lunes, 29 de julio de 2013

Capítulos 26 y 27.

Es que no sé que quiere ahora. Esta tía me cae fatal y ni la conozco. No soy de juzgar a las personas de primer momento, porque para saber si te cae bien o mal o juzgar antes hay que conocer. Como dice ese dicho 'no juzgues a un libro por su portada'. Pero no, a esta chabala le había hecho la cruz.
Cogí el móvil. Mire de nuevo la pantalla. María. Pues no, no te lo voy a coger. Le colgué. Volvió a llamar en seguida. Que pesada.
CONVERSACIÓN TELEFÓNICA.
Yo: ¿Sí?
María: ¿Dani?
Yo: No, Dani no está ahora. Y más vale que le dejes tranquilo, estamos descansando. Adiós.
Colgué.
Vino Dani y enseguida dejé el móvil donde estaba.
Dani: Pensaba que ya no venías -me sonrió-.
Yo: Me he despistado, no sabía donde estaba la maleta.
Dani: En el armario tonta.
Yo: Anda es verdad -le sonreí y fui al armario-.
Vale, era una excusa mala, pero fue lo único que se me ocurrió en ese momento.
Fui y cogí la ropa interior. Me sequé por encima y me la puse. Fui al aseo y dejé la toalla, volví a la maleta y cogí la ropa que me iba a poner. Me puse un short y una camiseta por encima del ombligo que ponía 'Forever young together'.
Fui al aseo y Dani también estaba vestido. Llevaba un pantalón por debajo de la rodilla color marrón clarito y una camiseta de manga corta blanca lisa. Que sexy. Me planché el pelo y recogimos el aseo.
Salimos afuera, cogí el bolso y dejamos la habitación para ir al comedor a desayunar.
Entramos y nos sentamos en un mesa. Era bufé libre. Yo me cogí unas tostadas con tomate y bacon y Dani bacon con tortitas. De beber yo zumo de naranja y él agua.
Almorzamos deprisa porque queríamos ir a ver Mallorca.
Salimos y dimos la tarjeta de la habitación, hicieron algo y fuimos para afuera.
Fuimos al puerto y había un bar con unas terrazas.
Nos sentamos a tomarnos un mojito.
Dani: ¿Sabes si alguien me ha llamado? Es que estoy esperando una llamada importante.
Oh no Andrea, te han pillado. Confiesa.
Yo: No.
¿Importante? Uh.
Yo: ¿Quién tendría que llamar?
Dani: No, nadie. ¿Y a ti te han llamado?
Ostras, es verdad. Tenía el móvil en silencio y no lo he mirado.
Saqué el móvil: 17 llamadas perdidas. Dios, que exageración.
Haber 7 de Silvia, 2 de Blas, 2 de Álvaro y 6 de David.
Yo: Madre mía, tengo muchísimas de Silvia y de los chicos.
Dani sacó su móvil.
Dani: Ostras, yo también. ¿Que habrá pasado?
Yo: No lo sé, pero debe de ser importante.
Llamé a Silvia.
Yo: ¿Silvia?
Silvia: ¡Andrea!
Yo: ¿Que pasa? He visto ahora las llamadas.
Silvia: Es Carlos. Anoche estuvo fatal y ahora en dos horas lo meten a quirófano. Y quería que estuvierais aquí cuando despetara.
Yo: ¿Pero está bien?
Silvia: Andrea... no lo sé -empezó a llorar-. Yo solo estoy muy preocupada.
Yo: Eh, tranquila. Voy a hablar con Dani haber que hacemos. Te mantengo informada.
Silvia: Vale.
Colgué.
Yo: Carlos anoche empeoró y en dos horas lo meten en quirófano. Quiere que estemos allí cuando despierte.
Dani: Vámonos ya para allá.
Yo: Sí, vamos.
Nos terminamos los mojitos de un trago y nos fuimos para el hotel a recoger todo.
Llegamos en seguida y guardamos toda la ropa.
Fuimos al aeropuerto y sacamos el primer billete que iba para Madrid. Salía en 45 minutos.
Empaquetamos las maletas y nos sentamos allí, a esperar a que nos llamaran.
Yo: Dani... estoy muy preocupada.
Dani: Tranquila, él es fuerte.
Yo: Ya, pero aveces los más fuertes fallan.
Dani: Me prometió que iba a estar bien y siempre cumple sus promesas.
Yo: Eso espero...
Dani: Ven tonta.
Me subió a su regazo.
Dani: Todo va a estar bien... tranquila.
Me besó en la mejilla.
Estaba muy preocupada por Carlos y sé que Dani también, pero sé que esconde sus sentimientos. Él es así. Pero le noto la preocupación. Y es normal, uno de sus mejores amigos estaba mal. Y mi ídolo. Dios, no. Carlos va a estar bien, como dice Dani, él es muy fuerte.
Nos quedamos allí sin decir nada, sentamos esperando a que llegara nuestro vuelo.


Estamos en Madrid. Me he quedado durmiendo en el vuelo. Estamos camino al hospital con el coche de Dani y todas las maletas detrás.
Llegamos enseguida y a Carlos ya lo habían metido a quirófano.
Saludamos a todos y nos sentamos en la sala de espera...
Estábamos todos menos Magí.
Yo: ¿Donde está Magí?
Álvaro: Ha ido a solucionar unos problemas de lo del accidente. Ya se sabe algo.
Yo: ¿Y?
David: En venir lo explicará él.
Yo: Vale.
Nos quedamos de nuevo en silencio viendo pasar a la gente.
Después de una media hora o así, que en realidad parecía que habían pasados como dos horas, vino Magí.
Magí: Malas noticias chicos.
Blas: ¿Que pasa?
Magí: Lo del accidente, alguien está iendo a por vosotros.
Yo: ¿Qué?
Magí: No sé nada más, pero me han dicho que a partir de ahora vais a tener que llevar seguridad si no queréis que os pase nada, alguien quiere veros bajo tierra.
Dani: ¡Esto es una locura! ¿Seguridad? ¡¿Estamos locos o qué?!
Magí: Dani, tranquilízate, sé lo mismo que vosotros, cada uno de nosotros, incluidos las chicas y yo vamos a tener a alguien detrás, no necesariamente pegado a nosotros, pero os va a vigilar y va a ver que pasa a vuestro alrededor.
Dani: Esto es excesivo.
Álvaro: Por mi bien, no quiero sufrir ningún daño... pero todo me parece raro. ¿A nosotros muertos? ¿Por qué?
Magí: No lo sabemos.
Blas: ¿Tal vez envidia?
David: Esto nunca había pasado, no me lo puedo creer.
Magí: Lo sé chicos, todo esto es demasiado excesivo, pero hasta que tengamos nuevas pistas esto va a tener que ser así, ¿o queréis estar alguno de vosotros en quirófano como está Carlos?
Todos se quedaron en silencio. En verdad tenia razón, pero ¿seguridad detrás de nosotros? No sé si voy a poder.
Dani: Todo por la seguridad de Andrea.
Yo: Y la tuya.
Dani: Mientras que tú estés a salvo me sobra.
Suspiré.
Dani: No voy a dejar que nadie te haga daño.
Nos quedamos de nuevo sentados, en silencio, cada uno perdido en sus pensamientos.
Doctor: ¡Familiares de Carlos !
Y antes de que pudiera terminar estábamos todos de pies impacientes.
Doctor: Vale, veo que son muchos -sonrió para quitarle tensión al asunto-. La operación ha salido perfecta, y ahora va a estar en observación 24, 48 horas como mucho, y si todo va bien en un par de días podría irse a casa.
Todos suspiramos. Bien, por fin algo bueno.
Silvia: ¿Podemos verle?
Doctor: Sí, pero les aconsejamos que no le agobien mucho, necesita descansar.
Silvia: Vale.
Silvia se giró y nos miró. Bueno, es casi la hora de comer, iros a descansar y esta tarde o noche venís, ahora me quedo yo con él.
Blas: Tienes que descansar tú también.
Silvia: Estoy bien, no os preocupéis por mi.
Álvaro: Vale, nos vamos. Esta tarde estamos aquí.
Nos despedimos de ella y cada uno nos fuimos a descansar. Dani y yo fuimos a su casa.
Entramos y enseguida nos tumbamos en la cama.
Dani: Descansa. Estarás agotada.
Yo: Vale, pero con una condición.
Se quedó callado esperando a que le dijera algo.
Yo: Que te tumbes conmigo.
Dani: Está bien.
Se tumbó a mi lado y poco a poco caí en sueños procesando toda la información que acaba de recibir.
Me giré notando en falta a alguien y así era, Dani no estaba a mi lado, ¿donde estaría? Me senté en la cama y oí que estaba hablando con alguien, por teléfono supongo.
Dani: Sí,..., pues no, no he recibido nada, no, y tampoco me ha dicho nada. ¿Que quieres que haga María?... ¿Que era urgente?.... ¿Lo has solucionado?... ¿entonces para qué me necesitabas?..... Vale, pues lo siento, ¿que quieres que te diga?,.... hablaré con ella haber porque lo ha hecho, pero te aseguro que me va a negar todo,..., ya, lo sé,...., ¡te he dicho que voy a hablar con ella! ...., vale, ya nos vemos. Adiós.
Venía de nuevo a la cama. Oh no. Hazte la dormida.
Me volví a tumbar y me cerré los ojos como si estuviera durmiendo.
Dani se sentó en el borde de la cama y noté como miraba a pesar de tener los ojos cerrados. Es como que notas que te observan.
Dani: ¿Que voy a hacer contigo? Me estás volviendo loco.
¿Que quería decir con eso? ¡Tú si que me vuelves loca a mi! Que yo no tengo 'mejores amigas' que oculto. En mi caso, mejores amigos.
Se volvió a tumbar y me pasó el brazo por la cintura y volví a caer en sueños segura en sus brazos.


Abro los ojos, hace calor. Miro el reloj. Las 17: 23. Tenemos que ir a ver a Carlos.
Dani sigue durmiendo.
Yo: Dani... -le susurré-. Dani...
Se giró y siguió durmiendo.
Yo: ¡Dani!
Se despertó bruscamente.
Dani: ¿Que está mal?
Yo: Tenemos que ir a ver a Carlos.
Dani: Un ratito más...
Yo: No, venga, que luego se nos hace muy tarde.
Dani: Vale mamá, ya voy -sonrío y se levantó-.
Volvimos a coger las cosas y fuimos otra vez al hospital. Que poco me gustan los hospitales. Me recuerdan cuando me ingresaron cuando tuve anorexia y bulimia.

Yo: ¡Que estoy bien joder, dejadme en paz!
Enfermera: Andrea, no lo estás, tenemos que ingresarte. 
Yo: Que no. Díselo Silvia, diles que estoy bien.
Silvia: Andrea... es por tu bien.
Yo: No serás capaz de dejarme aquí, en este puto hospital. Eres mi hermana.
Silvia: Es por tu bien...
Enfermera: Vamos a tu habitación.
Yo: ¡Que no joder, que estoy bien!
Me han cogido entre dos y me han llevado a una habitación sola, asilada de todo el mundo y me han encerrado allí.
Yo: No... estoy bien... sacadme de aquí... por favor.
Pero todo era inútil, nadie me oía.

Dani: Andrea, vuelve a Tierra.
Yo: Sí, sí.
Dani: ¿Estás bien?
Yo: Sí, tranquilo.

Enfermera: ¡Suelta ese cristal! Vas a conseguir cortarte por favor, suéltalo Andrea.
Cortarme, eso es lo que quería. ¿Para que seguir aquí? Estoy en un puto hospital aislada de todo el mundo. Mi hermana me ha traicionado y me ha dejado aquí tirada, al igual que mis padres, según ellos por mi bien. Me siento sola, mis amigas no han venido a verme, mi novio, Marcos, tampoco a venido a verme. Necesito a alguien pero no hay nadie... ¿para que seguir aquí? Mejor desaparecer y le quito todos los problemas a mis padres. Que eso es lo que soy un problema.
Enfermera: Por favor, dame ese cristal.
Yo: No -dije entre sollozos-. Deseo morir... ¿para que seguir aquí?
Enfermera: Alguien ha venido a verte... si sueltas el cristal te lo enseñaré.
Se arrimó a mi.
Yo: ¡No! No te arrimes a mi.
Seguía arrimándose.
Me corté un poco cosa que hizo que goteara toda la sangre.
La enfermera retrocedió y oí una voz conocida. Levanté la vista y ahí estaba.
Marcos: Andrea... suelta el cristal.
Yo: Tú... tú me has dejado aquí abandonada.
Marcos: No Andrea, eso es mentira. He venido a verte, todos los días preguntaba por ti.
Yo: ¿Y de que sirve eso si yo no te veo? Te necesitaba y no has estado aquí, ni tu ni nadie... estoy sola.
Marcos: Suelta el cristal y hablamos.
Yo: ¿Me lo prometes?
Marcos: Sí, pero suéltalo por favor.
Solté el cristal y me agarraron dos enfermeras y me llevaban lejos de la única persona que había venido a visitarme.
Yo: ¡No! ¡Marcos, me lo prometiste, me prometiste que hablaríamos! 
Y cada vez lo veía más pequeño.

Dani me acarició la rodilla. Me sacó de todos mis pensamientos. Lo pasé muy mal. Hasta que después de un año y medio logré recuperarme.
Dani: Ya hemos llegado.
Bajamos del coche y subimos a la habitación que nos habían dicho.
Entramos a la habitación y solo había una chica. Oh no.
Se le arrimó a Dani y le abrazó.
¿Em... hola? Suelta a mi novio puta, ¿quién te crees para abrazarle así?
Dani me cogió de la mano.
Dani: Andrea, estás es María.
Yo: Oh, la famosa María -dije sarcásticamente-.
Se me arrimó a darme dos besos y simplemente le di la mano.
Yo: Encantada -dije irónicamente-.
Dani me comió con la mirada, pero me importaba una mierda. No soy una falsa y le voy a sonreír a la cara y luego a las espaldas ponerla verde. Si no me caes bien, se nota.
Pero era guapa la jodida. Alta, morena, cuerpo diez, cara perfecta. No me extraña que sea amiga de Dani.
Pase de ella y me fui a hablar con Carlos.
Yo: Carlos -le abracé con cuidado para no hacerle daño-. ¿Cómo vas?
Carlos: Andrea, por fin te veo -me sonrió-. Pues... como se puede -rió-.
Yo: ¿Y Silvia?
Carlos: Le he dicho que se fuera a descansar un rato, necesitaba que descansara y verla bien, no podía verla ahí super cansada en la mierda's estás de sofás.
Yo: La verdad es que sí, ha estado contigo todo el tiempo, no se ha separado ni un minuto.
Carlos: Es la mejor.
Yo: Sí, lo es -le sonreí-.
Dani: ¡Ahora venimos!
Y coge y se va con María. ¿Em hola? ¿Que haces tío? La estás cagando. Sabes que soy super celosa y coges y te vas con ella. Vale, flipo.
Carlos: No estés celosa, es solo una amiga.
Yo: Si ya...
Carlos: Tenemos que hablar tú y yo sobre una cosa.
Yo: Dime.

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