martes, 27 de agosto de 2013

Capítulo 39.

NARRA ANDREA.
Mis padres se miran. Venga joder, me estáis poniendo nerviosa y a lo mejor luego es una tontería.
Yo: Cuando queráis, empezáis.
Mamá: Vamos a tener un nuevo miembro en la familia.
Papá: Chicas, mirad a nuestro nuevo miembro en la familia.
Nos dio una caja y la abrimos. Dentro había un perrito pequeño, un yorshike. Dios, es precioso, es asdfghjkñ, en serio, me encanta.
Yo: ¿Chico o chica?
Mamá: Chico.
Yo: -lo cogí-. Hola amigo, ¿sabes que eres una monada? 
Se movió y se pegó a mi.
Yo: Tú vas a ser mi amigo de aventuras, y te vas a llamar... Mickey. Sí, Mickey, ese nombre para ti es perfecto.
Silvia: Me encanta, gracias mamá -la abrazó-. Y papá -lo abrazó-.
Yo: Eso, gracias -les sonreí con Mickey en mis brazos-.
Por cierto, ¿donde está mi perro?
Yo: ¿Y Mickey?
Papá: En su guardería.
Siempre que nos vamos de viaje lo dejamos en una guardería de perros. Le gusta y esas cosas, pero cuando me vaya a estudiar a Madrid me lo voy a llevar, o sea es mi gordo, mi compañero de aventuras. Pero espera, ¿un nuevo miembro? ¿otro perro?
Silvia: ¿Dónde está? Lo quiero coger ya -dijo emocionada-.
Se ve que Silvia también se ha acordado de ese día que llegó Mickey.
Mi madre se levantó.
Mamá: Aquí -se tocó la barriga-.
¿Espera? ¿Un nuevo hermano? ¿Ahora?
Silvia: ¿Estás embarazada?
Mamá: Exactamente.
Silvia: -se levantó deprisa-. ¡Que bien! ¡Siempre he querido un hermano pequeño!
Me quedé en shock. Otro hermano pequeño, dios. Nunca he querido tener hermanos, pero cuando vino Silvia, al ser pequeña, no me acuerdo, pero menos mal, que nos llevamos bien y todo.
Dani me tocó el lado. Menos mal, estaba perdida en mi mundo.
Yo: Si eso, enhorabuena.
Todos se me quedaron mirando, ¿que más queréis que diga? No es que me haga mucha gracia. Pero me encantan los niños pequeños eh. Son tan monos, con sus mofletes gigantes. Pero no, ahora no quiero un hermano... si en un par de años podría ser yo madre.
Yo... madre. Eso si que sería raro, pero no estamos preparados ahora, y no creo que en unos años lo estemos, en un futuro quizás.
Yo: Si me disculpáis.
Me levanté de la mesa y fui para el aseo.
Cerré la puerta. Abrí el grifo y me eché un poco de agua por la cara y me mojé la nuca. Estoy agobiada, necesito aire o algo. Me miro al espejo, dios, estoy blanca, pálida. Andrea, ¿estás así simplemente por qué te han dicho que vas a tener un hermano? Es un poco egoísta por mi parte, pero no sé, no estoy preparada para tener otro hermano. No sé porque pero no lo estoy. Tocan a la puerta.
Dani: Andrea, soy yo.
Yo: Pasa.
Abrió la puerta y pasó. El aseo es grande, pero estrecho, solo cabe una persona, por lo que estamos un poco pegados.
Tenia la cabeza agachada.
Me cogió de la barbilla y me obligo a mirarle a los ojos.
Dani: ¿Qué te pasa enana?
Negué con la cabeza.
Dani: Escucha, es un hermano, no pasa nada.
Yo: De esta manera mis padres no se van a preocupar por mi.
Dani: No.
Yo: Sí, pasó lo mismo cuando vino Silvia.
Dani: Eh, que no vas a estar sola, me tienes a mi, para siempre, lo sabes, ¿no?
Oh, una pequeña declaración. La primera desde que estamos saliendo.
Le miré a los ojos y vi que sí, que era verdad, lo decía de corazón. Es el momento de decirle algo, ahora que estamos bien.
Le pasé las manos por el pelo, me puso las manos en la cintura.
Yo: Gracias por animarme, eres mi felicidad.
Lo es.
Se arrimó más la cabeza a mi hasta que nuestros labios encajaron a la perfección.
Nuestros labios se separaban y se volvían a juntar hasta que invadió mi boca con su lengua.
Me puso las manos en el culo y me pegó más, como si fuera posible, a él. Levanté un poco la pierna y se la pasé por encima de la rodilla, noto su erección. Me desabrocha el pantalón pero nuestras bocas siguen juntas. Le desabrocho el cinturón y poco después el pantalón. Me da un empujón y me apoya a la pared.
Dani: Te voy a follar aquí ahora mismo, ¿me entiendes?
Wow, wow, wow. ¿Follar? Yo pensaba que hacíamos el amor, no que follábamos, pero bueno, está hacer el amor y el sexo duro, que es follar, supongo, que yo de esto no entiendo mucho.
Asentí con la cabeza.
Sacó un preservativo del bolsillo de su pantalón, se bajó los calzoncillos y se lo colocó. Me bajó rápidamente las bragas y entro rápidamente en mi.
Ah. Dios, ha entrado con una embestida muy deprisa y fuerte.
Yo: Ah.
Dani: Nena, olvida el dolor, sólo disfruta.
Y con esas palabras entraba y salía deprisa y fuerte dentro de mi mientras yo estaba apoyada en la pared.
Con unas pocas embestidas más llegué al clímax. Me relajé pero él seguía con las embestidas pero con unas cuantas más, él también llegó al clímax.
Salió de dentro de mi.
Que calor, estoy sudando, Dani también. Se quitó el preservativo, lo hizo un nudo y lo tiró a la basura.
En seguida me subo la ropa interior y el pantalón al igual que Dani.
Yo: Vamos, se van a pensar que estamos haciendo cosas.
Dani: Las hemos hecho.
Reí.
Que momento, ha empezado romántico y ha terminado con un polvo, porque ha sido eso, un polvo, y muy bueno.
Me lavé la cara y me intenté arreglar el pelo que lo llevaba un poco despeinado. Miré a Dani. Reí. Tenía el pelo muy alborotado, despeinado. Tenía pelo de recién follado, por decirlo así de claro.
Dani: ¿Qué? -me sonrió-.
Yo: Péinate el pelo anda -reí-.
Se miró al espejo y se lo empezó a tocar.
Dani: ¿Que pasa con mi pelo? -me volvió a sonreír-.
Yo: Mira que eres chulo eh -le sonreí-. Anda vamos.
Salimos del aseo y volvimos a sentarnos en la mesa.
Silvia me miró y se rió. ¿Qué? ¿Que os hace tanta gracia?
Papá: ¿Todo bien?
Yo: Sí, ¿por qué?
Papá: No, nada.
Mamá: Y lo que os íbamos diciendo, que hasta que no nazca Manuel no nos volvemos a Barcelona.
Yo: ¿Se va a llamar Manuel? ¿Cómo papá?
Mamá: Si, lo ha elegido él -rió-.
Vaya, estamos todos felices. Bueno, menos yo. A mi me cuesta ser feliz. Pero con saber que los demás están felices yo también.
Mi madre empezó a servir los platos.


Estoy en la cocina con mi madre recogiendo todo.
Mamá: Andrea.
Yo: ¿Qué?
Mamá: Quiero que uséis protección.
No mamá, no saques este tema. Odio hablar contigo sobre esto.
Dejé el plato que estaba secando encima de la mesa.
Yo: Bueno, me voy haber como van estos.
Y me fui arriba y salí afuera, estaban Carlos, Dani y mi padre hablando y riéndose. Mejor no molestarles. ¿Y Silvia? Quiero hablar con ella.
Vuelvo a entrar y voy a su habitación y está tumbada en la cama con el móvil. Toco.
Silvia: Pasa -me sonrió-.
Pase y me senté en el borde de la cama.
Yo: ¿Que tal hermanita?
Silvia: Pues nada, aquí, pensando y eso.
Yo: ¿Os va todo bien?
Silvia: Sí, la verdad es que sí.

PUNTO DE VISTA DE NADIE (esto significa que no narra ningún personaje, si no el narrador).
Silvia y Andrea están teniendo una charla. Por fin. Llevaban mucho tiempo sin hablar.
Andrea se giró y estaba mirando a Silvia.
Silvia: ¿Y tú con Dani qué?
Andrea: Pues ahí voy, no pensaba que todo esto iba a ser así.
Andrea se tumbó al lado de Silvia.
Silvia: Es que todo esto, no sé. Hace menos de un mes éramos simples fans, unas más, y sin embargo ahora, estamos con ellos, hemos empezado a formar parte de otro mundo.
La verdad es que Silvia tenía razón. Hace poco eran simples fans y ahora son parte del centro de atención de todas las auryners. Lo que no sabían es que sus vidas iban a cambiar, y no para bien.

NARRA ANDREA.
Es de noche, ya han cenado todos, yo no. Llevo metida cama desde después de bañarnos en mitad del mar.
Dani: ¡Venga Andrea! Que no pasa nada -me decía desde el agua-.
Si claro, no hay nada, ya verás como hay un tiburón o lo que sea.
Yo: ¡Que no! ¡Ya verás como me pica algo!
Dani: Va, no seas tonta.
Están todos en el agua menos mis padres. Pero es que no sé, me da cosa.
Dani: Hazlo por mi, anda.
No sé como lo hace pero siempre me convence.
Yo: ¡Vale! 
Salté al agua.
Mamá: Las escaleras están puestas atrás para cuando queráis subir -nos dijo desde arriba-.
Silvia: ¡Vale!
Carlos y Silvia estaban por su cuenta ellos solo, jugando y haciendo tonterías.
Dani y yo estamos medio pegados, estamos enfrente.
Dani: Te quiero ver más a menudo en bikini, te queda de cine -me guiñó un ojo-.
Yo: Tú no te quedas corto, menudos abdominales.
Empecé a tocarle todos los abdominales, de arriba a abajo.
Me dio una cachetada en el culo.
Yo: ¡Oye!
Dani: Estabas tocando más de la cuenta -me volvió a guiñar un ojo-.
Imbécil. Si eres tú quién siempre me está tocando el culo.
Le tiré agua.
Yo: Eso por imbécil.
Y me iba a subir para el barco pero Dani se había capuzado y aún no había salido. Tarda mucho, seguro que le ha pasado algo porque estamos en medio del mar, literalmente. Hemos parado parado porque queda poco para que anochezca y dormimos en mitad del mar y mañana llegamos más tranquilos a Mallorca.
Yo: Dani, ¿estás bien? -nada, sigue sin salir-. 
Joder, joder. 
Me capucé  y abrí los ojos para ver si lo veía a pesar de que me escuecen los ojos por el agua salada del mar.
Nada, ni rastro de él. Subo para coger aire y ¡ah! Me toca algo por detrás, como si me hubiera picado algo. Joder. Socorro. Me giro.
Dani: ¡Buh!
Yo: ¡Joder!
Empezó a reírse.
Yo: No, a mi no me ha hecho nada de gracia, pensaba que te había pasado algo y que a mi me había picado algo. Eres un imbécil.
Dani: Va, no te enfades, era una broma.
Di la vuelta al barco y subí a secarme.
No sé que me pasa, pero estoy cansada, agotada, sin ganas de nada. Me duele también la cabeza y la barriga y de vez en cuando tengo ganas de vomitar. Estoy con fiebre. ¿Que me pasa? O mejor dicho, ¿que no me pasa? Hasta mañana por la mañana no podemos ir al médico porque no llegamos hasta mañana.
Están todos fuera menos Dani, que después de cenar ha venido aquí.
Me está poniendo paños mojados haber si me baja la fiebre pero nada.
Yo: Dani, descansa por favor.
Espera, que ahora me ha entrado la tos y me ahogo.
Me levanto a beber agua.
Dani: ¡No, no! Yo te la doy.
Joder, ni que estuviera paralítica.
Bebo agua.
Yo: Túmbate conmigo y descansa. Si no descansas no voy a estar bien.
Dani: Vale.
Se tumba a mi lado.
Dani: Si necesitas algo y estoy durmiendo, me despiertas eh.
Yo: Vale.
Y una vez tumbado a mi lado, me noto segura y puedo descansar.


Dani: ¡Andrea, Andrea!
¿Que pasa? ¿Por qué chillas a estas horas de la mañana?



No hay comentarios:

Publicar un comentario