miércoles, 24 de julio de 2013

Capítulo 24.

NARRA ANDREA.
Yo: Carlos... ¿que te ha pasado?
Me miró.
Carlos: Mejor sentaros y os explico a todos.
Nos sentamos por donde pudimos y nos explicó todo.
Estaban yendo a un centro comercial de por ahí y un coche no paraba de seguirlos e intentaron despistarles y funcionó, pensaron que el coche no les perseguía, solo era casualidad, cuando de repente aparece detrás de ellos y les embiste. No llegaron a ver quién era, pero Magí está intentando solucionar todo.
Yo: ¿Y creéis que lo han hecho aposta?
Todo sonaba a que iban a por ellos.
Blas: No lo sabemos, pero todo es muy raro.
Silvia: Si os hubiera pasado algo...
Carlos: Por suerte estamos bien.
Silvia: ¿Bien? ¿Te has visto?
Carlos intentaba sacar lo mejor de cada situación, pero Silvia tenía razón, Carlos estaba muy mal, sin embargo conseguía sonreír y hacer como si no pasara nada
Carlos: No es para tanto.
Silvia empezó a llorar.
Silvia: ¿Que no es para tanto? Mírate joder, ¡estás en un puto hospital!
Silvia se fue.
Se habrá ido a fuera, necesitaría aire y en estas situaciones es mejor que esté sola, sin que nadie la agobie.
Dani: Pero tío, ¿que tienes?
Carlos levantó la sábana y Dani se quedó pálido.
Tenía todo la barriga cubierta por un venda, y había un poco de sangre.
Carlos: Me he perforado el estómago.
Yo: ¿Qué?
Carlos: Estaba buscando en la guantera unas gafas de sol que siempre llevo ahí y al estar abierta, cuando nos dieron, me la hinqué y de la presión me ha perforado, me tienen que hacer una operación.
Yo: ¿Cuando?
Carlos: No lo sé, pero lo más pronto posible.
Yo: ¿Lo sabe Silvia?
Carlos: No sabe nada.
Yo: Es mejor que lo sepa por ti antes de que se entere por otras personas.
Carlos: No la quiero preocupar.
Yo: Carlos, ¿no te das cuenta de que tendría que estar preocupada? No te quieres dar cuenta de la situación, pero es todo muy peligroso.
Carlos: ¡Que no quiero, joder!
Dani: Eh tranquilo, ella solo está diciéndote lo mejor que podrías hacer.
Carlos: Pero es que nadie le ha pedido su puta opinión.
¿Qué? Encima que intento ayudarle ¿y me lo paga así? Mira paso.
Yo: Mira, solo quiero lo mejor para vosotros, solo te estaba ayudando.
Carlos: Nadie te ha pedido tu ayuda.
Yo: Vale, cuando tengas un problema con ella a mi no me llames.
Carlos: No lo haré.
¿Hola? ¿De qué va tratándome así? No le he hecho NADA para que me hable así. Le intento ayudar porque se nota que entre él y Silvia las cosas no van bien. Pero él sabrá.
Yo: Dani, me voy. Llámame luego.
Y me fui para afuera. Estaba Silvia sentada en las sillas. Allí sola, mirando al infinito.
Yo: Dile al capullo de tu novio que baje los pones, y échale un polvo haber si se le pasa esa mala ostia.
¿De verdad había dicho eso? Silvia no tenía la culpa de nada, ella estaba destrozada. Mierda, no debería de haberlo pagado con ella. Pero ahora me da igual, me quiero ir de aquí.
Dani: ¡Andrea! ¡Espérame!
Me giré y venía detrás de mi
Yo: ¿¡Qué?!
Dani: Ignóralo, está así porque le has dicho la verdad y está muy jodido, no quería decir nada de eso.
Yo: No pinto nada aquí.
Dani: Sí.
Yo: No.
Dani: Eres la hermana de su novia y la novia de uno de sus hermanos, así que sí que pintas.
Me quedé mirándole.
Yo: Vámonos, por favor, no quiero estar más aquí.
Dani: Vale, espera.
Me fui fuera, necesitaba aire.
Salió Dani.
Dani: Vamos.
Me cogió de la mano y nos fuimos.
Yo: Por cierto, que nos han interrumpido, ¿que sorpresa era?
Dani: Mejor vamos a mi casa.
Volvimos a su casa y las fresas seguían ahí.
Las vi y me reí. Dani hizo lo mismo. Sin embargo no tenía ganas de nada, lo siento por él.
Dani: Ven -me cogió la mano y nos sentamos en el sofá-. Pues haber... como estoy de vacaciones he pensado en que nos podíamos ir a Mallorca unos días.
Yo: ¿En serio?
Dani: Sí, solos. Tu y yo.
Wow, sonaba bien.
Yo: Vale -le sonreí-.
Dani: ¿En serio?
Yo: Claro, ¿por qué no? Pero con una condición.
Dani: Dime.
Yo: Me tengo que pagar yo todo, estoy arta de que me pagues las cosas.
Dani: Error.
Yo: ¿Error?
Dani: Ya están los billetes de avión y todo.
Yo: No pasa nada, me dices lo que te han costado y te lo pago.
Dani: Em.. no.
Yo: ¿Por qué?
Dani: Andrea, te lo pago porque puedo, el día que no pueda dejaré que te lo pagues, pero ahora puedo.
Yo: Joer, vale.
Me besó en la mejilla.
Yo: Por cierto, ¿cuando salimos?
Dani: Ésta noche.
Yo: ¿Qué?
Dani: Y estamos allí hasta cuando queramos, un día, dos, tres, cuatro, los que queramos, ya sacaremos el billete luego.
Yo: Pero si mi ropa está la mayoría en Alicante.
Dani: No pasa nada, vamos a tu casa y salimos del aeropuerto de allí.
Yo: ¿En serio?
Dani: ¡Sí! -me sonrió-.
Me puse de pie y le abracé. Le pasé los brazos por el cuello y me subió. Dimos una vuelta por el aire.
Yo: Gracias -le di un beso suave-.
Dani: Así que vamos a tu casa y salimos para Alicante.
Yo: Pero...¿que pasa con Carlos?
Dani: He hablado con él y me ha dicho que nos vayamos, que no nos preocupemos por él, pero le he dicho a los demás que si pasara cualquier cosa que me avisaran.
Yo: Que bien tío -le sonreí-.
Ahora estaba super feliz, iba a pasar no sé cuantos días sola con Dani, dios. Siempre ha sido mi sueño. Bueno, mi sueño era estar con él, demostrarle todo lo que significa para mi, desde el primer momento me ha ayudado, con la música, a salir de los problemas, me ha ayudado más de lo que él se piensa.
Dani: Pues vamos a tu casa a por las cosas.
Yo: Vale.
Fuimos a mi casa y cogí toda la ropa, cogimos el coche para ir de nuevo a su casa y cogimos su ropa y fuimos al hospital a despedirnos.
               __________________________________

Estamos apunto de despegar, estoy nerviosa. Le tengo pánico a los aviones. El médico a ido a visitar a Carlos me llamó cuando llegué a Alicante y me pidió perdón, dijo que estaba muy alterado, que lo sentía.
Tenemos todas las cosas, estamos en la puerta de embarque esperando a nuestro vuelo.
Se nos arriman unas chicas.
Chica 1: Hola Dani, ¿te haces una foto con nosotras?
Dani: ¡Claro guapa!
Nunca me voy a acostumbrar a esto de que mi chico tenga a tantas chicas detrás, pero me tocará hacerlo, no tengo otra.
Chica 2: ¿Y conmigo?
Dani: Por supuesto -le sonrió-.
Se la hicieron.
Chica 1: ¿Os puedo hacer una foto a los dos?
Yo: ¿Qué?
Osea no, no estoy acostumbrada a que me pidan fotos, y no quiero, no soy nadie famosa.
Dani: Claro -le sonrió-.
Me cogió y nos hicieron la foto.
Dani: ¿Me la enseñáis?
Chica 1: Sí, mira -le sonrió y se la enseñó-.
Dani: Mira, salimos bien, ¿no?
La vi. Estaba bien.
Yo: Sí -sonreí-.
Saqué mi móvil.
Yo: Chicas, ¿cómo os llamáis?
Chica 1: Yo Laura y ella Alba.
Yo: Decidme vuestros twitters que os sigo -les sonreí-.
Laura: ¿En serio?
Yo: Claro, ¿por qué no?
Me dieron sus twitters y las seguí al instante.
¿Por qué no las iba a seguir? Son auryners, como yo.
Las seguí y se despidieron de nosotros y se fueron.
Pasa el tiempo y nuestro vuelo no lo anuncian.
Estoy cansada. Me apoyo en Dani y descanso un poco.
Dani: Andrea.
Yo: Sí.
Dani: Mira que foto nos han hecho Laura y Alba.
Me la enseñó:
















La foto estaba en un tweet: 'Nos acabamos de encontrar con @AndreaVarea_ y @DaniAuryn, son más románticos y más monos, gracias chicos +foto'.
Yo: Que majas.
Dani: Sí, la verdad es que sí.
VOZ: LOS PASAJEROS DEL VUELO DESTINO MALLORCA QUE VAYAN A LA PUERTA DE EMBARQUE, SU VUELO DESPEGARÁ EN VEINTE MINUTOS. SENTIMOS EL RETRASO.
Me puse de pie.
Yo: ¡Bien! ¡Por fin!
Dani se rió.
Yo: ¿Qué?
Dani: Tú.
Yo: ¿Yo qué?
Dani: Eres más impaciente.
Yo: Anda vamos.
Se levantó y subimos para el avión, yo estaba al lado de la ventana y Dani a mi lado.
Yo: Dani.
Dani: Dime.
Yo: Me dan miedo los aviones, no quiero seguir, me quiero bajar.
Dani: ¿Por qué?
Yo: ¿Y si se cae o algo? Les tengo pánico.
Dani: -me cogió la cara- No va a pasar nada, tranquila.
Me cogió la mano.
Esperamos unos veinte minutos y cerraron las puertas.
Azafata: Por favor, pónganse los cinturones, vamos a despegar.
Dani me puso el cinturón y se lo puso a él.
No, no, no. Tengo que bajar de aquí, no por favor.
Empezó a hacer un ruido.
Me quiero bajar.
Dani: Andrea, tranquila cariño.
Me dio un beso tranquilizador.
Nunca había subido en avión. Mis padres han cancelado muchos viajes por eso, porque les tengo pánico a los aviones, sin embargo ahora, voy a romper mi miedo.
Dani: Respira hondo conmigo.
Respire hondo. Me tranquilicé un poco.
Empezó a moverse bruscamente. Cerré los ojos. Dani me paso el brazo por detrás de los hombros y me puso la mano en la rodilla, eso me dio mucha más seguridad.
Parece que ya estábamos estables porque el avión dejo de hacer movimientos bruscos.
Dani: ¿Quieres algo?
Yo: Un agua si está bien.
La azafata nos trajo un agua y a él una coca-cola.
El resto del viaje nos quedamos escuchando música y hablando sobre lo que haríamos allí y todo eso.
Dani: Nena, vamos a aterrizar, estate tranquila, ¿vale?
Yo: Vale.
Me dio un beso en la mejilla y aterrizamos, sin problemas.
Fuimos a por nuestras maletas y nos quedamos en la puerta del aeropuerto.
Cogimos un taxi y nos llevaron al hotel Gran Prix, que es el que Dani había reservado.
Llegamos allí y pedimos nuestro número de habitación, teníamos la 69, vaya que casualidad
Subimos a la habitación y era gigante: una cama de matrimonio, una tele de plasma, una terraza con vistas al mar, el aseo con bañera gigante, chulísima.
Dejamos las maletas.
Dani: ¿Vamos a la playa?
Yo: Vale.
Nos cambiamos y bajamos a la playa.
¡Menuda revolución! Se ve que se había corrido la voz de que Dani estaba en Mallorca y había un montón de gente en la playa, o quizás solo vengan a la playa, que es lo más seguro.
Pusimos las toallas y nos tumbamos.
A los minutos vinieron como veinte chicas a pedirle fotos y autógrafos a Dani.
Dani: ¡Claro guapas!
Se hizo foto besando a algunas, en otras muy cogidos, en otras le besaban a él... controla tus celos me dice mi subconsciente, solo son fans.
Un grupo de chicas se acercaron a mi.
'Andrea, ¿te haces fotos con nosotras, por favor?'
Yo: Claro -les sonreí-.
Me hice foto con todas.
'Gracias guapa, gracias por hacer feliz a Dani'
Yo: Para eso estamos -le sonreí y les despedí con la mano-.
Me volví a tumbar y al minuto se tumbó Dani.
Dani: Siento todo esto, no sabía que se iban a enterar tan pronto de dónde estaban.
Yo: No pasa nada.
Dani: ¿Te pongo crema?
Yo: Vale.
Me desabrochó la parte de arriba y gracias a dios que estaba boca abajo y me puso crema por toda la espalda, también me dio por el culo.
Dani: No quiero que sufra daños -me guiñó el ojo y me ató la parte de arriba-.
Yo: Anda, túmbate que ahora te pongo yo.
Se tumbó boca arriba para mi sorpresa y me senté encima de él; ahora estaba a horcajadas.
Le puse crema por todo el pecho, masajeándole al mismo tiempo y empiezo a notar su erección. ¡Vaya! No pensaba que le iba a pasar esto.
Terminé y le di un beso los abdominales.
Me quité y me tumbé en mi toalla y Dani se dio la vuelta, supongo que para que no se le notara eso... ya sabéis.
Suspiró.
Yo: ¿Todo bien?
Dani: Sí, todo.
Yo: ¿Has tenido un problema con tu amiguito?
Oh dios, ¿había dicho eso?
Dani: Todo por tu culpa -me sonrió-.
Yo: Yo solo te he puesto crema.
Dani: Retorciéndote encima de mi, así que sí, es tu culpa.
Yo: Vale, lo que el señorito culpa-a-los-demás diga.
Dani: Vamos al agua.
Yo: ¿Ya está tu amigo tranquilo? -reí-.
Me cogió como un saco de patatas.
Yo: ¡Para!
Le veía las intenciones, me quería tirar. Odio que me tiren de golpe o que me mojen y salpiquen, soy de las que se tiene que meter poco a poco, a su tiempo.
Yo: Como me tires mueres.
Me empezó a azotar el culo.
Yo: ¡Au, para!
Y de momento se sumerge en el agua conmigo dentro.
No estaba tan fría.
Yo: ¡Eres un capullo, te había dicho que no me tiraras!
Dani: No te he tirado, te he sumergido -se encogió de hombros-.
Oh sí, tengo una idea.
Me acerqué a él y empecé a besarle. Me cogió del culo y enrollé mis piernas en su cintura.
Dos pueden jugar a este juego.
Empezamos a besarnos salvajemente, daban igual el resto de personas.
Llevábamos un tiempo liándonos, como cinco minutos sin parar. ¡Sí, sí! ¡Tanto! Tanto que ya empezaba a notar su erección, de nuevo.
Así que cogí y me salí para afuera.
Dani: ¿Donde vas?
Yo: Dos pueden jugar a este juego -le guiñé el ojo-.
Ahora se iba a quedar ahí hasta que se le pasara el calentón. Hombre, me tira así sin más pues yo le dejo con las ganas. Sonreí y me volví a tumbar a tomar el sol.
Pero en seguida noto una presencia a mi lado.
Levanto la vista y veo a Dani.
Yo: Hola.
Dani: ¿Con que te gusta jugar, no?
Yo: Sí.
Dani: Pues juguemos.
Oh no, ¿que iba a hacer?



No hay comentarios:

Publicar un comentario