domingo, 28 de julio de 2013

Capítulo 25.

NARRA ANDREA.
¿Qué iba a hacerme?
Dani: Recoge tus cosas.
Yo: ¿Ya?
Dani: Sí, vamos.
¿Por qué? Yo no quería irme. No ahora que estaba el sol en su hora punta y podía coger el moreno.
Pero bueno, si se quiere ir, nos tendremos que ir.
Recogí todo y nos fuimos para el hotel. Yo llevaba la parte de arriba del bikini y un pareo en la parte de bajo. Dani solo llevaba el bañador y la camiseta en el hombro. Um, que sexy que estaba así.
Me quedé mirándole.
Dani: ¿Disfrutando de las vistas? -me sonrió-.
Él y su chulería. Pero esa parte suya me encantaba.
Yo: Chulo.
Dani: Me quieres -me guiñó un ojo-.
Opté por ignorar eso.
Yo: ¿Dónde vamos?
Dani: A jugar.
Oh no.
Yo: ¿A jugar? ... ¿A qué?
Dani: Ya lo verás.
Llegamos al hotel en nada porque teníamos la playa justo al lado.
Subimos a la habitación y dejé las cosas en una mesa que había.
Me senté en el borde de la cama. Haber a qué quería jugar.
Se iba arrimando a mi. Oh, oh. Más cerca y más cerca, hasta que llegó a mi y se puso de rodillas para estar a mi altura.
Dani: Si quieres que pare solo dímelo.
Asentí aunque no sabía a que se refería.
Y de momento me besa. Un beso suave, tranquilizador. Pero ese beso cambió cuando me tumbé en la cama y él se tumbó encima mía. Su cuerpo estaba contra el mío, y mi cuerpo estaba pegadísimo al colchón.
El beso se convirtió en uno salvaje. Su lengua invadió mi boca. Me recorrió todos los rincones de mi boca, que ni yo sabía que existían. Le mordí el labio inferior cosa que hiciera que los dos sonriéramos en mitad del beso. Me desabrochó el pareo y me lo quitó, calló no se dónde.
Se colocó entre mis piernas y estaba notando su erección.
Le desabroché el nudo del bañador cosa que hiciera que en un movimiento se le bajara. Estaba desnudo. Me metió la mano por debajo de la parte de abajo del bikini y se deshizo de ella. Yo solo llevaba la parte de arriba del bikini.
Me dio besos por el cuello y yo subí la cabeza para dejarle más espacio. Con sus dedos hábiles me quitó la parte de arriba del bikini, ahora estábamos los dos expuestos a nosotros mismos.
Me recorrió todo el cuerpo con una mano, desde mi cuello hasta mis muslos.
Yo: Dani -dije en un gemido-.
Me miró a los ojos. Sus ojos azules se clavaron en los míos. En sus ojos solo había amor y deseo. Pero sobre todo amor.
Se estiró un poco y cogió un preservativo que no sabía que había dejado en la mesa de al lado de la cama.
Se lo puse con habilidad y se colocó de nuevo entre mis piernas y lentamente entró en mi. Ah. Duele.
Yo: Ah -cerré los ojos-.
Dani: Tranquila, nena -me apartó el pelo-.
Salió de mi. Que bien. Pero volvió a entrar igual de suave. Ah, seguía doliendo.
Dani: Te quiero, Andrea.
Giré el cuello y volví a cerrar los ojos.
Salió nuevamente de mi y volvió a entrar, pero ahora con más fuerza, ya no dolía, ahora era placer.
Ahora solo éramos cuerpos y sensaciones.
Salía y entraba con rapidez pero suave, de vez en cuando con más fuerza. Estaba llegando a una sensación que no había llegado nunca.
Dani: Vamos nena.
Los dos estábamos llegando a nuestro clímax. Íbamos acordes, le cogí de los hombros para que estuviéramos mejor y con una última embestida llegamos al clímax, él chillando mi nombre.


Tengo calor, mucha calor. Abro los ojos y Dani está completamente pegado a mi, nuestras piernas están liadas bajo las sábanas y su brazo está por mi cintura. Seguimos desnudos. Miro la hora. Las 8:30.
¿Como ha pasado el tiempo, no? Si ayer cuando volvimos de la playa el sol se estaba quitando. Sonrió al pensar lo que pasó anoche.
Me giro intentando no despertarlo y ahora estamos cara a cara. Le observo. Parece tan tranquilo ahora. Oh, mi pequeño rubio, te quiero tanto. Su perfecta nariz, sus ojos, su boca. Su pequeña cicatriz al lado del labio, su pelo de recién follado. Es tan perfecto.
De repente abre los ojos.
Yo: No quería despertarte.
Dani: Hola -me sonríe-.
Yo: Hola -le sonrió-.
Dani: ¿Has dormido bien?
Para no dormir bien, después de estar a tu lado.
Yo: Sí.
Dani: ¿Te hice mucho daño?
Oh no, no quiero hablar sobre lo de anoche. Fui increíble. Algo increíble perder mi virginidad contigo, pero me da vergüenza hablar contigo sobre este tema, así que mejor que no le de mucha importancia.
Yo: No.
Dani: Estuviste increíble -me besó el hombro-.
Yo: Tú también, gracias -le sonreí-.
Dani cogió el móvil y twitteó: 'Nada mejor que levantarse al lado de mi niña'.
Cogí yo el mío que estaba al lado de la cama: 'Nada mejor que levantarse al lado de mi enano'.
Y Carlos nos mencionó, a los dos: 'Uy, que felices se os ve, a saber que hicisteis anoche, jajajajaja'.
¡Vaya!
Dani le contestó: 'Mejor que no lo sepas bro ;)'.
¿En serio había puesto eso? Bueno, da igual, paso de enfadarme por tonterías, pueden ser varias cosas, no tiene porque saber que anoche hicimos el amor. Hicimos el amor, suena bien. No follamos ni nada, hicimos el amor. Dejé le móvil en la mesita de la lado de la cama al igual que Dani.
Dani: ¿Que te apetece hacer hoy?
Yo: Bueno, lo primero desayunar.
Dani: Claro, qué prefieres, ¿que llame y que no lo traigan aquí o que bajemos al salón?
Yo: Mejor bajamos, pero antes necesito una ducha.
Me levanté y me enrollé la sábana y fui al baño.
Abrí el grifo de la bañera y esperé a que se llenara.
La toqué, estaba a una buena temperatura, templada.
Tiré la sábana al suelo y me metí en la bañera, me senté con la cabeza apoyada a un borde. Dios, que descanso, que tranquilidad.
Pero de repente entró Dani y se sentó en el otro lado, justo enfrente de mi, sin decir nada. Se me quedó mirando, me observaba, solo me miraba a los ojos. Me estaba empezando a poner nerviosa.
Dani: No te muerdas el labio, sabes el efecto que tiene sobre mí.
No me había dado ni cuenta de que me estaba mordiendo el labio, pero me lo solté.
Me arrimé a él y apoyé en el de forma que tenía mi espalda pegada a su pecho y estaba entre sus piernas. En seguida volví a notar su erección. Me giré y me puse a horcajadas sobre él y empecé a darle besos por el pecho.
Dani: No.
¿No? ¿Por que?
Dani: Se a donde quieres llegar y no. Es muy pronto y estás dolorida, no te quiero hacer daño.
¿Era por eso? Pues vale. Me volví a girar y me puse al otro lado de la bañera.
Dani: Voy a lavarte el pelo.
Se puso champú en la palma de la mano y me hizo girarme y empezó a masajearme el cuero cabelludo.
Después de que terminara me lo aclaró y le hice lo mismo.
Cogí una esponja y me lavé y él hizo lo mismo.
Nos enjuagamos y nos salimos. Yo me enrollé una toalla en el pelo y otra por todo el cuerpo y él se enrolló una por la cintura.
Salí a por la ropa interior y estaba sonando el móvil de Dani, él no lo oía porque desde el aseo no se oía. Miré la pantalla para ver quién era. Lo vi. ¿Que narices quería ahora?



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