lunes, 8 de julio de 2013

Capítulo 19: "El inicio de todo".

NARRA SILVIA.
Nos sentamos en el sofá a comernos los gofres pero Carlos me puso chocolate en la nariz.
Yo: ¡Serás!
Carlos: ¿Seré qué? -me dijo con una sonrisa desafiándome-.
Yo: Mejor que no lo sepas.
Carlos: Estoy asustadísimo, voy a llorar -dijo con ironía-.
Le miré mal porque me estaba dejando fatal, pero dos pueden jugar a este juego.
Me levanté y me fui a la cocina a limpiarme, pero tengo una idea.
Me quedé tumbada en el suelo, en plan que me había dado algo. Vale, no está bien, pero que se jodiera, me estaba vacilando. Me reí yo sola.
Carlos: ¡Silvia! ¿Estás bien? -oí que me decía desde el comedor-.
No le contesté.
Noté que venía para la cocina así que cerré los ojos e intenté reprimir mi sonrisa.
Carlos: ¡Oh dios mío! ¡Silvia! ¿¡Estás bien!?
Empezó a moverme.
Carlos: Dios mío, voy a llamar a una ambulancia.
Se fue a por el móvil y aproveché para levantarme y esconderme en un sitio de la cocina donde no podía verme.
Carlos estaba hablando por teléfono.
Carlos: Sí, exactamente...., mandadme una ambulancia a.. -vio que no estaba donde antes-. Vale, no, falsa alarma, ya está bien,..., sí, gracias por su atención.
Colgó.
Se puso a mirar al lado contrario donde yo estaba y aproveché y le di un susto.
Chilló tan fuerte que lo deberían de haber oído hasta en china.
Le miré y me puse a reír.
Carlos: No es gracioso.
Yo: Sí que lo es.
Carlos: Me has asustado, de verdad.
Me encogí de hombros y fui al sofá. Aún estaba 'enfadada'.
Y me puse a ver la tele.
Carlos: ¿En serio aún estás enfadada?
No le contesté.
Carlos: Vamos, no te enfades.
Y me empezó a acariciar la barriga. Me estaba poniendo muy nerviosa.
Le di un beso en la mejilla para que supiera que no estaba enfadada.
Me tumbé y él se tumbó por detrás de mi y me abrazó.
Empezó a acariciarme la espalda. Subía su mano desde mis riñones hasta mi nuca cosa que hiciera que me entraran escalofríos.
Carlos: ¿Tienes frío? Tengo una manera muy útil de quitártelo.
¿WHAT? Mi Carlos se ha revolucionado.
Yo también quería, pero no ahora, es muy pronto.
Vimos una película y ya era tarde. Bostecé.
Carlos: ¿Estás cansada?
Yo: Sí.
Carlos: ¿Nos vamos a dormir?
Asentí con la cabeza.
Me iba a levantar pero me cogió como una princesa. Yo me agarré a su cuello y puse mi cabeza en su pecho mientras me subía arriba. Olí su olor, dios, olía también, olía a Carlos, me encantaba su olor.
Me dejó en la cama y se iba a ir.
Yo: ¿A donde vas?
Carlos: A mi casa, es tarde.
Yo: Quédate, por favor.
Carlos: ¿Estás segura?
Yo: Sí, por favor, quédate.
Carlos: Vale.
Se quitó toda la ropa y se quedó en calzoncillos.
Carlos: No te importa, ¿verdad? Es que hace mucha calor.
Yo: No, tranquilo -le sonreí-.
Yo me quité la camiseta que llevaba y me puse la camiseta del pijama, ya que llevaba puesto el pantalón.
Me tumbé en la cama y Carlos se quedó sentado en el borde la cama.
Yo: ¿A qué esperas? -le sonreí-.
Se tumbó a mi lado y ambos nos pusimos con el móvil.
Yo: ¿Dónde estás?
Carlos: Twitter, Insta y eso, ¿y tú?
Yo: Igual.
Carlos: Mira lo que me acaba de llegar.
Me enseñó el mensaje y era un tweet:
-Me parece genial que estés con una persona que te hace feliz, pero que sepas que solo está contigo por el dinero. Yo te advierto.
Yo: Que asco de personas de verdad.
Carlos: Vamos a mandarles una foto.
Nos hicimos una foto:

Título: A toda esa gente que insulta a Silvia, o quiere joderme diciéndome cosas que no son, les dedicamos esto. Yo sé la verdad y sé que no está ni por mi dinero ni nada y sí, me hace muy feliz, me hace sentirme querido y la quiero, mucho, así que ahorraros esos comentarios con insultos porque lo que hacen es cagarla y a mi me dan igual, igual que a Silvia, no nos afectan para nada. Y mis verdaderas auryners la respetarían.
Os quiero Auryners.
Carlos.





Cuando vi la foto y ese título le abracé.
Yo: Gracias.
Carlos: ¿Por qué?
Yo: Por todo, por dar la cara por mi.
Carlos: Es lo mínimo que puedo hacer por mi chica -me sonrió-.
Me tumbé y apoyé la cabeza en su pecho.
Yo: Tú chica... me gusta como suena eso.
Carlos me dio un beso.
Empecé a hacerle dibujos imaginarios con el dedo en su pecho y barriga mientras que poco a poco iba entrando en mi sueño.
De momento abrí los ojos. Me asusté. Miré a mi lado y Carlos seguía durmiendo. Pensaba que se había marchado. Que todo era un sueño, menos mal que no.
Me quedé mirándole... me podía pasar horas contemplándole. Es tan guapo. Me fijé en cada detalle suyo.
Ahora que está dormido voy a aprovechar.
Hice una foto y la subí:
Título: Ahora @CarlosAuryn sigue durmiendo, pero quería darle las gracias por todo, por dar la cara por mi, por estar a mi lado, por hacerme sonreír día a día. Yo también te quiero, y mucho. No sé que haría sin ti... y que sepas que ni nada ni nadie no vas a separar y en cuanto a la distancia... yo a la distancia me la como.
Te quiero.
Silvia.
















NARRA ANDREA.
Dani: Aquí es.
Me giré y no podía ser. ¿Este sitio? Dios. Era increíble. Era una cafetería donde la primera vez que tomamos un café juntos. Bueno, un café... más bien almorzamos después de una resaca.

Dios, me siento mareada, creo que he bebido demasiado, no debería de haber bebido tanto... yo nunca bebo, solo es mi cumpleaños y estoy con mis amigas en Madrid, pero ahora estoy sola y tengo ganas de vomitar, ¿donde se han metido todas?
Salí a fuera de la discoteca ya que me dolía la cabeza de beber, de la música tan alta y de las luces parpadeantes.
Me senté en el bordillo de la discoteca.
¿Qué hora es? Sacó mi móvil y me cuesta ver la hora, pero puedo ver que son las 7 de la mañana.
Dios, mañana no me voy a levantar.
Llamé a todas mis amigas y no me lo cogió ninguna, con la música no lo oirían.
Volví para dentro a ver si las veías y un rubio con ojos azules me paró.
No le veía bien la cara de como iba.
Yo: ¿Qué quieres? ¿Te conozco? -le dije como pude, me costaba hablar, tenía la boca muy seca, necesito agua-.
Rubio: Soy Dani, Andrea. ¿No te acuerdas de mi?
¿Dani? ¿Que Dani? Me acordaba de mi nombre porqué me lo acaba de recordar el chico este... como me ha dicho que se llamaba... ¡Dani! Si es verdad, Dani.
Yo: Verás amigo Dani... voy un poco mal -empecé a reírme, me entró la risa-. Y como comprenderás no me acuerdo de nada y estoy buscando a mis amigas.
Dani: Andrea, te estás pasando, tus padres te van a matar.
Yo: Es mi cumpleaños, mis padres no están. ¿Donde están mis amigas? -reí-. ¿Las has visto? ¡No me mientas! 
Dani: Wow, relájate.
Llevaba una bebida en la mano.
Yo: ¿A que me das tu copa?
Dani: Andrea, no, has bebido demasiado. Necesitas aire limpio. Esperate que busque a David y nos vamos tu y yo a comer algo.
Yo: ¡Que no! ¿Dónde están mis amigas? -dije chillando-.
Dani vio a un moreno, supongo que era David y le habló, los dos me miraron y David me sonrió negando con la cabeza.
Dani vino donde estaba yo.
Dani: Ahora nos vamos.
Yo: ¿Y mis amigas?
Dani: David se encarga, tranquila. Ahora vámonos antes de que te pase algo peor.
Me cogió de la mano y salimos afuera.
Nos sentamos en un banco un poco alejado de allí para que yo dejara de oír la música.
Me entró una arcada.
Dani se levantó y me cogió el pelo.
Y vomité, que asco dios. No podía parar de vomitar.
Dani sacó un pañuelo y me lo dio para que me limpiara la boca. Me la limpié y tiré el pañuelo.
Me tumbó en el banco y me dio aire.
Dani: ¿Has comido algo?
Negué con la cabeza.
Dani: Andrea, antes de beber tienes que comer algo, porque aunque bebas poco te pasa esto.
Me levantó la cabeza y se sentó en el banco y ahora mi cabeza estaba en su regazo.
Cerré los ojos por un instante.

Los abrí. ¿Donde estaba? Miré hacia arriba y vi a Dani.
Me levanté un poco y Dani estaba mirando a la nada.
Pero espera... ¿QUE HACÍA CON MI ÍDOLO TUMBADA EN UN BANCO? Dani y yo ya nos conocíamos bastante, tantos conciertos, tantas firmas.
Me levanté un poco y me dolía muchísimo la cabeza, dios. ¿Que ha pasado?
Dani me miró y me sonrió.
Yo: ¿Que... ha pasado? -dije un poco tímida-.
Dani: ¿No te acuerdas de nada?
Yo: -negué con la cabeza-. ¿Que hora es?
Dani: Las ocho de la mañana.
Yo: ¿Y que hago aquí? ¿Contigo?
Dani: Por fin me reconoces... ahora vamos a comer algo antes de que te vuelva a pasar algo.
No entendía nada.
Fuimos a un restaurante el cual estaba abierto las 24 horas del día.
Entramos y nos sentamos en una mesa.
Para almorzar habían hamburguesas.
Dani: ¿Que vas a querer?
Yo: Me da igual, lo que tu quieras... ¿pero hamburguesas ahora?
Dani: Te vendrá bien.
Vino la camarera y Dani pidió.
Al rato nos trajeron dos hamburguesas normales y dos aguas.
Yo: Bueno... cuéntame que ha pasado.
Empezamos a comer mientras me contaba todo.
Terminamos de comer y terminó de contarme TO-DO.
Yo: Dios, que vergüenza... lo siento Dani, no te tendría que haber jodido la noche.
Dani: Tranquila, me iba a ir ya.
Yo: Perdona lo del vómito... que asco.
Dani: Tranquila -me sonrío-.
Nos levantamos y Dani pagó ya que insistió en invitarme y me llevó a mi casa.

Dani: Es bonito volver al sitio donde todo empezó.
Yo: Al menos ahora no estoy borracha -sonreí-. Pero sí, un bonito recuerdo.
Dani: La verdad es que sí -rió-. Desde esa noche supe que te quería.
Wow, menuda confesión.
Le besé en la mejilla.
Entramos al restaurante, nos sentamos en una mesa, pero lo que no esperábamos era que..






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