Dani: ¿Que estaba pasando?
Yo: Nada, se me han caído todas las monedas y me estaba ayudando a recogerlas.
Fui a guardarme el cambio.
Dani: ¿Por qué pagas? Ya sabes que no me gusta que pagues las cosas.
Yo: Es la primera vez que pago, así que cállate y siéntate a cenar -le dije mientras me sentaba en el sofá a poner la cena en los platos-.
Dani: Le has gustado.
Yo: ¿Qué?
¿A qué se refería? Me he perdido.
Dani: Al repartidor, le has gustado.
Yo: No digas tonterías.
Dani: Que sí, que te lo digo yo.
Yo: Bueno, ¿y qué?
Dani: El primer chico agregado a tu lista de pretendientes, ya verás todos los que aparecerán.
Reí.
Dani: ¿Te parece gracioso? -sonrió-.
Oh, por fin un minuto de risas.
Yo: Sí, eres un celoso.
Dani: No hablemos de celos...
Vale, me cortó el rollo.
Empezamos a cenar mientras veíamos las noticias.


Hemos recogido todo y hemos llamado a los chicos para despedirnos ya que mañana nos vamos pronto. Hemos dejado las maletas preparadas y solo falta meter la bolsita de aseo, pero eso mañana antes de irnos la metemos.
Me recojo un moño, ya que tengo muchísima calor y me meto en la cama. En seguida viene Dani.
Dani: Aún tenemos una conversación pendiente, pero ahora es tarde y mañana madrugamos, ya hablaremos.
Seguro que era por lo de la llamada de María o tenía que ver algo con María, pero me estaba empezando a caer mejor, ya que sé que no le gusta mi Dani, pero si no le gustara lo vería raro, Dani es un chico muy especial, demasiado. Y como me dijo María, 'cuídalo, como él pocos'. Tranquila, lo cuidaré pero bien.



Dani no para de moverme, estoy cansada, quiero seguir durmiendo.
Dani: Venga, Andrea, que vamos a llegar muy tarde, levanta.
Yo: Un rato más... por favor.
Dani: ¡No! Venga, levanta perezosa.
Me levanto.
Yo: ¿Contento?
Dani: Sí, ¿te vas a duchar?
Yo: Sí, ¿y tú?
Menuda pregunta, iba con la toalla enrollada en la cintura y llevaba gotas de agua por los pectorales. Um, que sexy, encima lleva el pelo a lo loco, mojado.
Dani: Deja de contemplar las vistas y tira para dentro -me guiñó un ojo y me dio una cachetada en el culo-.
Cogí la ropa y me metí a la ducha.
Que sueño, me voy a quedar durmiendo aquí dentro.
¿Que hora es? No tengo ni idea, y tampoco sé donde está mi móvil. Ya me encargaré de buscarlo luego, ahora tengo que ducharme porque don mandón, digo Dani, tiene prisa.
Me meto y me ducho enseguida. Salgo de la ducha un poco más despierta.
Me seco y me pongo la ropa interior. He escogido un vestido veraniego, yo creo que para primeras impresiones voy bien.











Salgo de la ducha con todo las cosas de baño y las guardo en la maleta porque no sabemos cuanto tiempo vamos a estar allí. Dani está en la cocina almorzando.
Me siento a su lado y como cereales con leche, al igual que él.
Terminamos y Dani va bajando las maletas al coche. Yo voy en busca de mi móvil. Oigo sonar uno, pero es el de Dani, lo miro. Oh no, es su hermana. ¿Lo cojo? Sí, cógelo, si llama tan pronto es por algo.
CONVERSACIÓN TELEFÓNICA.
Yo: ¿Sí?
Alejandra: ¿Dani?
Yo: Eh.. no, soy Andrea, Dani está subiendo las maletas al coche.
Alejandra: ¡Andrea! Yo soy Alejandra, su hermana, pero puedes llamar Ale.
Yo: Vale, Ale. Pues como te decía Dani ahora no puedo ponerse.
Ale: Solo quería saber a que hora llegabais más o menos.
Yo: Salimos ya, osea que sobre las diez y media o así estamos allí.
Ale: Vale, pues luego nos vemos, ¡adiós guapa!
Colgó.
Que simpática. En twitter parecía simpática y sí, lo es.
Llegó Dani.
Dani: ¿Nos vamos?
Yo: Vale.
Cogí nuestros móviles, que estaban juntos y fui al coche.
Nos subimos y empezamos el viaje.
Dani: Ahora que tenemos tiempo, podemos hablar.
Oh no.



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