martes, 30 de julio de 2013

Capítulos 28 y 29.

¿Carlos? ¿Hablar conmigo? Que raro todo.
Yo: Dime.
Carlos: Quería volver a pedirte perdón por aquello que pasó, ya sabes.
Yo: Tranquilo, eso ya está más que enterrado.
Carlos: ¿En serio?
Yo: Sí.
Me sonrió.
Carlos: Y lo otro... es que Dani ha hablado conmigo -oh-. Deberíais de dejarle un poco más de espacio.
¿Espacio? ¿Por que se lo ha dicho a Carlos?
Me quedé callada.
Carlos: Se está agobiando pero claro, no quiere perderte porque te quiere demasiado.
Yo: No lo entiendo...
Dije mi pensamiento en voz alta.
Carlos: Es normal, él no está acostumbrado a las relaciones.
Yo: Ni yo.
Carlos: Pero que esto no te siente mal ni nada, yo solo quería que lo supieras para que no tengáis ni problema, que luego ya sabes. Igual que tú me diste un consejo a mi y yo te lo desagradecí quiero que tu aceptes el mío.
Yo: Vale, lo tendré en cuenta.
Carlos: Pero yo no te he dicho nada, eh -me sonrió-.
Yo: No, no, tranquilo.
¿En serio le estaba agobiando? Pero si no he hecho nada para agobiarle. Ha sido él quién ha querido irse de vacaciones. Bueno vacaciones, hemos estado un día pero bueno. Pero a partir de ahora no le voy a 'agobiar'.
Entraron de nuevo María y Dani y yo me salí para fuera, sinceramente no tenía ganas de estar ahí.
Me fui a la cafetería a por un café, que por cierto están malísimos, y me quedé allí sentada un rato.
¿Pero porque le agobiaba? Me estaba rallando joder, no he hecho nada...
Paso me voy a dar una vuelta. Llamo a Silvia.
CONVERSACIÓN TELEFÓNICA.
Yo: ¿Silvia?
Silvia: ¡Andrea! ¿donde estás?
Yo: En.. en la cafetería, ¿y tú?
Silvia: Estoy saliendo de casa que me voy ya para el hospital. ¿Está todo bien?
Yo: Sí, tranquila. Era que yo me voy, necesito aire, por si vienes y no estoy y eso.
Silvia: Ah, vale, tranquila.
Yo: Pues eso... adiós.
Silvia: ¡Hasta luego!
Colgué.
Voy para la habitación, a despedirme de Carlos. De Dani no, no vaya a ser que le agobie.
Entro y seguían estando los tres: María, Dani y por supuesto, Carlos.
Me arrimo a Carlos.
Yo: Me voy, esta noche vengo a verte, cuida de mi enana -le di un beso en la mejilla-. Adiós.
Salí para la calle. Nadie me perseguía. Que raro. (Nótese la ironía).
¿Y donde voy ahora sola? Me apetece un helado, así que me voy a un centro comercial que hay a unos cinco minutos de allí.
Llego allí y me siento en una cafetería mientras me como un helado de vainilla con lacasitos mientras pienso en porque todo esto me pasa a mi, porque todo me sale siempre mal, ¿que he hecho para merecerme esto?
Yo creo que no he sido mala con nadie (quitando a María pero que no la he tratado mal, simplemente ignoro su existencia) y tampoco hago nada malo, no me merezco esto joder. Se me empiezan a caer las lágrimas y enseguida me pongo las gafas de sol, no quiero que nadie me vea llorar. Miro el helado que está casi entero y me da asco, no quiero comer. Me levanto y lo tiro. Me voy a ver algo de ropa, haber si me despejo un poco la cabeza.
He visto un par de conjuntos que me gustan, me los he probado, me están fatal, dios, todo me queda mal.
Me quiero ir, quiero estar entre sus brazos. No, Andrea, no, que le agobias, te deja y ahí si que vas a acabar como una mierda. Paso por al lado de unas chabalas y se me quedan mirando.
Yo: ¿Qué? ¿Una foto y te dura más?
Chica 1: ¿Eres la novia de Dani, de Auryn?
¿Lo soy? Claro que lo eres tonta.
Yo: Sí.
Chica 1: Solo quieres su fama.
Chica 2: Eres una puta, déjale en paz, él nos pertenece.
Yo: ¿Qué?
Chica 2: Además de puta, tonta.
Yo: No soy nada de eso.
Chica 1: Ya, claro, y por eso estás mirando ropa, que vas a dejar pobre a Dani.
Yo: Yo solo quiero su felicidad.
Chica 1: Y su dinero, y su fama.
Yo: Eso es mentira.
Chica 2: Claro que sí.
Yo: Sois unas putas inmaduras, yo solo quiero que sea feliz, lo siento que no pueda ser con vosotras y me haya preferido a mi -sonreí sarcásticamente-.
Chica 2: Ahora te vamos a decir un par de cosas.
Chica 1: O te alejas de Dani o vamos a tener problemas.
Yo: ¿Que me vais a hacer vosotras? -las miré de arriba a abajo y sonreí-.
Chica 2: No lo quieras saber, y mejor que no me vuelvas a mirar así o tendrás problemas más graves.
Yo: Me he quedado con vuestras caras, voy a estar en todo de los chicos, me voy a asegurar que no entréis a nada más -les sonreí- porque miraros que patéticas. Insultando y 'amenazando' a la novia de uno de vuestros ídolos -reí-. Irónico.
Chica 1: Vamos Nata, déjala, no entres en su juego.
Chica 2: Sí, vamos.
Y se fueron, así sin más.
Yo no quiero su fama y mucho menos su dinero, yo solo quiero su felicidad, pero no soy capaz de dársela, ya lo he comprobado, conmigo no es feliz.
Me tocaron el hombro por detrás y me giré.
Yo: ¿¡Qué?! -dije sin saber quién era-.
Oh, mi rubio. Mi dios.
Dani: ¿Estás bien? -me abrazó y empecé a llorar en sus brazos-.
Me dio un beso en el pelo.















Dani: ¿Qué está mal?
Si tu supieras.
Dani: Andrea, háblame.
Negué con la cabeza. No quería hablar de nada ahora. Solo quiero irme a mi casa, pero mi casa de Alicante y estar allí, tranquila. Desconectada de los insultos y de todo.
Yo: Llévame al hospital, quiero hablar con Silvia.
Asintió con la cabeza y al hospital.
Llegamos. No dijimos nada por el camino. Tenía que decirle tantas cosas, pero ahora no podía.
Subimos a la habitación y ahí seguía María.
Dani se quedó dentro pero yo volví a salir a la sala de espera que había justo al lado.
Estaba sola, como mejor estaba. Pero apareció María y se sentó a mi lado. Yo ni la miré.
María: Mira Andrea, sé -la interrumpí-.
Yo: No quiero hablar contigo ahora.
María: No, me da igual. Me vas a escuchar quieras o no.
Que remedio.
María: Sé que no hemos empezado con buen pie, sinceramente no sé porqué me odias. Bueno, creo que sí que lo sé, yo no quiero a Dani. Bueno en realidad sí -levanté la vista y me quedé mirándola, sonrió- pero no de esa manera, es mi mejor amigo durante mucho tiempo, y ya está.
Si, claro. ¿Y yo te tengo que creer?
María: A mi... a mi me gusta Blas, ¿y sabes? Creo que estamos empezando algo -sonrió tímidamente-.
Al final va a ser verdad... que no le gusta mi Dani.
María: Y déjame darte un consejo.
Bueno, hoy es el día de los consejos o algo.
María: Es un buen tío, no le dejes ir, vale mucho y te quiero más de lo que piensas y ahora no sabe porqué estás así, así que deberías de darle una explicación -se levantó-. Y ya lo sabes, si quieres quedar para hablar, ya sabes, aquí tienes una amiga- sonrió y se fue de nuevo a la habitación-.
Wow, demasiada información para transferir. Pero bueno, ¿no sabe porque estoy así? Quizás si me hubiera dicho que le estaba agobiando y no lo hubiera ido contando por ahí no estaría así.
Salió Silvia y se sentó a mi lado.
Silvia: Ey.
La miré y le sonreí.
Silvia: ¿Estás bien?
Negué con la cabeza.
Silvia: ¿Que te pasa?
Negué con la cabeza.
Silvia: ¿Dani?
Asentí.
Silvia: ¿Que te ha hecho? ¡A que le corto los huevos!
Reí.
Silvia: ¿No vas a hablarme?
Yo: Le ha dicho a Carlos que le estoy agobiando mucho y no sé porqué, si no he hecho nada, voy  donde me dice, hago lo que me dice, yo no le obligo a nada.
Silvia sonrió.
Silvia: Son chicos, hermanita, parece mentira que no lo sepas que se agobian de nada, aunque no les des motivos.
Yo: Vale, pero que no vaya contándolo por ahí.
Silvia: Bah, no seas así, necesitaría consejo.
Yo: Quiero volver a casa... pero a casa de Alicante.
Silvia: No te puedes ir... no me puedes dejar aquí sola.
Yo: Lo siento...
Silvia: Quédate un par de días más, si ves que todo va mal... pues te vas, pero es muy pronto para decidir lo.
Yo: Está bien, dos días máximos.
Silvia: -me abrazó-. Todo se va a solucionar.
Yo: Espero.
Entré a la habitación y ahora estaban Dani, David, Magí y Silvia. ¡Ah, y Carlos! Pero Carlos no se iba a ir, claro.
Mi mirada y la de Dani se cruzaron y enseguida le quité la mirada, pero sé que quería que nuestras miradas se encontraran para decirme algo.
Dani: Bueno, Andrea y yo nos vamos que mañana tenemos un día muy largo.
¿Mañana? No tengo que hacer nada, que yo sepa.
Nos despedimos de todos y fuimos a coger el coche.
Dani: Tenemos que hablar.
Subió al coche con agilidad y yo subí en el lado del copiloto.
Yo: Dime.
Dani: Me ha llamado mi hermana y quiere que vayamos mañana a verla, que tiene que decir algo importante a la familia y así te presento a todos, que van a estar allí.
Yo: ¿Conocer a tu familia?
¡No te entiendo Dani! Te agobio pero sin embargo me quieres presentar a tu familia, vale, todo muy bien, ¿sabes?
Dani: ¿Qué te parece?
Yo: Va, vale.
Dios, conocer a su familia. Qué nervios.

(AVISO PARA DECIR QUE LOS NOMBRES DE LA FAMILIA SERÁN FALSOS, TANTO DE PADRES COMO DE HERMANA, TÍOS Y TODO ESO).

Esto ya es demasiado serio. Qué nervios. A su hermana la había visto por twitter y todo eso, pero dios, conocer a su familia. Que fuerte.
Dani: Quiero llegar pronto, así que a las nueve saldremos de aquí.
Yo: Vale.
Dani: Por cierto, ¿donde quieres que cenemos?
Yo: Lo que quieras.
Dani: ¿Cenamos turco en mi casa? Lo pedimos que lo traigan.
Yo: Vale.
Llegamos a su casa, subimos y llamó ya que eso tardan en que lo traigan.
Me puse cómoda: un pantalón corto de pijama que se me veía un poco los cachetes del culo y una camiseta negra de tirantes.
Dani simplemente se quitó la camiseta.
Pusimos la mesa, cubiertos, servilletas, la comida para beber y todo eso y tocaron a la puerta.
Dani: Voy yo, será el turco.
Fue a la cocina a coger dinero, pero aproveché de que tenía el bolso la lado y cogí yo dinero, 20€ sobrarían.
Fui a la puerta y me abrió un chico de mi edad más o menos. Llevaba el casco en una mano y en la otra
una bolsa, supongo que sería la comida.
Repartidor: Buenas, serán 12'95.
Me entregó la comida y le di el billete. Fui a dejar la comida a la mesa y volví y me estaba esperando con el cambio. Me lo dio pero se me cayeron algunas monedas al suelo.
Repartidor: Lo siento, lo siento.
Y se agachó para recogerlas. Yo también me agaché, no era su culpa, era la mía.
Empezamos a recogerlas y mis manos rozaron con las suyas. Noté como se sonrojó.
Dani: ¡Espera ya voy!
Vino y nos vio recoger las monedas.
Me incorporé enseguida ya con todas las monedas.
Repartidor: Gracias y ¡que aproveche!
Y se fue a la velocidad de un rayo.
Dani: ¿Que estaba pasando?
Yo: Nada, se me han caído todas las monedas y me estaba ayudando a recogerlas.
Fui a guardarme el cambio.
Dani: ¿Por qué pagas? Ya sabes que no me gusta que pagues las cosas.
Yo: Es la primera vez que pago, así que cállate y siéntate a cenar -le dije mientras me sentaba en el sofá a poner la cena en los platos-.
Dani: Le has gustado.
Yo: ¿Qué?
¿A qué se refería? Me he perdido.
Dani: Al repartidor, le has gustado.
Yo: No digas tonterías.
Dani: Que sí, que te lo digo yo.
Yo: Bueno, ¿y qué?
Dani: El primer chico agregado a tu lista de pretendientes, ya verás todos los que aparecerán.
Reí.
Dani: ¿Te parece gracioso? -sonrió-.
Oh, por fin un minuto de risas.
Yo: Sí, eres un celoso.
Dani: No hablemos de celos...
Vale, me cortó el rollo.
Empezamos a cenar mientras veíamos las noticias.


Hemos recogido todo y hemos llamado a los chicos para despedirnos ya que mañana nos vamos pronto. Hemos dejado las maletas preparadas y solo falta meter la bolsita de aseo, pero eso mañana antes de irnos la metemos.
Me recojo un moño, ya que tengo muchísima calor y me meto en la cama. En seguida viene Dani.
Dani: Aún tenemos una conversación pendiente, pero ahora es tarde y mañana madrugamos, ya hablaremos.
Seguro que era por lo de la llamada de María o tenía que ver algo con María, pero me estaba empezando a caer mejor, ya que sé que no le gusta mi Dani, pero si no le gustara lo vería raro, Dani es un chico muy especial, demasiado. Y como me dijo María, 'cuídalo, como él pocos'. Tranquila, lo cuidaré pero bien.



Dani no para de moverme, estoy cansada, quiero seguir durmiendo.
Dani: Venga, Andrea, que vamos a llegar muy tarde, levanta.
Yo: Un rato más... por favor.
Dani: ¡No! Venga, levanta perezosa.
Me levanto.
Yo: ¿Contento?
Dani: Sí, ¿te vas a duchar?
Yo: Sí, ¿y tú?
Menuda pregunta, iba con la toalla enrollada en la cintura y llevaba gotas de agua por los pectorales. Um, que sexy, encima lleva el pelo a lo loco, mojado.
Dani: Deja de contemplar las vistas y tira para dentro -me guiñó un ojo y me dio una cachetada en el culo-.
Cogí la ropa y me metí a la ducha.
Que sueño, me voy a quedar durmiendo aquí dentro.
¿Que hora es? No tengo ni idea, y tampoco sé donde está mi móvil. Ya me encargaré de buscarlo luego, ahora tengo que ducharme porque don mandón, digo Dani, tiene prisa.
Me meto y me ducho enseguida. Salgo de la ducha un poco más despierta.
Me seco y me pongo la ropa interior. He escogido un vestido veraniego, yo creo que para primeras impresiones voy bien.











Salgo de la ducha con todo las cosas de baño y las guardo en la maleta porque no sabemos cuanto tiempo vamos a estar allí. Dani está en la cocina almorzando.
Me siento a su lado y como cereales con leche, al igual que él.
Terminamos y Dani va bajando las maletas al coche. Yo voy en busca de mi móvil. Oigo sonar uno, pero es el de Dani, lo miro. Oh no, es su hermana. ¿Lo cojo? Sí, cógelo, si llama tan pronto es por algo.
CONVERSACIÓN TELEFÓNICA.
Yo: ¿Sí?
Alejandra: ¿Dani?
Yo: Eh.. no, soy Andrea, Dani está subiendo las maletas al coche.
Alejandra: ¡Andrea! Yo soy Alejandra, su hermana, pero puedes llamar Ale.
Yo: Vale, Ale. Pues como te decía Dani ahora no puedo ponerse.
Ale: Solo quería saber a que hora llegabais más o menos.
Yo: Salimos ya, osea que sobre las diez y media o así estamos allí.
Ale: Vale, pues luego nos vemos, ¡adiós guapa!
Colgó.
Que simpática. En twitter parecía simpática y sí, lo es.
Llegó Dani.
Dani: ¿Nos vamos?
Yo: Vale.
Cogí nuestros móviles, que estaban juntos y fui al coche.
Nos subimos y empezamos el viaje.
Dani: Ahora que tenemos tiempo, podemos hablar.
Oh no.



lunes, 29 de julio de 2013

Capítulos 26 y 27.

Es que no sé que quiere ahora. Esta tía me cae fatal y ni la conozco. No soy de juzgar a las personas de primer momento, porque para saber si te cae bien o mal o juzgar antes hay que conocer. Como dice ese dicho 'no juzgues a un libro por su portada'. Pero no, a esta chabala le había hecho la cruz.
Cogí el móvil. Mire de nuevo la pantalla. María. Pues no, no te lo voy a coger. Le colgué. Volvió a llamar en seguida. Que pesada.
CONVERSACIÓN TELEFÓNICA.
Yo: ¿Sí?
María: ¿Dani?
Yo: No, Dani no está ahora. Y más vale que le dejes tranquilo, estamos descansando. Adiós.
Colgué.
Vino Dani y enseguida dejé el móvil donde estaba.
Dani: Pensaba que ya no venías -me sonrió-.
Yo: Me he despistado, no sabía donde estaba la maleta.
Dani: En el armario tonta.
Yo: Anda es verdad -le sonreí y fui al armario-.
Vale, era una excusa mala, pero fue lo único que se me ocurrió en ese momento.
Fui y cogí la ropa interior. Me sequé por encima y me la puse. Fui al aseo y dejé la toalla, volví a la maleta y cogí la ropa que me iba a poner. Me puse un short y una camiseta por encima del ombligo que ponía 'Forever young together'.
Fui al aseo y Dani también estaba vestido. Llevaba un pantalón por debajo de la rodilla color marrón clarito y una camiseta de manga corta blanca lisa. Que sexy. Me planché el pelo y recogimos el aseo.
Salimos afuera, cogí el bolso y dejamos la habitación para ir al comedor a desayunar.
Entramos y nos sentamos en un mesa. Era bufé libre. Yo me cogí unas tostadas con tomate y bacon y Dani bacon con tortitas. De beber yo zumo de naranja y él agua.
Almorzamos deprisa porque queríamos ir a ver Mallorca.
Salimos y dimos la tarjeta de la habitación, hicieron algo y fuimos para afuera.
Fuimos al puerto y había un bar con unas terrazas.
Nos sentamos a tomarnos un mojito.
Dani: ¿Sabes si alguien me ha llamado? Es que estoy esperando una llamada importante.
Oh no Andrea, te han pillado. Confiesa.
Yo: No.
¿Importante? Uh.
Yo: ¿Quién tendría que llamar?
Dani: No, nadie. ¿Y a ti te han llamado?
Ostras, es verdad. Tenía el móvil en silencio y no lo he mirado.
Saqué el móvil: 17 llamadas perdidas. Dios, que exageración.
Haber 7 de Silvia, 2 de Blas, 2 de Álvaro y 6 de David.
Yo: Madre mía, tengo muchísimas de Silvia y de los chicos.
Dani sacó su móvil.
Dani: Ostras, yo también. ¿Que habrá pasado?
Yo: No lo sé, pero debe de ser importante.
Llamé a Silvia.
Yo: ¿Silvia?
Silvia: ¡Andrea!
Yo: ¿Que pasa? He visto ahora las llamadas.
Silvia: Es Carlos. Anoche estuvo fatal y ahora en dos horas lo meten a quirófano. Y quería que estuvierais aquí cuando despetara.
Yo: ¿Pero está bien?
Silvia: Andrea... no lo sé -empezó a llorar-. Yo solo estoy muy preocupada.
Yo: Eh, tranquila. Voy a hablar con Dani haber que hacemos. Te mantengo informada.
Silvia: Vale.
Colgué.
Yo: Carlos anoche empeoró y en dos horas lo meten en quirófano. Quiere que estemos allí cuando despierte.
Dani: Vámonos ya para allá.
Yo: Sí, vamos.
Nos terminamos los mojitos de un trago y nos fuimos para el hotel a recoger todo.
Llegamos en seguida y guardamos toda la ropa.
Fuimos al aeropuerto y sacamos el primer billete que iba para Madrid. Salía en 45 minutos.
Empaquetamos las maletas y nos sentamos allí, a esperar a que nos llamaran.
Yo: Dani... estoy muy preocupada.
Dani: Tranquila, él es fuerte.
Yo: Ya, pero aveces los más fuertes fallan.
Dani: Me prometió que iba a estar bien y siempre cumple sus promesas.
Yo: Eso espero...
Dani: Ven tonta.
Me subió a su regazo.
Dani: Todo va a estar bien... tranquila.
Me besó en la mejilla.
Estaba muy preocupada por Carlos y sé que Dani también, pero sé que esconde sus sentimientos. Él es así. Pero le noto la preocupación. Y es normal, uno de sus mejores amigos estaba mal. Y mi ídolo. Dios, no. Carlos va a estar bien, como dice Dani, él es muy fuerte.
Nos quedamos allí sin decir nada, sentamos esperando a que llegara nuestro vuelo.


Estamos en Madrid. Me he quedado durmiendo en el vuelo. Estamos camino al hospital con el coche de Dani y todas las maletas detrás.
Llegamos enseguida y a Carlos ya lo habían metido a quirófano.
Saludamos a todos y nos sentamos en la sala de espera...
Estábamos todos menos Magí.
Yo: ¿Donde está Magí?
Álvaro: Ha ido a solucionar unos problemas de lo del accidente. Ya se sabe algo.
Yo: ¿Y?
David: En venir lo explicará él.
Yo: Vale.
Nos quedamos de nuevo en silencio viendo pasar a la gente.
Después de una media hora o así, que en realidad parecía que habían pasados como dos horas, vino Magí.
Magí: Malas noticias chicos.
Blas: ¿Que pasa?
Magí: Lo del accidente, alguien está iendo a por vosotros.
Yo: ¿Qué?
Magí: No sé nada más, pero me han dicho que a partir de ahora vais a tener que llevar seguridad si no queréis que os pase nada, alguien quiere veros bajo tierra.
Dani: ¡Esto es una locura! ¿Seguridad? ¡¿Estamos locos o qué?!
Magí: Dani, tranquilízate, sé lo mismo que vosotros, cada uno de nosotros, incluidos las chicas y yo vamos a tener a alguien detrás, no necesariamente pegado a nosotros, pero os va a vigilar y va a ver que pasa a vuestro alrededor.
Dani: Esto es excesivo.
Álvaro: Por mi bien, no quiero sufrir ningún daño... pero todo me parece raro. ¿A nosotros muertos? ¿Por qué?
Magí: No lo sabemos.
Blas: ¿Tal vez envidia?
David: Esto nunca había pasado, no me lo puedo creer.
Magí: Lo sé chicos, todo esto es demasiado excesivo, pero hasta que tengamos nuevas pistas esto va a tener que ser así, ¿o queréis estar alguno de vosotros en quirófano como está Carlos?
Todos se quedaron en silencio. En verdad tenia razón, pero ¿seguridad detrás de nosotros? No sé si voy a poder.
Dani: Todo por la seguridad de Andrea.
Yo: Y la tuya.
Dani: Mientras que tú estés a salvo me sobra.
Suspiré.
Dani: No voy a dejar que nadie te haga daño.
Nos quedamos de nuevo sentados, en silencio, cada uno perdido en sus pensamientos.
Doctor: ¡Familiares de Carlos !
Y antes de que pudiera terminar estábamos todos de pies impacientes.
Doctor: Vale, veo que son muchos -sonrió para quitarle tensión al asunto-. La operación ha salido perfecta, y ahora va a estar en observación 24, 48 horas como mucho, y si todo va bien en un par de días podría irse a casa.
Todos suspiramos. Bien, por fin algo bueno.
Silvia: ¿Podemos verle?
Doctor: Sí, pero les aconsejamos que no le agobien mucho, necesita descansar.
Silvia: Vale.
Silvia se giró y nos miró. Bueno, es casi la hora de comer, iros a descansar y esta tarde o noche venís, ahora me quedo yo con él.
Blas: Tienes que descansar tú también.
Silvia: Estoy bien, no os preocupéis por mi.
Álvaro: Vale, nos vamos. Esta tarde estamos aquí.
Nos despedimos de ella y cada uno nos fuimos a descansar. Dani y yo fuimos a su casa.
Entramos y enseguida nos tumbamos en la cama.
Dani: Descansa. Estarás agotada.
Yo: Vale, pero con una condición.
Se quedó callado esperando a que le dijera algo.
Yo: Que te tumbes conmigo.
Dani: Está bien.
Se tumbó a mi lado y poco a poco caí en sueños procesando toda la información que acaba de recibir.
Me giré notando en falta a alguien y así era, Dani no estaba a mi lado, ¿donde estaría? Me senté en la cama y oí que estaba hablando con alguien, por teléfono supongo.
Dani: Sí,..., pues no, no he recibido nada, no, y tampoco me ha dicho nada. ¿Que quieres que haga María?... ¿Que era urgente?.... ¿Lo has solucionado?... ¿entonces para qué me necesitabas?..... Vale, pues lo siento, ¿que quieres que te diga?,.... hablaré con ella haber porque lo ha hecho, pero te aseguro que me va a negar todo,..., ya, lo sé,...., ¡te he dicho que voy a hablar con ella! ...., vale, ya nos vemos. Adiós.
Venía de nuevo a la cama. Oh no. Hazte la dormida.
Me volví a tumbar y me cerré los ojos como si estuviera durmiendo.
Dani se sentó en el borde de la cama y noté como miraba a pesar de tener los ojos cerrados. Es como que notas que te observan.
Dani: ¿Que voy a hacer contigo? Me estás volviendo loco.
¿Que quería decir con eso? ¡Tú si que me vuelves loca a mi! Que yo no tengo 'mejores amigas' que oculto. En mi caso, mejores amigos.
Se volvió a tumbar y me pasó el brazo por la cintura y volví a caer en sueños segura en sus brazos.


Abro los ojos, hace calor. Miro el reloj. Las 17: 23. Tenemos que ir a ver a Carlos.
Dani sigue durmiendo.
Yo: Dani... -le susurré-. Dani...
Se giró y siguió durmiendo.
Yo: ¡Dani!
Se despertó bruscamente.
Dani: ¿Que está mal?
Yo: Tenemos que ir a ver a Carlos.
Dani: Un ratito más...
Yo: No, venga, que luego se nos hace muy tarde.
Dani: Vale mamá, ya voy -sonrío y se levantó-.
Volvimos a coger las cosas y fuimos otra vez al hospital. Que poco me gustan los hospitales. Me recuerdan cuando me ingresaron cuando tuve anorexia y bulimia.

Yo: ¡Que estoy bien joder, dejadme en paz!
Enfermera: Andrea, no lo estás, tenemos que ingresarte. 
Yo: Que no. Díselo Silvia, diles que estoy bien.
Silvia: Andrea... es por tu bien.
Yo: No serás capaz de dejarme aquí, en este puto hospital. Eres mi hermana.
Silvia: Es por tu bien...
Enfermera: Vamos a tu habitación.
Yo: ¡Que no joder, que estoy bien!
Me han cogido entre dos y me han llevado a una habitación sola, asilada de todo el mundo y me han encerrado allí.
Yo: No... estoy bien... sacadme de aquí... por favor.
Pero todo era inútil, nadie me oía.

Dani: Andrea, vuelve a Tierra.
Yo: Sí, sí.
Dani: ¿Estás bien?
Yo: Sí, tranquilo.

Enfermera: ¡Suelta ese cristal! Vas a conseguir cortarte por favor, suéltalo Andrea.
Cortarme, eso es lo que quería. ¿Para que seguir aquí? Estoy en un puto hospital aislada de todo el mundo. Mi hermana me ha traicionado y me ha dejado aquí tirada, al igual que mis padres, según ellos por mi bien. Me siento sola, mis amigas no han venido a verme, mi novio, Marcos, tampoco a venido a verme. Necesito a alguien pero no hay nadie... ¿para que seguir aquí? Mejor desaparecer y le quito todos los problemas a mis padres. Que eso es lo que soy un problema.
Enfermera: Por favor, dame ese cristal.
Yo: No -dije entre sollozos-. Deseo morir... ¿para que seguir aquí?
Enfermera: Alguien ha venido a verte... si sueltas el cristal te lo enseñaré.
Se arrimó a mi.
Yo: ¡No! No te arrimes a mi.
Seguía arrimándose.
Me corté un poco cosa que hizo que goteara toda la sangre.
La enfermera retrocedió y oí una voz conocida. Levanté la vista y ahí estaba.
Marcos: Andrea... suelta el cristal.
Yo: Tú... tú me has dejado aquí abandonada.
Marcos: No Andrea, eso es mentira. He venido a verte, todos los días preguntaba por ti.
Yo: ¿Y de que sirve eso si yo no te veo? Te necesitaba y no has estado aquí, ni tu ni nadie... estoy sola.
Marcos: Suelta el cristal y hablamos.
Yo: ¿Me lo prometes?
Marcos: Sí, pero suéltalo por favor.
Solté el cristal y me agarraron dos enfermeras y me llevaban lejos de la única persona que había venido a visitarme.
Yo: ¡No! ¡Marcos, me lo prometiste, me prometiste que hablaríamos! 
Y cada vez lo veía más pequeño.

Dani me acarició la rodilla. Me sacó de todos mis pensamientos. Lo pasé muy mal. Hasta que después de un año y medio logré recuperarme.
Dani: Ya hemos llegado.
Bajamos del coche y subimos a la habitación que nos habían dicho.
Entramos a la habitación y solo había una chica. Oh no.
Se le arrimó a Dani y le abrazó.
¿Em... hola? Suelta a mi novio puta, ¿quién te crees para abrazarle así?
Dani me cogió de la mano.
Dani: Andrea, estás es María.
Yo: Oh, la famosa María -dije sarcásticamente-.
Se me arrimó a darme dos besos y simplemente le di la mano.
Yo: Encantada -dije irónicamente-.
Dani me comió con la mirada, pero me importaba una mierda. No soy una falsa y le voy a sonreír a la cara y luego a las espaldas ponerla verde. Si no me caes bien, se nota.
Pero era guapa la jodida. Alta, morena, cuerpo diez, cara perfecta. No me extraña que sea amiga de Dani.
Pase de ella y me fui a hablar con Carlos.
Yo: Carlos -le abracé con cuidado para no hacerle daño-. ¿Cómo vas?
Carlos: Andrea, por fin te veo -me sonrió-. Pues... como se puede -rió-.
Yo: ¿Y Silvia?
Carlos: Le he dicho que se fuera a descansar un rato, necesitaba que descansara y verla bien, no podía verla ahí super cansada en la mierda's estás de sofás.
Yo: La verdad es que sí, ha estado contigo todo el tiempo, no se ha separado ni un minuto.
Carlos: Es la mejor.
Yo: Sí, lo es -le sonreí-.
Dani: ¡Ahora venimos!
Y coge y se va con María. ¿Em hola? ¿Que haces tío? La estás cagando. Sabes que soy super celosa y coges y te vas con ella. Vale, flipo.
Carlos: No estés celosa, es solo una amiga.
Yo: Si ya...
Carlos: Tenemos que hablar tú y yo sobre una cosa.
Yo: Dime.

domingo, 28 de julio de 2013

Capítulo 25.

NARRA ANDREA.
¿Qué iba a hacerme?
Dani: Recoge tus cosas.
Yo: ¿Ya?
Dani: Sí, vamos.
¿Por qué? Yo no quería irme. No ahora que estaba el sol en su hora punta y podía coger el moreno.
Pero bueno, si se quiere ir, nos tendremos que ir.
Recogí todo y nos fuimos para el hotel. Yo llevaba la parte de arriba del bikini y un pareo en la parte de bajo. Dani solo llevaba el bañador y la camiseta en el hombro. Um, que sexy que estaba así.
Me quedé mirándole.
Dani: ¿Disfrutando de las vistas? -me sonrió-.
Él y su chulería. Pero esa parte suya me encantaba.
Yo: Chulo.
Dani: Me quieres -me guiñó un ojo-.
Opté por ignorar eso.
Yo: ¿Dónde vamos?
Dani: A jugar.
Oh no.
Yo: ¿A jugar? ... ¿A qué?
Dani: Ya lo verás.
Llegamos al hotel en nada porque teníamos la playa justo al lado.
Subimos a la habitación y dejé las cosas en una mesa que había.
Me senté en el borde de la cama. Haber a qué quería jugar.
Se iba arrimando a mi. Oh, oh. Más cerca y más cerca, hasta que llegó a mi y se puso de rodillas para estar a mi altura.
Dani: Si quieres que pare solo dímelo.
Asentí aunque no sabía a que se refería.
Y de momento me besa. Un beso suave, tranquilizador. Pero ese beso cambió cuando me tumbé en la cama y él se tumbó encima mía. Su cuerpo estaba contra el mío, y mi cuerpo estaba pegadísimo al colchón.
El beso se convirtió en uno salvaje. Su lengua invadió mi boca. Me recorrió todos los rincones de mi boca, que ni yo sabía que existían. Le mordí el labio inferior cosa que hiciera que los dos sonriéramos en mitad del beso. Me desabrochó el pareo y me lo quitó, calló no se dónde.
Se colocó entre mis piernas y estaba notando su erección.
Le desabroché el nudo del bañador cosa que hiciera que en un movimiento se le bajara. Estaba desnudo. Me metió la mano por debajo de la parte de abajo del bikini y se deshizo de ella. Yo solo llevaba la parte de arriba del bikini.
Me dio besos por el cuello y yo subí la cabeza para dejarle más espacio. Con sus dedos hábiles me quitó la parte de arriba del bikini, ahora estábamos los dos expuestos a nosotros mismos.
Me recorrió todo el cuerpo con una mano, desde mi cuello hasta mis muslos.
Yo: Dani -dije en un gemido-.
Me miró a los ojos. Sus ojos azules se clavaron en los míos. En sus ojos solo había amor y deseo. Pero sobre todo amor.
Se estiró un poco y cogió un preservativo que no sabía que había dejado en la mesa de al lado de la cama.
Se lo puse con habilidad y se colocó de nuevo entre mis piernas y lentamente entró en mi. Ah. Duele.
Yo: Ah -cerré los ojos-.
Dani: Tranquila, nena -me apartó el pelo-.
Salió de mi. Que bien. Pero volvió a entrar igual de suave. Ah, seguía doliendo.
Dani: Te quiero, Andrea.
Giré el cuello y volví a cerrar los ojos.
Salió nuevamente de mi y volvió a entrar, pero ahora con más fuerza, ya no dolía, ahora era placer.
Ahora solo éramos cuerpos y sensaciones.
Salía y entraba con rapidez pero suave, de vez en cuando con más fuerza. Estaba llegando a una sensación que no había llegado nunca.
Dani: Vamos nena.
Los dos estábamos llegando a nuestro clímax. Íbamos acordes, le cogí de los hombros para que estuviéramos mejor y con una última embestida llegamos al clímax, él chillando mi nombre.


Tengo calor, mucha calor. Abro los ojos y Dani está completamente pegado a mi, nuestras piernas están liadas bajo las sábanas y su brazo está por mi cintura. Seguimos desnudos. Miro la hora. Las 8:30.
¿Como ha pasado el tiempo, no? Si ayer cuando volvimos de la playa el sol se estaba quitando. Sonrió al pensar lo que pasó anoche.
Me giro intentando no despertarlo y ahora estamos cara a cara. Le observo. Parece tan tranquilo ahora. Oh, mi pequeño rubio, te quiero tanto. Su perfecta nariz, sus ojos, su boca. Su pequeña cicatriz al lado del labio, su pelo de recién follado. Es tan perfecto.
De repente abre los ojos.
Yo: No quería despertarte.
Dani: Hola -me sonríe-.
Yo: Hola -le sonrió-.
Dani: ¿Has dormido bien?
Para no dormir bien, después de estar a tu lado.
Yo: Sí.
Dani: ¿Te hice mucho daño?
Oh no, no quiero hablar sobre lo de anoche. Fui increíble. Algo increíble perder mi virginidad contigo, pero me da vergüenza hablar contigo sobre este tema, así que mejor que no le de mucha importancia.
Yo: No.
Dani: Estuviste increíble -me besó el hombro-.
Yo: Tú también, gracias -le sonreí-.
Dani cogió el móvil y twitteó: 'Nada mejor que levantarse al lado de mi niña'.
Cogí yo el mío que estaba al lado de la cama: 'Nada mejor que levantarse al lado de mi enano'.
Y Carlos nos mencionó, a los dos: 'Uy, que felices se os ve, a saber que hicisteis anoche, jajajajaja'.
¡Vaya!
Dani le contestó: 'Mejor que no lo sepas bro ;)'.
¿En serio había puesto eso? Bueno, da igual, paso de enfadarme por tonterías, pueden ser varias cosas, no tiene porque saber que anoche hicimos el amor. Hicimos el amor, suena bien. No follamos ni nada, hicimos el amor. Dejé le móvil en la mesita de la lado de la cama al igual que Dani.
Dani: ¿Que te apetece hacer hoy?
Yo: Bueno, lo primero desayunar.
Dani: Claro, qué prefieres, ¿que llame y que no lo traigan aquí o que bajemos al salón?
Yo: Mejor bajamos, pero antes necesito una ducha.
Me levanté y me enrollé la sábana y fui al baño.
Abrí el grifo de la bañera y esperé a que se llenara.
La toqué, estaba a una buena temperatura, templada.
Tiré la sábana al suelo y me metí en la bañera, me senté con la cabeza apoyada a un borde. Dios, que descanso, que tranquilidad.
Pero de repente entró Dani y se sentó en el otro lado, justo enfrente de mi, sin decir nada. Se me quedó mirando, me observaba, solo me miraba a los ojos. Me estaba empezando a poner nerviosa.
Dani: No te muerdas el labio, sabes el efecto que tiene sobre mí.
No me había dado ni cuenta de que me estaba mordiendo el labio, pero me lo solté.
Me arrimé a él y apoyé en el de forma que tenía mi espalda pegada a su pecho y estaba entre sus piernas. En seguida volví a notar su erección. Me giré y me puse a horcajadas sobre él y empecé a darle besos por el pecho.
Dani: No.
¿No? ¿Por que?
Dani: Se a donde quieres llegar y no. Es muy pronto y estás dolorida, no te quiero hacer daño.
¿Era por eso? Pues vale. Me volví a girar y me puse al otro lado de la bañera.
Dani: Voy a lavarte el pelo.
Se puso champú en la palma de la mano y me hizo girarme y empezó a masajearme el cuero cabelludo.
Después de que terminara me lo aclaró y le hice lo mismo.
Cogí una esponja y me lavé y él hizo lo mismo.
Nos enjuagamos y nos salimos. Yo me enrollé una toalla en el pelo y otra por todo el cuerpo y él se enrolló una por la cintura.
Salí a por la ropa interior y estaba sonando el móvil de Dani, él no lo oía porque desde el aseo no se oía. Miré la pantalla para ver quién era. Lo vi. ¿Que narices quería ahora?



miércoles, 24 de julio de 2013

Capítulo 24.

NARRA ANDREA.
Yo: Carlos... ¿que te ha pasado?
Me miró.
Carlos: Mejor sentaros y os explico a todos.
Nos sentamos por donde pudimos y nos explicó todo.
Estaban yendo a un centro comercial de por ahí y un coche no paraba de seguirlos e intentaron despistarles y funcionó, pensaron que el coche no les perseguía, solo era casualidad, cuando de repente aparece detrás de ellos y les embiste. No llegaron a ver quién era, pero Magí está intentando solucionar todo.
Yo: ¿Y creéis que lo han hecho aposta?
Todo sonaba a que iban a por ellos.
Blas: No lo sabemos, pero todo es muy raro.
Silvia: Si os hubiera pasado algo...
Carlos: Por suerte estamos bien.
Silvia: ¿Bien? ¿Te has visto?
Carlos intentaba sacar lo mejor de cada situación, pero Silvia tenía razón, Carlos estaba muy mal, sin embargo conseguía sonreír y hacer como si no pasara nada
Carlos: No es para tanto.
Silvia empezó a llorar.
Silvia: ¿Que no es para tanto? Mírate joder, ¡estás en un puto hospital!
Silvia se fue.
Se habrá ido a fuera, necesitaría aire y en estas situaciones es mejor que esté sola, sin que nadie la agobie.
Dani: Pero tío, ¿que tienes?
Carlos levantó la sábana y Dani se quedó pálido.
Tenía todo la barriga cubierta por un venda, y había un poco de sangre.
Carlos: Me he perforado el estómago.
Yo: ¿Qué?
Carlos: Estaba buscando en la guantera unas gafas de sol que siempre llevo ahí y al estar abierta, cuando nos dieron, me la hinqué y de la presión me ha perforado, me tienen que hacer una operación.
Yo: ¿Cuando?
Carlos: No lo sé, pero lo más pronto posible.
Yo: ¿Lo sabe Silvia?
Carlos: No sabe nada.
Yo: Es mejor que lo sepa por ti antes de que se entere por otras personas.
Carlos: No la quiero preocupar.
Yo: Carlos, ¿no te das cuenta de que tendría que estar preocupada? No te quieres dar cuenta de la situación, pero es todo muy peligroso.
Carlos: ¡Que no quiero, joder!
Dani: Eh tranquilo, ella solo está diciéndote lo mejor que podrías hacer.
Carlos: Pero es que nadie le ha pedido su puta opinión.
¿Qué? Encima que intento ayudarle ¿y me lo paga así? Mira paso.
Yo: Mira, solo quiero lo mejor para vosotros, solo te estaba ayudando.
Carlos: Nadie te ha pedido tu ayuda.
Yo: Vale, cuando tengas un problema con ella a mi no me llames.
Carlos: No lo haré.
¿Hola? ¿De qué va tratándome así? No le he hecho NADA para que me hable así. Le intento ayudar porque se nota que entre él y Silvia las cosas no van bien. Pero él sabrá.
Yo: Dani, me voy. Llámame luego.
Y me fui para afuera. Estaba Silvia sentada en las sillas. Allí sola, mirando al infinito.
Yo: Dile al capullo de tu novio que baje los pones, y échale un polvo haber si se le pasa esa mala ostia.
¿De verdad había dicho eso? Silvia no tenía la culpa de nada, ella estaba destrozada. Mierda, no debería de haberlo pagado con ella. Pero ahora me da igual, me quiero ir de aquí.
Dani: ¡Andrea! ¡Espérame!
Me giré y venía detrás de mi
Yo: ¿¡Qué?!
Dani: Ignóralo, está así porque le has dicho la verdad y está muy jodido, no quería decir nada de eso.
Yo: No pinto nada aquí.
Dani: Sí.
Yo: No.
Dani: Eres la hermana de su novia y la novia de uno de sus hermanos, así que sí que pintas.
Me quedé mirándole.
Yo: Vámonos, por favor, no quiero estar más aquí.
Dani: Vale, espera.
Me fui fuera, necesitaba aire.
Salió Dani.
Dani: Vamos.
Me cogió de la mano y nos fuimos.
Yo: Por cierto, que nos han interrumpido, ¿que sorpresa era?
Dani: Mejor vamos a mi casa.
Volvimos a su casa y las fresas seguían ahí.
Las vi y me reí. Dani hizo lo mismo. Sin embargo no tenía ganas de nada, lo siento por él.
Dani: Ven -me cogió la mano y nos sentamos en el sofá-. Pues haber... como estoy de vacaciones he pensado en que nos podíamos ir a Mallorca unos días.
Yo: ¿En serio?
Dani: Sí, solos. Tu y yo.
Wow, sonaba bien.
Yo: Vale -le sonreí-.
Dani: ¿En serio?
Yo: Claro, ¿por qué no? Pero con una condición.
Dani: Dime.
Yo: Me tengo que pagar yo todo, estoy arta de que me pagues las cosas.
Dani: Error.
Yo: ¿Error?
Dani: Ya están los billetes de avión y todo.
Yo: No pasa nada, me dices lo que te han costado y te lo pago.
Dani: Em.. no.
Yo: ¿Por qué?
Dani: Andrea, te lo pago porque puedo, el día que no pueda dejaré que te lo pagues, pero ahora puedo.
Yo: Joer, vale.
Me besó en la mejilla.
Yo: Por cierto, ¿cuando salimos?
Dani: Ésta noche.
Yo: ¿Qué?
Dani: Y estamos allí hasta cuando queramos, un día, dos, tres, cuatro, los que queramos, ya sacaremos el billete luego.
Yo: Pero si mi ropa está la mayoría en Alicante.
Dani: No pasa nada, vamos a tu casa y salimos del aeropuerto de allí.
Yo: ¿En serio?
Dani: ¡Sí! -me sonrió-.
Me puse de pie y le abracé. Le pasé los brazos por el cuello y me subió. Dimos una vuelta por el aire.
Yo: Gracias -le di un beso suave-.
Dani: Así que vamos a tu casa y salimos para Alicante.
Yo: Pero...¿que pasa con Carlos?
Dani: He hablado con él y me ha dicho que nos vayamos, que no nos preocupemos por él, pero le he dicho a los demás que si pasara cualquier cosa que me avisaran.
Yo: Que bien tío -le sonreí-.
Ahora estaba super feliz, iba a pasar no sé cuantos días sola con Dani, dios. Siempre ha sido mi sueño. Bueno, mi sueño era estar con él, demostrarle todo lo que significa para mi, desde el primer momento me ha ayudado, con la música, a salir de los problemas, me ha ayudado más de lo que él se piensa.
Dani: Pues vamos a tu casa a por las cosas.
Yo: Vale.
Fuimos a mi casa y cogí toda la ropa, cogimos el coche para ir de nuevo a su casa y cogimos su ropa y fuimos al hospital a despedirnos.
               __________________________________

Estamos apunto de despegar, estoy nerviosa. Le tengo pánico a los aviones. El médico a ido a visitar a Carlos me llamó cuando llegué a Alicante y me pidió perdón, dijo que estaba muy alterado, que lo sentía.
Tenemos todas las cosas, estamos en la puerta de embarque esperando a nuestro vuelo.
Se nos arriman unas chicas.
Chica 1: Hola Dani, ¿te haces una foto con nosotras?
Dani: ¡Claro guapa!
Nunca me voy a acostumbrar a esto de que mi chico tenga a tantas chicas detrás, pero me tocará hacerlo, no tengo otra.
Chica 2: ¿Y conmigo?
Dani: Por supuesto -le sonrió-.
Se la hicieron.
Chica 1: ¿Os puedo hacer una foto a los dos?
Yo: ¿Qué?
Osea no, no estoy acostumbrada a que me pidan fotos, y no quiero, no soy nadie famosa.
Dani: Claro -le sonrió-.
Me cogió y nos hicieron la foto.
Dani: ¿Me la enseñáis?
Chica 1: Sí, mira -le sonrió y se la enseñó-.
Dani: Mira, salimos bien, ¿no?
La vi. Estaba bien.
Yo: Sí -sonreí-.
Saqué mi móvil.
Yo: Chicas, ¿cómo os llamáis?
Chica 1: Yo Laura y ella Alba.
Yo: Decidme vuestros twitters que os sigo -les sonreí-.
Laura: ¿En serio?
Yo: Claro, ¿por qué no?
Me dieron sus twitters y las seguí al instante.
¿Por qué no las iba a seguir? Son auryners, como yo.
Las seguí y se despidieron de nosotros y se fueron.
Pasa el tiempo y nuestro vuelo no lo anuncian.
Estoy cansada. Me apoyo en Dani y descanso un poco.
Dani: Andrea.
Yo: Sí.
Dani: Mira que foto nos han hecho Laura y Alba.
Me la enseñó:
















La foto estaba en un tweet: 'Nos acabamos de encontrar con @AndreaVarea_ y @DaniAuryn, son más románticos y más monos, gracias chicos +foto'.
Yo: Que majas.
Dani: Sí, la verdad es que sí.
VOZ: LOS PASAJEROS DEL VUELO DESTINO MALLORCA QUE VAYAN A LA PUERTA DE EMBARQUE, SU VUELO DESPEGARÁ EN VEINTE MINUTOS. SENTIMOS EL RETRASO.
Me puse de pie.
Yo: ¡Bien! ¡Por fin!
Dani se rió.
Yo: ¿Qué?
Dani: Tú.
Yo: ¿Yo qué?
Dani: Eres más impaciente.
Yo: Anda vamos.
Se levantó y subimos para el avión, yo estaba al lado de la ventana y Dani a mi lado.
Yo: Dani.
Dani: Dime.
Yo: Me dan miedo los aviones, no quiero seguir, me quiero bajar.
Dani: ¿Por qué?
Yo: ¿Y si se cae o algo? Les tengo pánico.
Dani: -me cogió la cara- No va a pasar nada, tranquila.
Me cogió la mano.
Esperamos unos veinte minutos y cerraron las puertas.
Azafata: Por favor, pónganse los cinturones, vamos a despegar.
Dani me puso el cinturón y se lo puso a él.
No, no, no. Tengo que bajar de aquí, no por favor.
Empezó a hacer un ruido.
Me quiero bajar.
Dani: Andrea, tranquila cariño.
Me dio un beso tranquilizador.
Nunca había subido en avión. Mis padres han cancelado muchos viajes por eso, porque les tengo pánico a los aviones, sin embargo ahora, voy a romper mi miedo.
Dani: Respira hondo conmigo.
Respire hondo. Me tranquilicé un poco.
Empezó a moverse bruscamente. Cerré los ojos. Dani me paso el brazo por detrás de los hombros y me puso la mano en la rodilla, eso me dio mucha más seguridad.
Parece que ya estábamos estables porque el avión dejo de hacer movimientos bruscos.
Dani: ¿Quieres algo?
Yo: Un agua si está bien.
La azafata nos trajo un agua y a él una coca-cola.
El resto del viaje nos quedamos escuchando música y hablando sobre lo que haríamos allí y todo eso.
Dani: Nena, vamos a aterrizar, estate tranquila, ¿vale?
Yo: Vale.
Me dio un beso en la mejilla y aterrizamos, sin problemas.
Fuimos a por nuestras maletas y nos quedamos en la puerta del aeropuerto.
Cogimos un taxi y nos llevaron al hotel Gran Prix, que es el que Dani había reservado.
Llegamos allí y pedimos nuestro número de habitación, teníamos la 69, vaya que casualidad
Subimos a la habitación y era gigante: una cama de matrimonio, una tele de plasma, una terraza con vistas al mar, el aseo con bañera gigante, chulísima.
Dejamos las maletas.
Dani: ¿Vamos a la playa?
Yo: Vale.
Nos cambiamos y bajamos a la playa.
¡Menuda revolución! Se ve que se había corrido la voz de que Dani estaba en Mallorca y había un montón de gente en la playa, o quizás solo vengan a la playa, que es lo más seguro.
Pusimos las toallas y nos tumbamos.
A los minutos vinieron como veinte chicas a pedirle fotos y autógrafos a Dani.
Dani: ¡Claro guapas!
Se hizo foto besando a algunas, en otras muy cogidos, en otras le besaban a él... controla tus celos me dice mi subconsciente, solo son fans.
Un grupo de chicas se acercaron a mi.
'Andrea, ¿te haces fotos con nosotras, por favor?'
Yo: Claro -les sonreí-.
Me hice foto con todas.
'Gracias guapa, gracias por hacer feliz a Dani'
Yo: Para eso estamos -le sonreí y les despedí con la mano-.
Me volví a tumbar y al minuto se tumbó Dani.
Dani: Siento todo esto, no sabía que se iban a enterar tan pronto de dónde estaban.
Yo: No pasa nada.
Dani: ¿Te pongo crema?
Yo: Vale.
Me desabrochó la parte de arriba y gracias a dios que estaba boca abajo y me puso crema por toda la espalda, también me dio por el culo.
Dani: No quiero que sufra daños -me guiñó el ojo y me ató la parte de arriba-.
Yo: Anda, túmbate que ahora te pongo yo.
Se tumbó boca arriba para mi sorpresa y me senté encima de él; ahora estaba a horcajadas.
Le puse crema por todo el pecho, masajeándole al mismo tiempo y empiezo a notar su erección. ¡Vaya! No pensaba que le iba a pasar esto.
Terminé y le di un beso los abdominales.
Me quité y me tumbé en mi toalla y Dani se dio la vuelta, supongo que para que no se le notara eso... ya sabéis.
Suspiró.
Yo: ¿Todo bien?
Dani: Sí, todo.
Yo: ¿Has tenido un problema con tu amiguito?
Oh dios, ¿había dicho eso?
Dani: Todo por tu culpa -me sonrió-.
Yo: Yo solo te he puesto crema.
Dani: Retorciéndote encima de mi, así que sí, es tu culpa.
Yo: Vale, lo que el señorito culpa-a-los-demás diga.
Dani: Vamos al agua.
Yo: ¿Ya está tu amigo tranquilo? -reí-.
Me cogió como un saco de patatas.
Yo: ¡Para!
Le veía las intenciones, me quería tirar. Odio que me tiren de golpe o que me mojen y salpiquen, soy de las que se tiene que meter poco a poco, a su tiempo.
Yo: Como me tires mueres.
Me empezó a azotar el culo.
Yo: ¡Au, para!
Y de momento se sumerge en el agua conmigo dentro.
No estaba tan fría.
Yo: ¡Eres un capullo, te había dicho que no me tiraras!
Dani: No te he tirado, te he sumergido -se encogió de hombros-.
Oh sí, tengo una idea.
Me acerqué a él y empecé a besarle. Me cogió del culo y enrollé mis piernas en su cintura.
Dos pueden jugar a este juego.
Empezamos a besarnos salvajemente, daban igual el resto de personas.
Llevábamos un tiempo liándonos, como cinco minutos sin parar. ¡Sí, sí! ¡Tanto! Tanto que ya empezaba a notar su erección, de nuevo.
Así que cogí y me salí para afuera.
Dani: ¿Donde vas?
Yo: Dos pueden jugar a este juego -le guiñé el ojo-.
Ahora se iba a quedar ahí hasta que se le pasara el calentón. Hombre, me tira así sin más pues yo le dejo con las ganas. Sonreí y me volví a tumbar a tomar el sol.
Pero en seguida noto una presencia a mi lado.
Levanto la vista y veo a Dani.
Yo: Hola.
Dani: ¿Con que te gusta jugar, no?
Yo: Sí.
Dani: Pues juguemos.
Oh no, ¿que iba a hacer?



martes, 16 de julio de 2013

Capítulos 22 y 23.

NARRA SILVIA.
¿Qué hago? ¿Lo llamo? ¿No lo llamo? Lo llamo, venga.
Pi, pi, pi, pi. Este es el contestador del número...
Colgué. Joder, ¿por qué no me lo cogía ahora? ¿estaría enfadado?
Pi, pi, pi, pi, Este es el contestador del número 6..
Colgué.
Le he llamado 5 veces y no me lo coge, no sé que le pasa. Si la que estaba enfadada era yo.
Pues nada, si no me lo coge, ¿que voy a hacer?
Mire en twitter, hacía mucho que no decía nada. En insta igual.
Haber si le ha pasado algo... no creo tío. No te ralles, que no le ha pasado nada. ¿O sí?
Llamo a Álvaro... nada, tampoco lo coge. Joder, que alguien me lo coja ya.
Llamo a Blas. Pi, pi, pi, pi.
CONVERSACIÓN TELEFÓNICA.
Blas: ¿Silvia?
Yo: ¡Dios! Por fin me lo coge alguien. ¿Estás con Carlos?
Blas: Eh...
Yo: Blas, ¿que está mal?
Blas: No, nada..
Yo: Blas, por favor.
Blas: Hemos tenido un accidente, estamos en el hospital.
Oh dios mío. Me quedé en shock. Mi niño. La última vez que había hablado con él fue cuando discutimos. ¿Y si no vuelve a despertarse? Espera, no exageremos todo, no será nada.
Blas: Silvia, ¿está ahí?
Yo: Sí, sí. ¿Pero que? ¿Que ha pasado?
Blas: Estaba conduciendo yo y de repente nos dieron por detrás.
Yo: ¿Pero quiénes ibais?
Blas: Álvaro, Carlos y yo.
Yo: Dios mío, ¿pero estáis todos bien?
Blas: Silvia...
Yo: Quiero la verdad.
Blas: Ven al hospital general, estamos en urgencias.
Yo: Vale, voy ya.
Oh no, esto no podía ser verdad.
Las lágrimas me empezaron a caer. Seguro que está bien, ¿no? El pensamiento de que podía perderle me estaba matando. Cogí un taxi y en 10 minutos estaba allí. Entre a urgencias y  vi a Blas, solo llevaba algún rasguño por los brazos y un corte en la cara. Conforme le vi le abracé.
Blas: Ey, no llores, vamos -me limpio las lágrimas-.
Yo: ¿Dónde está Carlos? ¿Está bien? ¿Estáis bien?
Blas: Siéntate por favor.
No, ¿que me sentara para que?
Negué con la cabeza.
Blas: Silvia, es mejor.
Puf, vale.
Me senté.
Blas: Álvaro ha ido a arreglar todo el papeleo del coche, no le ha pasado nada, solo le duele un poco la espalda, pero Carlos...
¿Pero Carlos qué? Sigue por favor. Mi cara se iba oscureciendo. Mi niño, mi Carlos.
Blas: Pero Carlos, estaba sentado atrás, no llevaba el cinturón y en cuanto nos dieron chocó contra mi sillón y..
Se calló.
Yo: ¿Y? -dije entre sollozos-.
Blas: Y no sé nada más, lo han entrado con una mascarilla, no podía respirar.
¿QUÉ? No. Esto... esto no es real. Esto es una puta pesadilla. Va, despierta.
Blas se sentó a mi lado.
Blas: No nos han dicho nada, llevamos aquí 2 horas.
Yo: ¿Dos horas esperando?
Blas: Sí.
Yo: ¿Cuándo pensabais llamarme?
Blas: No lo sé Silvia... todo ha pasado tan rápido.
Me encogí y empecé a llorar. No puedo soportar esto.
Blas: Seguro que no es nada -me acarició la espalda y me sonrió-.
Quizás tenía razón... o quizás no. Si no hubiera sido nada ya nos habrían avisado y no nos han dicho nada aún... es imposible.
Nos quedamos allí sentados, esperando a que pasara el tiempo y recibir noticias.
Blas andaba de un lado a otro, sin estarse quieto.
Yo: ¿Has llamado a David y Dani?
Negó con la cabeza.
Yo: Tienen que saberlo.
Blas: No quiero preocuparles, aún no sabemos que pasa.
Asentí. Tenía razón. No merece que alarmemos, aún.
Enfermera: ¿Familiares de Carlos Marco?
Nos levantamos Blas y yo.
Blas: Sí, aquí.
Enfermera: Podéis pasar.
Llegó Álvaro.
Me abrazó y me sonrió.
Álvaro: Todo va a estar bien.
Le sonreí falsamente, porque no podía sonreír, no ahora.
Entramos todos y seguimos a la enfermera que nos llevó a una  habitación.
Ahí estaba Carlos, tumbado y despierto.
Entraron ellos dos, yo me quedé en la puerta.
Se abrazaron y empezaron a hablar. No podía escuchar lo que decían.
Me miraron.
Los chicos se iban. ¿Ya? ¿Tan pronto? Supongo que irían a que los revisaran y a avisar a Magí y a los demás.
Álvaro: Todo para ti -me sonrío-.
Blas: No seas muy dura con él, que está débil -me dio un beso en la mejilla-.
Álvaro: Vamos a revisar unas cosas y venimos.
Yo: Vale -les sonreí, un poco más natural-.
Es increíble como podían sonreír, después de todo, sacaban fuerzas de donde no habían y me sonreían.
Se fueron. Ande hacía él y senté en el borde de la cama.
Me quedé mirándole. Tenía una sábana hasta un poco más abajo del cuello. No se le veía nada mal, estaba bien, pero entonces... ¿porqué estaba ingresado?
Yo: ¿Estás bien?
Me di una bofetada mentalmente, ¿no ves que no está bien? Pero no sabía que decir, estaba nerviosa y muy preocupada.
Carlos: Podría estar mejor -me sonrió-.
Yo: Quiero que nos vayamos a mi casa, o a la tuya, pero vámonos de aquí, no puedo estar aquí, no me gustan los hospitales.
Carlos se me quedó mirando, como diciendo que él también quería irse.
Carlos: No puedo por esto.
Y se quitó de encima la sábana. Oh dios mío. Rompí a llorar.


NARRA ANDREA.
Cogí el ascensor. Subí. Salí y no me podía creer lo que estaba viendo.
Estaba todo lleno de pétalos con una nota: Sigue el camino de pétalos. Confía en mi. 
Seguí el camino de pétalos que iba entrando en su apartamento. Llegué a la cocina y ahí estaba. Con una pantalón negro y una camisa por fuera blanca. Muy arreglado y sexy a la vez.
Dani: Hola -murmuro en cuanto me vio llegar-.
Yo: Hola.
Dani: Ven -me dio su mano y yo la agarré-.
Me cogió de la cintura.
Dani: No quiero que volvamos a discutir. Nunca más.
Yo: Yo tampoco.
Me dio un corto beso.
Dani: ¿Comemos?
Yo: Claro.
Me fui a sentar y me apartó la silla y me volvió a arrimar. Muy caballeroso por su parte.
Se sentó él.
Dani: Espero que te guste la lasaña, la he hecho yo -me sonrió-.
¿Dani? ¿Cocinar? ¡Pero si él no sabe hacer nada!
Yo: ¿Con ayuda de?
Dani: De María.
¿María? ¿Quién coño es María y que hace ayudando a Dani? Los celos se estaban empezando a apoderar de mi.
Yo: No sé quién es.
Dani: Mi mejor amiga.
Yo: Vale.
Dani: Ya te la presentaré. Ella me ha ayudado a hacer todo esto de los pétalos y eso.

NARRA DANI.
(Los flashbakcs van en cursiva) (Flashbacks=pensamientos del pasado o cosas que han pasado antes).
María: La cena la tienes ahí, las fresas y la nata en la nevera, ¡que no se te olvide dejar la nota en la entrada!
Yo: No, tranquila.
María es mi mejor amiga, desde que se creó Auryn ella ha estado ahí, a mi lado, apoyándome y en los peores momentos me ha ayudado, es una persona muy importante e imprescindible para mi.
María: Pues me voy, ya me cuentas -dijo mientras cogía su bolso-.
Yo: Vale.
María: No estés nervioso anda -me sonrió-.
Le sonreí.
María: -me dio un beso en la mejilla-. Adiós feo.
Yo: Adió fea -le sonreí y cerré la puerta-.

NARRA ANDREA.
Yo: Bueno, vale. Pero que raro, nunca te he visto fotos con ella ni nada.
Dani: Ya, no le gusta que sepan que es mi amiga, por la de la fama y eso.
Yo: Am.
Me puso lasaña en mi plato y se puso él.
Empezamos a comer.
Dani: Tenemos que hablar sobre lo que ha pasado.
Yo: Ya lo hablamos anoche.
Dani: Pero no a la cara.
Yo: Pues empieza.
Vale, estaba un poco borde, pero joder, no sabía de la existencia de María ¿y me lo suelta así sin más?
Yo tengo mejor amigo. Bueno, ya no. Un día así sin más dejó de hablarme, sigo sin saber porque... pero ahora podría considerar como mejor amigo a David, siempre me está ayudando.
Dani: Siento haberte chillado, no sé que me paso.
Yo: Te dije anoche que eso estaba olvidado.
Dani: ¿Por qué estás tan borde? ¿Te he hecho algo?
Que si me has hecho dice... si me pongo a decir las cosas que me has hecho no paro, pero por ejemplo; uno, intentar meterme mano en mitad de un parque; dos, chillarme; tres, faltarme el respeto; y cuatro, no comentarme nada de su amiga María.
¿Sería guapa? Espero que no intente nada con Dani.
Mi ex mejor amigo me quería. Y casi todos los mejores amigos que conozco es porque uno de los dos se quieren, o los dos y no lo dicen por temor a perder a esa persona tan importante.
Yo: No, no me has hecho nada.
Dani: ¿Entonces? No te entiendo.
Yo: Estoy bien.
Dani: No me mientas. Se te ve en la cara.
Terminé de cenar.
Me levanté.
Yo: ¿Has terminado?
Asintió.
Cogí los dos platos y los llevé al fregadero, los dejé y me quedé apoyada en la encimera.
No te ralles, no te pongas celosa, es solo una amiga, sin más. Te ha dicho que te quiere y que no te quiere perder.. a través de una pantalla, sí, pero al menos te lo ha dicho.
Me quedé allí, apoyada, absorbida por mis pensamientos.
Yo no pensaba que todo esto iba a ser así; así de difícil, con tantos problemas. Yo pensaba que todo iba a estar bien, sin problemas y los dos juntos. De momento me coge de detrás de la cintura y envuelve sus manos en mi cintura.
Dani: ¿Por qué discutimos? No quiero discutir más.
Me giré por lo que quedamos cara a cara.
Yo: Nunca me habías dicho lo de tu amiga María.
Dani: ¿Pero que mas da? Es solo una amiga.
Ja, eso dicen todos y luego te la clavan.
Yo: Si tu lo dices...
Empezó a besarme por el cuello y yo quedé pegada a la encimera, por un parte, y por la otra, estaba completamente pegada a él.
Empezó a sonarle el móvil.
Lo ignoró.
Volvió a sonarle y volvió a ignorarlo.
Yo: Dani, el móvil.
Dani: Ignóralo -dijo mientras volvía a hacer un camino de besos desde mi cuello a mi oreja-.
De momento se aparta. ¿Qué pasa?
Dani: Tengo fresas -me sonrío-.
Yo: Perfecto -le sonreí-.
Fue a la nevera y sacó fresas y nata.
Dani: Vamos para el sofá.
Fuimos para el sofá y dejamos las cosas en la mesa. Nos sentamos y las volvimos a coger.
Dani me dio a mi la nata y él cogió el bol con las fresas.
Me dio una y le puse nata. Le di un bocado. Mm... que buena.
Él se comió la otra mitad. Le puse nata en la comisura de la boca.
Yo: ¡Ups! -reí-.
Se rió.
Dani: Con que quieres jugar... interesante oferta.
Se fue a limpiar.
Yo: ¡No, no! Lo hago yo -le sonreí-.
Sonrío y se quedó quieto.
Me acerqué más a él y le chupé la nata, luego le besé.
Yo: Um... saber mejor en ti.
Dani: Haber si es verdad.
Y me pone nata en la comisura, como yo a él.
Me la chupó y me dio un beso rápido.
Dani: Tenías razón, sabe mejor en ti.
Yo: Yo decía en ti.
Dani: Eso, en ti.
Suspiré y sonreí.
Volvió a sonar el móvil.
No lo cogió. Me sonó el mío. Era David.
CONVERSACIÓN TELEFÓNICA.
Yo: Dime David.
David: Andrea, ¿estás con Dani? -dijo con preocupación-.
Yo: Sí, ¿que pasa?
Dani me miró y encogió los hombros para saber que pasaba. Le hice el gesto de que se esperara.
David: Carlos está ingresado. Él, Blas y Álvaro han tenido un accidente. Me acabo de enterar. Me voy para el hospital, está en la habitación 236, nos vemos allí.
Yo: Va, vale.
Colgué.
Dani: ¿Que pasa?
Yo: Carlos está ingresado. Blas, Álvaro y él han tenido un accidente.
Dani: ¿Qué? Pero, ¿están bien?
Yo: No lo sé, vamos para allá.
Nos levantamos corriendo y fuimos para el hospital.
Fuimos a recepción.
Yo: Perdone, ¿la habitación 236?
Recepcionista: Cogéis el ascensor para la segunda planta y a derecha.
Yo: Gracias.
Me sonrió.
Fuimos como nos habían indicado. Subimos. A la derecha. Habitación 230, 232, 234, ¡236!
Silvia estaba en la puerta, llorando sin parar. Los demás estaban dentro, se oían las voces.
Fui corriendo hacia ella.
Yo: ¡Ey! ¿¡Qué pasa!?
Silvia: Carlos, Carlos... -dijo entre sollozos-.
Dani estaba a mi lado, sin hablar.
Me apretó la mano y le miré.
Dani: Voy a dentro.
Yo: Vale, voy ya.
Volví a hablarme a Silvia.
Yo: Vamos Silvia, ¿que pasa con Carlos? Me estás preocupando.
Silvia: Él... -me miró-. Mejor vamos para adentro y lo ves con tus ojos.
Asentí.
Entramos a dentro y vi a Carlos, estaba hablando con Dani.
Estaba normal.
Yo: ¿Qué pasa? Está bien, ¿no?
Silvia se aceró a él, le levantó la sábana.
Me quedé blanca, dios mío, yo tampoco podía verle así, normal que Silvia estuviera así.
Carlos: Hola Andrea -me sonrío-. ¿Que tal?
¿Como podía sonreír así?
Yo: ¿Que, que te ha pasado?
Me miró y...


sábado, 13 de julio de 2013

Capítulo 21.

NARRA SILVIA.
Salimos del jacuzzi, le cogí de la mano y fuimos para mi habitación. Entramos y mojamos todo, no importaba. Solo estábamos él y yo.
¿De verdad quieres hacer esto, Silvia? Mi subconsciente se preocupa. En realidad yo también estoy preocupada, pero quiero, ahora. Tengo ganas. Nunca lo he hecho con nadie en cambio Carlos sí, creo. No sé si estaré a su altura, eso me preocupa.
Llegamos a mi habitación y me tumba sobre la cama. Se pone encima mía y empieza a besarme, salvajemente.
El ambiente estaba cambiando, se estaba empezando a poner caliente. Prepárate. Joder con mi subconsciente, no se calla eh. Pero en realidad tiene razón, prepárate.
Carlos: Si quieres que pare, paro.
Me quedé pensando. ¿Quieres? Claro que quieres. Pues allá vamos.
Yo: Tranquilo.
Sonreí y le besé.
Carlos se levantó y fue a su pantalón. Sacó un paquete plateado y lo dejó encima de mi mesita de noche.
Se volvió a poner encima mía.
Me desabrochó la parte de arriba del bikini, y con mi ayuda la tiramos fuera.
Carlos: ¿Lista?
Más que eso.
Yo: Sí.
Se quitó el bañador, cogió el preservativo y se lo puso.
Me miró a los ojos y le sonreí.
Y de pronto se hundió en mi. Ah, dios.
Carlos: ¿Estás bien?
Le asentí con la cabeza.
Salió de mi y volvió a entrar. Me dolió, pero menos.
Volvió a salir y a entrar, lento, suave. Ya no dolía, ahora solo era placer.
Estaba llegando a una sensación que nunca había tenido y con un embestida más los dos llegamos a nuestro clímax.
Se quitó de encima mía, se levantó, tiró el condón y volvió a tumbarse a mi lado.
Estaba un poco dolorida.
Carlos: ¿Estás bien?
Yo: Sí.
Carlos: No ha estado tan mal, ¿no?
Negué con la cabeza.
Ahora me daba vergüenza mirarle a los ojos.
Me levanté y me puse un sujetador y unas bragas y me fui a la ducha.
No le dije nada a Carlos, así pensaba un rato y me distraía y eso.
Salí de la ducha con ropa interior y Carlos no estaba. Que raro.
Había una nota en la cama:
'Silvia, no sé porqué estás así. Me voy a mi casa. Cuando quieras hablar llámame. PSD: Esta es mi dirección: ........'
Joder, ahora me sentía mal. Pero no sé, no estoy enfadada con él, pero no puedo estar como antes. Me siento incómoda. ¿Será porqué nos hemos adelantado a los hechos? ¿Deberíamos haber esperado más para hacerlo? ¿Tendríamos que haber tenido más confianza? Me gruñe la barriga. ¿Que hora es? Las 14:23. Perfecto. Voy a comer y ya pensaré que voy a hacer con todo esto.

NARRA ANDREA.
Me dio la mano, me levanto y vamos para su casa.
La noche promete.
Llegamos a su casa sobre las doce de la noche. Que tarde.
Me abrió la puerta y pase. ¿Ahora qué?
Dani: ¿Una copa? -me sonrió-.
Yo: Claro -le sonreí-.
Me senté encima de la encimera mientras él nos ponía dos mojitos.
Me lo dio y nos fuimos a una parte donde tenía una barra pequeña.
Dani: ¿Podemos hablar?
Se me cortó la respiración. Oh dios. Seguro que la había cagado.
Yo: Claro.
Dani: Sobre lo que ha pasado en el parque s-le interrumpí-.
Yo: Sobre eso... no es que no esté preparada, si tiene que surgir va a surgir, pero estábamos en el parque Dani, nos podría ver todo el mundo. No sería bueno para ti.
Dani: Ese es el problema, que soy normal.
Yo: Dani, no lo eres. Todos tus actos van a tener sus consecuencias.
Dani: ¡Pero es que si no intento ser normal se me va a subir la fama a la cabeza y eso es lo que no quiero!
Vaya, si que le había sentado mal eso. Pero es que lo tiene que entender es famoso. No sería bueno para su carrera que en un revista saliera 'El cantante Dani Fernández, componente del grupo AURYN ha sido pillado dándose el lote con su novia en mitad de un parque'. Por que no, no sería bueno para él. No quiero joderle la carrera.
Yo: Vale, si tú lo dices. Pero que sepas que esto lo hago por ti, ¿quieres que hagan un puto artículo sobre que opinan las auryners de que me metas mano en mitad de un parque? ¡Adelante! ¡Venga, vamos! ¡Vamos a parque a ver que pasa!
Dani: No, no tengo porque ser ni un artículo ni portada ni nada.
Yo: Dani, habéis crecido musicalmente, ¿no te das cuenta?
Se quedó callado.
Yo: ¿No te das cuenta de que ahora todo lo que hagas va a ser juzgado? Por cada cosa que hagas bien te aplaudirán, pero están esperando a que la cagues para hundirte, porqué la sociedad es así, una mierda. Y si quieres que te hunda adelante, pero no cuentes conmigo para eso.
Le di un último trago a mi mojito y me fui.
Sin decirle nada. Que mal me sentaba que quisiera tener razón cuando no la tenía tío. Lo hago por ti, por tu carrera, ¿y tu me lo agradeces así? Pues no.
Me fui para mi casa andando y unos veinte minutos estaba allí.
Ahora estaba frustrada, con mucha rabia.
No voy a darle más vueltas, él es quién tiene el problema. Si quiere algo ya vendrá.
Entre a mi casa y Silvia estaba con Carlos en la habitación. No le voy a decir ni que estoy. Estarán ocupados. Me encerré en mi habitación. Me puse el pijama y me tumbé en la cama con el móvil.
Siempre estaba con el móvil en twitter e instagram, aparte del whatsapp.
Estando en twitter no había nada interesante.. eran las 00:44.
Voy a twittear algo:
'No siempre uno tiene razón, hay que saber escuchar'.
'Me voy a dormir, hoy ha sido un día muy largo'.
' "Buenas" noches'.
A ver Instagram... tampoco nada interesante. Pues voy a subir un par de fotos.



Título: Así os leo.














A ver.. tengo que subir otra, porque sí, porque me apetece.
Voy a buscar algo entre mis fotos. Vale, ya la tengo. Esta:



Título: Esta foto es de cuando viajamos al Caribe, ¡qué bien nos lo pasamos! :) Espero que os guste.




'





Subo para arriba a ver si alguien ha subido alguna foto. Carlos ha subido una de Silvia y él. Que monos. Me dan envidia. Siempre están bien. David me comentó en la foto: 'Uy, que fea, ¿no? :P'.
Míralo, David y sus tonterías que siempre me hacen sonreír. Voy a contestarle. '¿Fea? Un poquito :)'
'Era broma tonta, precios que eres, ¡guapa!'
'Pues yo no lo decía en broma, gracias moreno, a ver si me voy contigo a la playa algún día, ¡que estoy blanca!'
'Cuando vayamos a donde haya playa, te vienes ;)'
'¡Perfecto! :)'
Volví a subir a ver las fotos y Dani había subido una foto. No se cargaba joder. Me estaba poniendo nerviosa. No se carga. Vale, se está cargando. ¡Ya se ha cargado! Wow, ¿en serio había subido esa foto? ¿Y ese título? El título es lo que más me extrañaba. La foto era normal, ¿pero el título?

Título: Enséñame a escuchar, por favor. Te necesito.
'Lo haré'.
'Llámame, tenemos que hablar'.
'Estoy cansada, háblame por wa'.






Sinceramente me daba igual que lo viera todo el mundo.
Y en seguida me habló por wa.
[Conversación de wa].
Dani: Andrea...
Yo: Estoy cansada, así que por favor, deprisa.
Escribiendo....escribiendo....escribiendo.
Dani: Mira Andrea, no quiero que por una gilipollez todo se vaya a la mierda. Te quiero demasiado. Solo estaba un poco enfadado por lo que había pasado y  tienes razón, no es bueno para mi carrera. He hablado con Magí y él te ha dado la razón. Siento haberte chillado y haberme comportado así, solo que no quiero perderte.
"Te quiero demasiado", "solo que no quiero perderte".
Wow, grandes palabras. Yo tampoco quiero perderle.
Yo: Ya sé que es un gilipollez, pero no siempre vas a tener razón. Yo tampoco la voy a tener siempre, pero tienes que saber escuchar y no alterarte en seguida. Te ayudaré a escuchar al igual que tú tienes que enseñarme a valorarme a mi misma y no pasa nada. Todo olvidado.
Dani: ¿Podemos quedar mañana? Quiero darte una sorpresa.
Oh no, odio las sorpresas.
Yo: Vale, pero que sepas que las sorpresas me ponen muy nerviosa.
Dani: A mi me pones tú.
Vaya, eso lleva doble sentido.
Yo: jajajaja, sé que dices las cosas para que piense en los dos sentidos y conforme a eso. Tú a mi también, en ambos.
Dani: No lo decía con segundas *ironía*.
Yo: Me voy a dormir, que estoy cansada. Mañana cuando me levante te llamo y ya quedamos.
Dani: Vale pequeña. Duerme bien, te quiero alicantina.
Yo: Te quiero, rubio.
Dejé el móvil en la mesa de noche.
Sonreí. Me quiere.
Bueno, eso siempre se dice a través de una pantalla. Luego en persona pocas personas te lo saben decir y a mi nunca me han dicho te quiero en persona... bueno sí, pero no vale un te quiero de esos que se dicen por decir, que ahora se dice te quiero a la ligera y se toma de broma pero cuando yo digo un te quiero, ten por seguro que es verdadero.
Y poco a poco se me iban cerrando los ojos mientras pensaba en su sonrisa.

[POR LA MAÑANA].
Me dio un rallo de sol en los ojos. Los abrí. Me había dejado la ventaba abierta por lo que entraba la luz.
Me estiré. Miré la hora. 11:22. Joder, que tarde se me ha hecho.
Cojo el móvil y un wa, de Dani, de anoche, a las 2:12.
Mensaje: 'Cuando leas esto ya será de día. Espero que hayas dormido bien. Siento si aveces no demuestro lo mucho que te quiero, pero va a cambiar, te voy a demostrar lo mucho que eres para mi, lo mucho que te quiero, por eso te tengo preparada una sorpresa. Te levantarás tarde porque estás cansada, ven a las 14:00, a mi casa, te espero, no faltes. Te quiero enana.
Sonreí. Es tan perfecto, siempre me hace sonreír.
'He dormido bien, gracias. Allí me tendrás'.
Me levanté y bajé abajo y estaba Silvia, cabizbaja.
Yo: Ey, buenos días -le sonreí-.
Silvia: Buenas -dijo desanimada-.
Yo: ¿Que pasa?
Me enseñó un papel. Era una nota de Carlos.
Yo: ¿Pero porqué estás enfadada con él?
Silvia: ¡No lo estoy!
Yo: ¿Entonces?
Silvia: Nada.
Yo: Si no me dices no te puedo ayudar.
Le devolví la nota.
Yo: Pero sea lo que sea, solucionarlo. No merece la pena enfadaros por una gilipollez.
Me devolvió la sonrisa.
Me fui para la cocina.
Yo: ¿Has almorzado?
Silvia: ¡No!
Yo: ¿Hago tortitas para las dos?
Silvia: ¡Vale!
Hice las tortitas y Silvia puso el mantel y eso en el comedor.
Terminamos y recogimos todo.
Yo: Bueno, me voy a la ducha que he quedado con Dani a las dos.
Silvia: Vale, ya hablamos -me sonrió-.
Subí a mi habitación.
Está muy rara. No sé que le pasa. Voy a llamar a Carlos.
[Llamada telefónica con Carlos]
Carlos: ¡Hola Andrea!
Yo: Carlos -le dice con voz contenta-.
Carlos: Dime.
Yo: Escúchame, ¿tú sabes que le pasa a Silvia? Está muy rara y distante.
Se quedó en silencio.
Yo: Carlos.
Carlos: Movidas nuestras.
Yo: Bueno, como está todo el mundo hoy tío -suspiré-. ¡Pues lo que sea solucionarlo que estáis de una mala hostia los dos!
Colgué.
Todo el mundo estaba borde hoy tío.
Me metí a la ducha. Salí más relajada.
Busqué algo que ponerme. Estaba más nerviosa que la primera vez que lo veía.
Al final opté por ponerme esto:















Y me hice un moño.
Salí ya para su casa. Fui en coche. Aparqué donde pude y bajé.
Toqué abajo.
Dani: ¿Quién?
Yo: Yo.
Dani: Vale, sube.

Cogí el ascensor. Salí del ascensor y no me podía creer lo que estaba viendo.


miércoles, 10 de julio de 2013

Capítulo 20: "La noche promete".

Nos sentamos en una mesa, pero lo que no pensábamos era que la camarera nos atendiera con tanta emoción.
Camarera: ¿Estáis juntos?
Em... ¿hola? ¿Qué dice esta? No sé ni quién es, pero bueno.
Dani: Sí -le sonreí-.
La camarera se giró y llamó a otra camarera y vino dónde estábamos.
Camarera: Bueno, yo soy Rocío, y hace un tiempo estuvisteis aquí, me acuerdo perfectamente.
Camarera 2: Sí, ¿y sabéis que me dijo?
Dani me miró extrañado, toda está situación era... ¿rara? No sé.
Camarera 2: Me dijo que volveríais aquí, juntos, y ha estado en lo cierto.
Rocío era mayor, rubia, ojos oscuros. Se notaba que se acordaba de los detalles, sobre todo por esto.
Rocío: Conforme entrasteis aquí, se lo dije a Alba.
Supongo que Alba sería la otra camarera.
Rocío: Y se notaba en vuestras miradas.... tú ibas un poco... borracha -se refirió a mi y se rió-.
Yo reía ante el recuerdo. Iba demasiado mal.
Rocío: Pero él te miraba de una manera diferente, con admiración, deseo, amor... con todo.
Dani me miró y sonrió.
Roció: Y supe que volveríais al sitio que os unió. Y dejadme darnos un consejo. Pase lo que pase, las miles de peleas, no os distanciéis, juntos sois la perfección, no dejad que nada ni nadie destroce esto tan bonito que tenéis.
Nos sonrió y nos dijo que queríamos. Yo pedí una hamburguesa normal con patatas fritas y de beber agua, Dani lo mismo que yo pero en vez de agua se pidió una coca-cola.
Se fueron las dos camareras.
Yo: Que curioso, ¿no?
Dani: Demasiado.
Yo: El destino quiere que estemos juntos.
Dani: Sí.
Nos trajeron todo y empezamos a comer.
Me puse ketchup en las patatas y en la hamburguesa. Le pegué un bocado. Mmm.. que buena. La última vez que comí aquí estaba de resaca.
Miré a Dani y se estaba riendo. ¿Tenía algo en la cara?
Yo: ¿Qué?
Dani: Tienes ketchup.
Yo: ¿Donde?
Dani me señaló la comisura del labio.
Me pasé la servilleta.
Yo: ¿Ya?
Dani negó y se rió.
Me volví a pasar la servilleta.
Yo: ¿Ahora?
Dani: No.
Se levantó y se acercó a mi.
Me besó, así, sin lengua ni nada, suave y con mucho cariño.
Dani: Listo -me dio un beso en la mejilla y volvió a su sitio-. Ya no tienes nada -me sonrió-.
Yo: Gracias -le sonreí-.
Terminamos de cenar y ahora iba a pagar ya, la última vez pagó él, ahora yo.
Me levanté.
Dani: ¿Dónde vas?
Yo: A pa..-me interrumpí-. Al baño.
Fui a pagar pero me dijeron que ya estaba pagado. ¿Qué iba a hacer con este chico? Siempre se adelanta a los hechos.
Volví a la mesa y estaba allí esperándome.
Dani: ¿Nos vamos?
Yo: ¿Cuando has pagado? No me he enterado.
Dani: Antes.
Yo: No me gusta que pagues todo.
Dani: Andrea, si vamos a estar juntos tendrás que acostumbrarte. Ahora puedo pagar todo, mientras pueda lo haré y no hay más que hablar.
¡Vaya! Conozco al Dani romántico, al Dani sensual, al Dani mandón... ¿me queda alguno más? El Dani mandón no me gusta mucho. ¿Tengo que hacer lo que él diga? ¡Pues no! Pero no lo cambiaría por nada del mundo... lo quiero así, tal y como es. Con sus defectos y virtudes...¡espera! ¿qué defectos? Dani no tiene ningún defecto. Es perfecto. Es perfecto para mí. ¿Lo será en realidad? Espero que sí... sinceramente, no sé que haría con él.
Salimos del restaurante y nos vamos a dar una vuelta, a respirar aire puro, a dejar atrás todo. Ahora solo estamos él y yo, siempre.
Llegamos a un parque y nos sentamos en el césped.
No había nadie... que raro. Un parque en Madrid y vació. Bueno, mejor, así nadie nos molesta y estamos a nuestro rollo.
Nos tumbamos y yo apoyé mi cabeza en su pecho y él me pasó el brazo por los hombros.
Le dibujaba figuras imaginarias.
Dani: ¿En qué piensas?
No sé en que pensaba... porque en realidad no pensaba en nada.
Yo: Nada. ¿Y tú?
Dani: En ti.
Wow.
Yo: No hace falta que me pienses, estoy aquí.














Dani: Andrea, nunca pongas en duda que no te quiere, pase lo que pase, salgan los rumores que salgan, por favor.
Yo: Vale.
Dani: Lo digo en serio.
Yo: Y yo.
Me sonrió.
Yo: ¡Foto!
Le pille desprevenido, pero en esas fotos son en las mejores, las naturales.
A ver... título... ¡lo tengo! Título: Idiota.
La subí.
Y me comentó en la foto, como no.
'Pero me quieres'.
'Creído'.
'Pero me quieres'.
'Yo no estaría tan seguro'.
Nos miramos y reímos. ¿En serio estábamos hablando por comentarios estando la lado? 
Me abalancé sobre él. 










Yo: Idiota.
Dani: Fea.
Yo: Mi idiota.
Dani: Mi fea.
Ahora se abalanzó él sobre mi. ¡Vaya! Eso no me lo esperaba.
Estaba encima de mi, pero no tenía todo el peso encima de mi.
Ahora estaba yo tumbada, pegada completamente al suelo y él de lado, besándome pero no encima mía, si no en el lado, apoyado en su codo.
Me puso la mano en la barriga.
Mi respiración era entrecortada. La suya también.
No se oía nada, solamente el ruido de nuestras respiraciones.
Me miró a los ojos. Esos ojos azules, dios mío, no puedo, me hipnotiza con esa mirada, en serio. Amo sus ojos. Miro sus labios. Trazados a la perfección. Amo sus labios. Su nariz, tan suya. Amo su nariz.
Andrea, lo amas a él. Mi subconsciente se ha levantado y quiere fiesta. Ahora besale tú, obtén el control. Cállate. Sabes que quieres besarle como si no hubiera fin. Vale sí. Mi subconsciente me insiste y me insiste, pero no me da tiempo a besarle cuando es él quién empieza de nuevo. Gimo en silencio, dios, como besa.
Me mete la mano por dentro de la camiseta y la va subiendo hasta que se para un poco más abajo de los pecho. No, no quiero que siga.
Yo: No, para -dijo entre besos-.
No me hace caso, pero realmente quiero que pare. No quiero que siga y menos aquí, en un parque.
Yo: Dani, para -le vuelvo a repetir-.
Me mira y se separa.
Dani: Vale.
Se para y mira al cielo. Está pensativo. ¿Se habrá enfadado por qué no quiero seguir? No creo..
Yo: Dani.
Me mira.
Yo: ¿Estás bien?
Dani: Sí -me dice seco-.
Vale, se ha enfadado. Joder, tío. Tampoco es para ponerte así, siento que no estoy preparada y estamos en pleno parque tío. Puede pasar cualquiera.
Yo: No te enfades.
Dani: No estoy enfadado... estoy frustrado. Porque me dices que tienes ganas y de momento paras. No te entiendo.
Yo: Y quiero hacerlo, pero no estoy preparada.
Lo miro. Sigue mirando al infinito, sigue pensativo. ¿En que estará pensando? En estos momentos me gustaría leer la mente.
Le miro... tengo que hacer algo para que se le pase el enfado. ¡Ya lo tengo! Cosquillas.
Me acerco a él y empiezo a hacerle cosquillas. Mierda, no se mueve. No tendrá cosquillas o está aguantándose la risa por orgullo.
Dani: Tu táctica a salido mal.
Se decide a hablar después de lo que parecen años y han sido segundos.
Dani: Así que ahora es mi turno.
Espera, ¿su turno de qué? Oh no, me temo lo peor.
Se abalanza sobre mi y me mata a cosquillas. No paro de reír y de decirle que pare.
Dani: Di lo siento y paro -sonríe-.
Oh, amo su sonrisa.
Sigue haciéndome cosquillas.
Yo: ¡Lo siento! ¡Lo siento!
Para.
Dani: Eso está mejor.
Se levanta.
Dani: Ahora, vamos para mi casa.
Me da la mano, me levanto y vamos camino para su casa.
La noche promete.

NARRA SILVIA.
Es de día. He dormido bien. Carlos está a mi lado. Despierto, mirándome fijamente.
Carlos: Por fin te levantas -me da un beso en la mejilla-.
Yo: Podrías haberme levantado.
Carlos: Estabas tan tranquila, no quería despertarte. Aparte, podría mirarte durante años.
Yo: Que ñoño eres.
Carlos: Siempre te cargas el romanticismo -sonrío-.
Me levanté y fui al aseo. Me hice un moño, hacía calor. Mucha calor.
Yo: ¿Nos damos un jacuzzi? Con burbujas -sonreí de la emoción-.
Carlos: ¿Y me baño con...?
Yo: Calzoncillos.
Carlos: Bueno.. vale. Pero antes almorzamos.
Yo: Vale.
Bajamos abajo y preparamos tostadas y zumo de naranja.
Almorzamos. Recogimos todo y subí a mi habitación a ponerme el bikini.
Me cambié y bajé abajo.
Carlos: Wow, te tengo que ver más a menudo en bikini -me guiñó el ojo-.
Yo: Anda, vamos.
Le cogí de la mano y fuimos a fuera.
Yo: Elige, primero piscina o jacuzzi con burbujas.
Carlos: El jacuzzi suena muy tentador... pero vamos a la piscina primero.
Y me empujó al agua. A traición.
Yo: Oh... la has cagado.
Se tiró al agua y me salpicó.
Yo: Encima que me tiras y me salpicas. Vas a morir ahogado -reí-.
Fui hacia él como si fuera a besarlo, pero cuando estaba apunto le ahogué.
Carlos: ¡Eso no vale! ¡Es juego sucio!
Yo: Cada uno juega como sabe -le guiñé un ojo-.
Carlos: Va, foto.
Yo: Tú y tus fotos.
Carlos: Calla -se rió-.
En parte me gustaba que siempre quisiera hacerse fotos.
Foto:
















Yo: Venga, viva mi cara.
Carlos: Silvia, eso es lo que mola. Salir mal.
Reí.
Yo: Eso no mola, no mola nada.
Carlos: Que sí, tú hazme caso.
Yo: Vale.
Carlos: ¿Vamos al jacuzzi?
Yo: Vamos.
Salí yo primero y me dio una palmada en el culo.
Yo: ¡Oye!
Carlos: Vamos, que te pesa -se rió-.
Le miré mal.
Entramos al jacuzzi.
Nos relajamos un rato.
Carlos: Una cosa..
Yo: Dime.
Carlos: La última foto de piscina.
Le miré.
Carlos: Por favor.
Yo: Vale, pero no la última, ahora quiero muchas.
Nos hicimos muchas pero la que más nos gusto fue está:

















Después dejó el móvil en un sitio dónde no se mojara y me agarró de la espalda y quedé a horcajadas de él.
Dios mío, notaba su erección.
Empezó a besarme. Sabíamos a espuma.
Reí entre el beso.
La cosa se iba calentando.
Me empezó a besar por el cuello. Oh no, por el cuello no. Mi debilidad.
Le mordí el labio inferior y sonrío.
Oh no, si seguíamos así sabía lo que venía a continuación.
Bueno, no importa. Quiero. Ahora.
Me levanté, le cogí de la mano y...

lunes, 8 de julio de 2013

Capítulo 19: "El inicio de todo".

NARRA SILVIA.
Nos sentamos en el sofá a comernos los gofres pero Carlos me puso chocolate en la nariz.
Yo: ¡Serás!
Carlos: ¿Seré qué? -me dijo con una sonrisa desafiándome-.
Yo: Mejor que no lo sepas.
Carlos: Estoy asustadísimo, voy a llorar -dijo con ironía-.
Le miré mal porque me estaba dejando fatal, pero dos pueden jugar a este juego.
Me levanté y me fui a la cocina a limpiarme, pero tengo una idea.
Me quedé tumbada en el suelo, en plan que me había dado algo. Vale, no está bien, pero que se jodiera, me estaba vacilando. Me reí yo sola.
Carlos: ¡Silvia! ¿Estás bien? -oí que me decía desde el comedor-.
No le contesté.
Noté que venía para la cocina así que cerré los ojos e intenté reprimir mi sonrisa.
Carlos: ¡Oh dios mío! ¡Silvia! ¿¡Estás bien!?
Empezó a moverme.
Carlos: Dios mío, voy a llamar a una ambulancia.
Se fue a por el móvil y aproveché para levantarme y esconderme en un sitio de la cocina donde no podía verme.
Carlos estaba hablando por teléfono.
Carlos: Sí, exactamente...., mandadme una ambulancia a.. -vio que no estaba donde antes-. Vale, no, falsa alarma, ya está bien,..., sí, gracias por su atención.
Colgó.
Se puso a mirar al lado contrario donde yo estaba y aproveché y le di un susto.
Chilló tan fuerte que lo deberían de haber oído hasta en china.
Le miré y me puse a reír.
Carlos: No es gracioso.
Yo: Sí que lo es.
Carlos: Me has asustado, de verdad.
Me encogí de hombros y fui al sofá. Aún estaba 'enfadada'.
Y me puse a ver la tele.
Carlos: ¿En serio aún estás enfadada?
No le contesté.
Carlos: Vamos, no te enfades.
Y me empezó a acariciar la barriga. Me estaba poniendo muy nerviosa.
Le di un beso en la mejilla para que supiera que no estaba enfadada.
Me tumbé y él se tumbó por detrás de mi y me abrazó.
Empezó a acariciarme la espalda. Subía su mano desde mis riñones hasta mi nuca cosa que hiciera que me entraran escalofríos.
Carlos: ¿Tienes frío? Tengo una manera muy útil de quitártelo.
¿WHAT? Mi Carlos se ha revolucionado.
Yo también quería, pero no ahora, es muy pronto.
Vimos una película y ya era tarde. Bostecé.
Carlos: ¿Estás cansada?
Yo: Sí.
Carlos: ¿Nos vamos a dormir?
Asentí con la cabeza.
Me iba a levantar pero me cogió como una princesa. Yo me agarré a su cuello y puse mi cabeza en su pecho mientras me subía arriba. Olí su olor, dios, olía también, olía a Carlos, me encantaba su olor.
Me dejó en la cama y se iba a ir.
Yo: ¿A donde vas?
Carlos: A mi casa, es tarde.
Yo: Quédate, por favor.
Carlos: ¿Estás segura?
Yo: Sí, por favor, quédate.
Carlos: Vale.
Se quitó toda la ropa y se quedó en calzoncillos.
Carlos: No te importa, ¿verdad? Es que hace mucha calor.
Yo: No, tranquilo -le sonreí-.
Yo me quité la camiseta que llevaba y me puse la camiseta del pijama, ya que llevaba puesto el pantalón.
Me tumbé en la cama y Carlos se quedó sentado en el borde la cama.
Yo: ¿A qué esperas? -le sonreí-.
Se tumbó a mi lado y ambos nos pusimos con el móvil.
Yo: ¿Dónde estás?
Carlos: Twitter, Insta y eso, ¿y tú?
Yo: Igual.
Carlos: Mira lo que me acaba de llegar.
Me enseñó el mensaje y era un tweet:
-Me parece genial que estés con una persona que te hace feliz, pero que sepas que solo está contigo por el dinero. Yo te advierto.
Yo: Que asco de personas de verdad.
Carlos: Vamos a mandarles una foto.
Nos hicimos una foto:

Título: A toda esa gente que insulta a Silvia, o quiere joderme diciéndome cosas que no son, les dedicamos esto. Yo sé la verdad y sé que no está ni por mi dinero ni nada y sí, me hace muy feliz, me hace sentirme querido y la quiero, mucho, así que ahorraros esos comentarios con insultos porque lo que hacen es cagarla y a mi me dan igual, igual que a Silvia, no nos afectan para nada. Y mis verdaderas auryners la respetarían.
Os quiero Auryners.
Carlos.





Cuando vi la foto y ese título le abracé.
Yo: Gracias.
Carlos: ¿Por qué?
Yo: Por todo, por dar la cara por mi.
Carlos: Es lo mínimo que puedo hacer por mi chica -me sonrió-.
Me tumbé y apoyé la cabeza en su pecho.
Yo: Tú chica... me gusta como suena eso.
Carlos me dio un beso.
Empecé a hacerle dibujos imaginarios con el dedo en su pecho y barriga mientras que poco a poco iba entrando en mi sueño.
De momento abrí los ojos. Me asusté. Miré a mi lado y Carlos seguía durmiendo. Pensaba que se había marchado. Que todo era un sueño, menos mal que no.
Me quedé mirándole... me podía pasar horas contemplándole. Es tan guapo. Me fijé en cada detalle suyo.
Ahora que está dormido voy a aprovechar.
Hice una foto y la subí:
Título: Ahora @CarlosAuryn sigue durmiendo, pero quería darle las gracias por todo, por dar la cara por mi, por estar a mi lado, por hacerme sonreír día a día. Yo también te quiero, y mucho. No sé que haría sin ti... y que sepas que ni nada ni nadie no vas a separar y en cuanto a la distancia... yo a la distancia me la como.
Te quiero.
Silvia.
















NARRA ANDREA.
Dani: Aquí es.
Me giré y no podía ser. ¿Este sitio? Dios. Era increíble. Era una cafetería donde la primera vez que tomamos un café juntos. Bueno, un café... más bien almorzamos después de una resaca.

Dios, me siento mareada, creo que he bebido demasiado, no debería de haber bebido tanto... yo nunca bebo, solo es mi cumpleaños y estoy con mis amigas en Madrid, pero ahora estoy sola y tengo ganas de vomitar, ¿donde se han metido todas?
Salí a fuera de la discoteca ya que me dolía la cabeza de beber, de la música tan alta y de las luces parpadeantes.
Me senté en el bordillo de la discoteca.
¿Qué hora es? Sacó mi móvil y me cuesta ver la hora, pero puedo ver que son las 7 de la mañana.
Dios, mañana no me voy a levantar.
Llamé a todas mis amigas y no me lo cogió ninguna, con la música no lo oirían.
Volví para dentro a ver si las veías y un rubio con ojos azules me paró.
No le veía bien la cara de como iba.
Yo: ¿Qué quieres? ¿Te conozco? -le dije como pude, me costaba hablar, tenía la boca muy seca, necesito agua-.
Rubio: Soy Dani, Andrea. ¿No te acuerdas de mi?
¿Dani? ¿Que Dani? Me acordaba de mi nombre porqué me lo acaba de recordar el chico este... como me ha dicho que se llamaba... ¡Dani! Si es verdad, Dani.
Yo: Verás amigo Dani... voy un poco mal -empecé a reírme, me entró la risa-. Y como comprenderás no me acuerdo de nada y estoy buscando a mis amigas.
Dani: Andrea, te estás pasando, tus padres te van a matar.
Yo: Es mi cumpleaños, mis padres no están. ¿Donde están mis amigas? -reí-. ¿Las has visto? ¡No me mientas! 
Dani: Wow, relájate.
Llevaba una bebida en la mano.
Yo: ¿A que me das tu copa?
Dani: Andrea, no, has bebido demasiado. Necesitas aire limpio. Esperate que busque a David y nos vamos tu y yo a comer algo.
Yo: ¡Que no! ¿Dónde están mis amigas? -dije chillando-.
Dani vio a un moreno, supongo que era David y le habló, los dos me miraron y David me sonrió negando con la cabeza.
Dani vino donde estaba yo.
Dani: Ahora nos vamos.
Yo: ¿Y mis amigas?
Dani: David se encarga, tranquila. Ahora vámonos antes de que te pase algo peor.
Me cogió de la mano y salimos afuera.
Nos sentamos en un banco un poco alejado de allí para que yo dejara de oír la música.
Me entró una arcada.
Dani se levantó y me cogió el pelo.
Y vomité, que asco dios. No podía parar de vomitar.
Dani sacó un pañuelo y me lo dio para que me limpiara la boca. Me la limpié y tiré el pañuelo.
Me tumbó en el banco y me dio aire.
Dani: ¿Has comido algo?
Negué con la cabeza.
Dani: Andrea, antes de beber tienes que comer algo, porque aunque bebas poco te pasa esto.
Me levantó la cabeza y se sentó en el banco y ahora mi cabeza estaba en su regazo.
Cerré los ojos por un instante.

Los abrí. ¿Donde estaba? Miré hacia arriba y vi a Dani.
Me levanté un poco y Dani estaba mirando a la nada.
Pero espera... ¿QUE HACÍA CON MI ÍDOLO TUMBADA EN UN BANCO? Dani y yo ya nos conocíamos bastante, tantos conciertos, tantas firmas.
Me levanté un poco y me dolía muchísimo la cabeza, dios. ¿Que ha pasado?
Dani me miró y me sonrió.
Yo: ¿Que... ha pasado? -dije un poco tímida-.
Dani: ¿No te acuerdas de nada?
Yo: -negué con la cabeza-. ¿Que hora es?
Dani: Las ocho de la mañana.
Yo: ¿Y que hago aquí? ¿Contigo?
Dani: Por fin me reconoces... ahora vamos a comer algo antes de que te vuelva a pasar algo.
No entendía nada.
Fuimos a un restaurante el cual estaba abierto las 24 horas del día.
Entramos y nos sentamos en una mesa.
Para almorzar habían hamburguesas.
Dani: ¿Que vas a querer?
Yo: Me da igual, lo que tu quieras... ¿pero hamburguesas ahora?
Dani: Te vendrá bien.
Vino la camarera y Dani pidió.
Al rato nos trajeron dos hamburguesas normales y dos aguas.
Yo: Bueno... cuéntame que ha pasado.
Empezamos a comer mientras me contaba todo.
Terminamos de comer y terminó de contarme TO-DO.
Yo: Dios, que vergüenza... lo siento Dani, no te tendría que haber jodido la noche.
Dani: Tranquila, me iba a ir ya.
Yo: Perdona lo del vómito... que asco.
Dani: Tranquila -me sonrío-.
Nos levantamos y Dani pagó ya que insistió en invitarme y me llevó a mi casa.

Dani: Es bonito volver al sitio donde todo empezó.
Yo: Al menos ahora no estoy borracha -sonreí-. Pero sí, un bonito recuerdo.
Dani: La verdad es que sí -rió-. Desde esa noche supe que te quería.
Wow, menuda confesión.
Le besé en la mejilla.
Entramos al restaurante, nos sentamos en una mesa, pero lo que no esperábamos era que..