lunes, 19 de agosto de 2013

Capítulo 34.

Mi vista se quedó en una persona. Iba vestida de negro, con una careta blanca. No sé si es chica o chico. Parpadeé para ver si lo había visto de verdad o simplemente era una alucinación mía. Volví a mirar ya no estaba. Mierda, se había ido. No creo que fuera una alucinación. Estoy cagada. Le toqué a Silvia.
Silvia: ¿Qué pasa?
Yo: ¿Has visto eso?
Silvia: ¿El qué?
Yo: La persona de negro con la careta blanca.
Empezó a mirar al público.
Silvia: No, ¿que pasa?
Mierda, mierda, mierda. Tengo que hacer algo. ¿Y si va armado o algo y les dispara ahora? Estoy muy asustada. Me cuesta respirar. Me estoy empezando a ahogar. Necesito más aire.
Yo: Silvia... no puedo respirar bien.



Abro los ojos. ¿Dónde estoy? Miro a mi alrededor y están todos de pie hablando. ¿Qué ha pasado?
Me levanto y veo que estamos en los camerinos. Me duele la cabeza. Me vuelvo a sentar.
Silvia: ¡Andrea! -me abrazó-.
Yo: ¿Qué ha pasado?
Silvia: ¡Eso quiero saber yo!
Yo: Dios, no chilles por favor -me puse las manos en la cabeza-.
Me dolía mucho tío.
Todos vinieron hacia mi. Se quedaron callados mirándome.
Yo: ¿Qué?
Dani: ¿Que te ha pasado?
Yo: ¿Ya habéis terminado el concierto?
Álvaro: Sí, hace más de media hora.
David: ¿Estás bien? -se sentó a mi lado-.
Yo: Sí, ¿pero que ha pasado?
Silvia: Me dijiste si había visto no se qué y de momento te caes en redondo.
Magí: En cuanto te vi tumbada en el suelo te entré para adentro y vinieron los de Cruz Roja y te dieron un poco de oxígeno y se fueron. Nos han recomendado que vayas al médico, te mareas muy a menudo y no es normal.
Dani: ¿Que habías visto algo? ¿El qué?
Dani cariño, podrías dejar el tema. Solo me preguntas por eso, no me preguntas ni como estoy ni nada.
Yo: Vi algo raro allí bajo, entre el público.
Magí se sentó a mi otro lado, ahora estaba entre Magí y David.
Magí: ¿Algo raro? ¿A qué te refieres?
Yo: Una persona, vestida de negro completamente y una careta blanca con una sonrisa maléfica.
Carlos: ¿Estás de coña?
Yo: Ojalá -suspiré-. Me asusté  y se lo estaba diciendo a Silvia para que avisara a Magí y a los de seguridad, pero veía esto una alucinación y volví a parpadear y ya no estaba.
Magí: ¿Desapareció?
Asentí.
Magí: Chicos, sentaros por favor.
Todos se sentaron en los sillones de allí.
Magí: No sé que está pasando, pero todo esto me aterra, MCA es mañana... vamos a tener que aplazarlo.
Blas: ¿¡Aplazarlo?! ¡No! Me niego -se levantó del sillón-.
Magí: Siéntate.
Álvaro: ¿Es necesario?
David: Yo no quiero decepcionar a nadie... estamos esperando esto mucho tiempo ¿y ahora se va a aplazar?
Magí: ¿De verdad queréis hacerlo?
Todos asintieron.
Magí: No, no lo voy a permitir.
Blas: Pero no queremos defraudar a nadie.
Magí: ¿Qué preferís? ¿Aplazar esto o esperar a que unos putos locos os disparen y se rompa el grupo? Porque yo sinceramente prefiero aplazarlo y hacerlo más adelante, hasta que todo esto se calme un poco, que volver a estar en el hospital con alguno de vosotros, pero esta vez más grave.
Dani: Vale. Se aplaza, ¿pero cuanto?
Magí: ¿Que os parece si de momento un mes?
Blas: Es demasiado, la mayoría tendrán instituto.
Silvia: Nosotras por ejemplo.
Magí: Lo hacemos el 13, 14, y 15 de septiembre, ¿que os parece?
Vaya, 15 de septiembre, mi cumpleaños.
Dani: Vale.
David: Vale...
Magí: ¿Todos de acuerdo?
Asintieron.
Magí: Pues voy a llamar a la organización que avisen a todos los inscritos, por email y teléfono. Recoged vuestras cosas que en veinte minutos o así nos vamos.
Pues nada, me he ido a comprar todo con prisas para nada, pero da igual, antes que nada está su seguridad.


Dani: ¿Como nos repartimos? En la furgo pueden ir siete.
Carlos: Vete tú con Andrea y Silvia con nosotros, intercambio.
Dani: Vale.
Está raro. Sé que le pasa algo. No me ha hablado casi nada. ¿He hecho algo? Creo que no. No quiero que se fastidien las cosas entre nosotros ahora que estamos bien, muy bien, pero no entiendo por que está así conmigo.
Subo al coche, conduzco yo, para algo es mío.
Dani: Baja, conduzco yo -dijo apoyado en mi puerta-.
Yo: No.
Dani: En serio Andrea, baja.
Yo: Es mi coche, conduzco yo.
Dani: ¿¡Te quieres bajar del puto coche?!
Paso de hablarle, está mal, alterado.
Bajo del coche y me monto en el lado del copiloto y él conduce camino a mi casa.

Estoy en la puerta de mi casa, subida en el coche. Durante el trayecto, que ha sido corto, no hemos hablado nada, lo que es nada.
Dani: ¿Dónde vas a dejar el coche?
Yo: Supongo que en el garaje.
Dani: Abre.
Saco el mando del garaje, le doy a un botón y se abre la puerta.
Lo aparcamos dentro. Salimos. Me da mis llaves. ¿Y ahora qué? ¿Se va a ir?
Yo: ¿Entras?
Dani: Vale.
Saco las llaves y abro la puerta. La casa está sola, muy sola. ¿Silvia no viene a dormir?
La llamo.
LLAMADA TELEFÓNICA.
Silvia: ¿Qué pasa Andrea?
Yo: ¿No vienes a dormir?
Silvia: Eso es lo que iba a decirte, que mientras estemos aquí me quedo en casa de Carlos, como está así un poco malo y eso...
Yo: Ah, vale.
Silvia: ¿Estás bien?
Yo: Supongo.
Silvia: Ya hablaremos, ahora descansa.
Yo: Buenas noches.
Colgué.
Uf... ¿estaba bien? No lo sé ni yo. Mi vida es como una montaña rusa, no para de subir y de bajar.
Yo: ¿Quieres algo de comer o algo?
Dani: No, gracias.
Yo: ¿Y de beber?
Dani: Tampoco.
¿Por qué estás tan seco tío? Ya empezamos a lo de antes.

NARRA DANI.
Estoy furioso, necesito pegar a alguien. A alguien no, a los hijos de puta que van detrás de nosotros. Tengo miedo pero no lo puedo mostrar, tengo que darle seguridad a Andrea. Sé que está más que asustada. Pobrecica tío, no ha hecho nada para estar en esta mierda de problemas, debería dejarla y que se fuera con otro chico. Un chico normal que no tuviera estos problemas, un chico normal que la pueda proteger de unos locos, un chico normal... y yo no lo soy. No me merece, se merece a alguien mejor, pero ¿podría dejarla? La quiero, la quiero de verdad. La amo. No se lo demuestro, soy un completo gilipollas con ella, la trato mal, sobre todo delante de mis amigos y ella no se lo merece, pero yo solo quiero mantenerla segura.
Estamos en su casa, sin saber que hacer. Los dos estamos incómodos.
Yo: ¿Prefieres que vayamos a descansar?
Andrea: Vale, ha sido un día muy duro.
Yo: Y agotador.
Me cogió la mano. El primer contacto que hemos tenido desde que volvimos de viaje.
Andrea: Vamos para arriba -me sonrió-.
Es increíble, esta chica sonríe hasta en lo peor, saca fuerza de donde no la hay, es demasiado fuerte.
Me quité la camiseta y los pantalones y los dejé encima de su escritorio, ella se puso un pijama y se recogió el pelo en un moño. Es preciosa, así sin más. Con un simple pijama y sin maquillaje. Es realmente preciosa.
Se tumba en la cama.
Andrea: ¿A qué esperas?
Cojo mi móvil y me tumbo a su lado. Dejo el móvil en la mesita de al lado.
Se giró y quedamos frente a frente.
Andrea: ¿En qué piensas?
Yo: En lo preciosa que eres.
Andrea: No, hay otra cosa. Algo que te está matando. Cuéntamelo.
Yo: No es nada.
Andrea: Dani, a mi no me lo ocultas, cuéntamelo, por favor.
Yo: Tengo miedo, ¿sabes?
Andrea: Todos lo tenemos.
Yo: Pero no por mi, si no por ti. Si te hicieran algo no me lo podría perdonar.
Andrea: No me van a hacer nada.
Yo: ¿Cómo lo sabes? Van a por nosotros.
Ella suspiró.
Yo: Esto es todo una locura. Unos locos nos quieren matar sin motivos. Solo hacemos música y nos quieren matar, nada tiene sentido. Y lo peor es que van también a por ti.
Andrea: Voy a estar bien si estoy a tu lado.
Yo: Si te lanzan una bala no te podría proteger.
Se quedó callada. Tengo razón.
Yo: Sólo podría ponerme en medio y que me diera a mi, eso sí, y tú estarías a salvo.
Andrea: Nunca hagas eso, ni lo digas, porque no va a pasar. Y basta, no quiero hablar más sobre este tema.
Se giró y quedó de espaldas a mi.
Yo: Buenas noches -le besé el hombro y le pase la mano por la cintura-.
No me respondió.

No puedo dormir. Andrea se ha dormido, yo no puedo. Estoy con el móvil. Magí nos ha dicho por el grupo de whatsapp que tenemos todos que ha aplazado todos los conciertos de aquí a dos semanas por seguridad. Necesito hablar con alguien, desahogarme. David es el indicado para estos casos. Le abro conversación.
CONVERSACIÓN POR WHATSAPP CON DAVID.
Yo: Bro, ¿estás despierto?
David: Yo siempre!
Yo: Tío, la estoy cagando...
David: ¿A que te refieres?
Yo: Con Andrea...
David: Porque?! Que ha pasado?!
Yo: No, nada, pero la estoy cagando tío...
David: Yo he hablado con ella y tio, te voy a contar esto pero quiero que prometas que no le dirás nada
Yo: Sabes q no voy a decir nada
David: Cuando coqueteas con tus blues
Yo: no coqueteo!
David: Bro, lo haces sin darte cuenta
Yo: Pero no es así
David: Con esas tonterías, aunque creas que no tonteas, ha ella le hacen daño y sabes que es débil. Yo le he preguntado si le molesta eso de que tengas a tantas chicas, dice que no, que lo entiende, que es parte de tu mundo, pero en realidad la matan por dentro.

















Yo: Se que no la valoro! Y eso es lo q más me jode
David: Valora los pequeños detalles, porq un día se irá de tu lado y eso será lo peor
Yo: Lo se y no quiero pensarlo
David: Tiene a muchos chicos detras, y más ahora que esta contigo, asi que lleva cuidado y tío, cuidala, que se lo merece
Yo: Pero que le pasó en el pasado? Esque aún no me lo han contado
David: Habladlo mañana mejor
Yo: Bueno vale, gracias por los consejos!
David: Para eso estamos :D
Yo: buenas noches hermano!
David: Nanit bro!
FIN CONVERSACIÓN.
Tiene razón, no la valoro, pero mañana ya voy a saber que le paso en el pasado que es tan importante.


NARRA ANDREA.
Abro los ojos y me giro. Dani sigue a mi lado, no se ha ido, menos mal.
Me levanto para irme a desayunar pero Dani me coge de la mano. Pensaba que estaba dormido.
Dani: ¿Dónde vas?
Yo: A desayunar.
Me dio un estirón y me tumbó encima de él.
Dani: Hoy toca desayuno de besos.
Y me empezó a besar. No lo entiendo, un día está bien, al otro mal, otro bien, dos mal.
Está sonando mi móvil.
Dani: Ignóralo.
Pero no puedo, ¿y si es algo importante?
Me levanto y voy a la mesita. Lo cojo. 'Mamá'. Vaya, que casualidad, justo ahora.
Yo: ¡Mamá! Dime.
Mamá: Qué, ¿cómo vais?
Yo: Pues bien, Silvia y yo vamos a desayunar ahora -mentí-.
Mamá: ¿A estas horas? Si son las once.
Yo: Ya, pero ayer tuvimos concierto y llegamos tarde y todo eso.
Mamá: ¿Como vas con Dani?
Yo: Bien, dentro de lo que cabe bien.
Mamá: ¿Seguro?
Yo: Que sí, mamá.
Mamá: Pues me alegro, pero te llamaba para decirte que quiero que volváis ya para Alicante.
¿QUÉ? ¿POR QUÉ? NO, NO ME VOY DE AQUÍ. NO VOY DEL LADO DE DANI.
Yo: ¿Por qué?
Mamá: Toca que esteis con nosotros un rato.
Yo: Pero mamá..
Mamá: Ni peros ni nada, Andrea. Ya os hemos dado bastante libertad, quiero que mañana esteis aquí, me da igual si es por la mañana o por la tarde, pero quiero que esteis aquí mañana.
Yo: Joder, vale.
Mamá: El vocabulario.
Yo: Que sí, puf.
Mamá: Ya hablamos.
Le colgué.
Joder tío, ¿ahora me tenía que ir?
Dani se sentó en el borde la cama.
Dani: ¿Quién era?
Yo: Mañana tengo que estar en Alicante.
Dani: ¿Qué? ¿Por qué?
Yo: No lo sé, mi madre quiere que estemos allí.
Dani: Joderrr... yo no puedo irme de Madrid.
Yo: ¿Por que?
Dani: La seguridad...
Yo: Puf.
Dani: ¿Cuanto te vas?
Yo: No lo sé.
Dani: Joder tío.



Estamos metiendo las maletas en el coche. Nos vamos no sé para cuanto tiempo, espero que no sea mucho, desde que estoy con Dani no hemos estado separados ni un día, va a ser muy duro, al igual que Silvia y Carlos. Puf.
FOTO DE INSTAGRAM:

Título: @DaniAuryn y yo no nos queremos separar...












Ahora viene lo duro. Las despedidas.


NARRA SILVIA.
Carlos: Hablamos todos los días, lo sabes.
Yo: Cuando puedas ven a Alicante, por favor.
Carlos: Lo intentaré.
Yo: Cuídate, lleva cuidado. No hagas movimientos muy bruscos que aún no estás bien.
Carlos: Sí.
Lo abracé.
Mi rubio se queda solo... como yo.

NARRA ANDREA.
Dani: Hablaremos...
Yo: Sí..
Dani: Adiós -me dio un beso-.
Un beso suave, con ternura.
No llores Andrea, por favor. Sé fuerte. No, no llores. Me repetía a mi misma, pero esto es muy duro.
Me subí al coche.
Yo: Adiós.
Pité con el coche y salimos camino a Alicante.
Que despedida más sosa. Ayer estuvimos super bien.
Dani: Te voy a comer.
Yo: No -le sonreí-.
Dani: Sí, sí.

















Yo: ¡No! -volví a reír-.
Empezó a darme pequeños mordisquitos por todo el cuerpo cosa que me hacían muchas cosquillas.
Andrea, vuelve a la realidad.


Acabamos de llegar a mi casa... ya en Alicante, lejos de los chicos, lejos de Dani. Puf.
Miro el móvil y....

No hay comentarios:

Publicar un comentario