viernes, 23 de agosto de 2013

Capitulo 36.

NARRA SILVIA.
¿Pero que narices le ha pasado a Dani?
CONTINUACIÓN LLAMADA TELEFÓNICA.
Yo: Carlos, ¿Qué coño ha pasado?
Carlos no decía nada.
Yo: ¡Joder Carlos! ¡¿PUEDES DECIRME QUE NARICES HA PASADO!?
Me tocaron el hombro por detrás y me giré.
Era Andrea.
Andrea: ¿Que le ha pasado ha Dani?
Se le pusieron los ojos llorosos.
Me quedé callada.
Andrea: Silvia, ¿qué narices le ha pasado a mi novio? -dijo llorando-.
Tapé el móvil.
Yo: No lo sé. Siéntate -la senté en la cama-. No se nada, estoy hablando con Carlos, espera.
Volví a la llamada.
Yo: Carlos, dime que ha pasado.
Carlos: ¡No lo sé!
Yo: ¿Cómo que no lo sabes?
Carlos: Silvia, no encontramos a Dani.
Yo: ¿Cómo que no lo encontráis?
Carlos: Eso, hemos llamado a su móvil y lo coge una chica, hemos vuelto a llamar y el móvil está apagado.
Yo: ¿¡Y ahora qué?!
Carlos: No lo sé, Magí ha ido a hablar con la policía.
Yo: ¿Quién más lo sabe?
Carlos: La policía, tú y nosotros. No queremos dar la noticia hasta que no pasen más de 24 horas.
Yo: Joder Carlos... en cuanto sepas algo llámanos, por favor.
Carlos: Si cariño. Llevad cuidado.
Yo: Tú también.
Colgué.
Miré a mi hermana. Está hecha polvo y aún no sabe nada sobre esto. Pobrecica; me da mucha pena. ¿Qué ha hecho para merecerse todo esto?
Siempre le pasa todo lo peor. Siempre sufriendo.
Andrea: ¿Qué le ha pasado a mi novio?
Yo: Prométeme que te vas a tomar esto con la mayor tranquilidad posible.
Andrea: ¿Qué narices le ha pasado?
Yo: Nadie lo sabe. No lo encuentran.
Andrea: ¿No lo encuentran?
Yo: Les ha pasado como a ti. Han llamado y lo ha cogido una chica y ahora está el móvil apagado y nadie sabe nada.

NARRA ANDREA.
¿Desaparecido? ¿De qué coño va esto? ES todo una pesadilla... no, esto no puede estar pasando, no... mi novio está en su casa.
Silvia: ¿Estás bien?
Negué con la cabeza y me fui corriendo de mi casa. Bajé las escaleras y salí de golpe, cerrando de un portazo.


Estoy en la playa, mirando al horizonte. La última vez que estuve en la playa fue cuando viajé con Dani. Dani... ¿donde estás? ¿estás bien?  No sé cuanto tiempo llevo aquí. Me he ido sin móvil y llaves, no quiero que nadie me encuentre. Quiero encontrar a Dani y perderme con él. Los dos solos en nuestro mundo.
Estoy sola, no hay nadie. Serán sobre las cuatro porque hace mucha calor y no he comido. Tampoco tengo hambre. Tengo un nudo en el estómago. Rubio, ¿dónde estás?
Tengo que volver a casa... estarán preocupados por mi.


Mamá: ¡Andrea! -se levantó corriendo del sofá y me abrazó-.
Papá: ¿Estás bien?
Asentí con la cabeza.
Mamá: ¿Dónde estabas?
Yo: Necesitaba aire.
Mis padres vieron que no estaba bien, y que estaba agobiada y ahora solo necesitaba estar sola.
Yo: Me voy para arriba.
Mamá: Vale, descansa.
Subí a mi habitación, pero antes necesitaba saber si había nuevas noticias sobre Dani.
Fui a la habitación de Silvia y estaba con el móvil, supongo que hablando con Carlos.
Yo: ¿Se sabe algo?
Silvia: Andrea, han localizado su móvil.
¡Si! ¡Bien! ¡Noticias!
Yo: ¿Dónde?
Silvia: Lo han encontrado en una calle de Madrid.
Yo: ¿Solo?
Silvia: Sí, estaba en el suelo.
Yo: ¿Y por qué una chica?
Me están llamando al móvil, lo oigo desde mi habitación.
Yo: Espera que me llaman.
Silvia: Vale.
Voy a la habitación y miro la pantalla 'NÚMERO PRIVADO'. Voy corriendo a la habitación de Silvia.
Yo: Es privado. ¿Lo cojo?
Silvia: Sí.
Lo cogí.
Yo: ¿Sí?
X: Andrea... que placer hablar contigo.
Otra vez esa voz familiar de chica.
Yo: ¿Quién eres?
X: Eso no importa. ¿Y Dani?
Yo: ¿Quién eres?
X: ¿Está bien? ¿Habéis encontrado ya su móvil?
Yo: ¿Donde está?
X: -se rió-. Escúchame pedazo de zorra, a partir de ahora vas a dejar en paz a Dani o te pasará algo como a Carlos... o peor -se volvió a reír-.
Yo: ¿Dónde está mi novio?
X: Lleva cuidado, no vaya a ser que un día de estos te de un susto.
Colgó.
¿De que narices va todo esto tío? Estoy flipando.
Silvia: ¿Quién era?
Yo: Una voz de chica, me resulta familiar.
Silvia: ¿Qué quería?
Yo: Que no me acercara más a Dani o me pasaría algo, más grave que a Carlos.
Tragué saliva. Oh dios.
Silvia: Todo esto lo debería de saber Magí. Voy a decirse lo.
Lo llamó y le contó todo. Le dijo que lleváramos cuidado al salir de casa, y si salimos que fuéramos acompañadas, nunca solas. De Dani se seguía sin saber nada.
¿Donde estás Dani? Por favor. No me hagas sufrir tanto. Aparece. Un mensaje, una señal, lo que sea para que sepa que estás bien.
Silvia: Deberías de comer algo.
Yo: No tengo hambre.
Silvia: Pues descansa y después comes algo, por favor.
Yo: Vale.
Me fui para mi habitación. Me quité los zapatos y me tumbé en mi cama a descansar.

El hombre de negro con careta blanca viene hacia mi. No, no te acerques. Estoy sola en mitad de la nada, socorro. Dani, ayúdame. Silvia, Carlos, David, Blas, Álvaro. Alguien, por favor. Magí, ven. Está cada vez más cerca, no. Lleva algo en la mano, no, socorro. ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
Silvia: Andrea, ¡despierta!
Abro los ojos. Era una pesadilla. Dios.
Estoy llorando y ni si quiera me he dado cuenta.
Silvia: ¿Estás bien?
Yo: He soñado con el hombre de negro de careta blanca. Me quería hacer daño y estaba sola.
Silvia: -me abrazó-.
Con eso era suficiente.
Silvia: Desde hace mucho tiempo hay alguien bajo, pregunta por ti.
¿Por mi? ¿Quién es ahora? No quiero ver a nadie.
Yo: No estoy para ver a nadie.
Silvia: Esto te irá bien, creo yo.
Me levanto y me hago una cola de caballo. Quién quiera que sea podría haber venido en otro momento. Bajo las escaleras al lado de Silvia hasta que llego al salón. Mis padres están hablando con alguien que no puedo ver, pero esa voz... esa voz la conozco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario