domingo, 11 de agosto de 2013

Capítulo 33.

Entramos al pub y estaba todo lleno. Dios, que agobio, no me gusta sentirme tan agobiada, necesito aire.
Dani: ¡Tranquila, ahora vamos al reservado! -dijo al notar como estaba-.
La música sonaba muy alta, tanto que retumbaba todo, sin embargo, desde fuera no se oía nada, estaría insonorizada.
Pasamos por toda la gente y llegamos a una puerta que ponía 'Reservados'. Dani la abrió y habían dos guardias, muy grandes y corpulentos. Se chocaron las manos y se saludaros. Yo estaba ahí esperando a pasar para poder relajarme.
Guardia: Venga, pasad -y le sonrío a Dani-.
Él le devolvió la sonrisa.
Dani: Ya me conocen porque siempre que estoy aquí mis colegas y yo venimos.
Le sonreí para que supiera que le había escuchado. Pasamos por otra puerta y ya había bajado el sonido de la música y había menos gente. Estaba tranquilo, había música, pero más baja y suave, era un lugar en el que se podía hablar. Habían como pequeños cuadrados hechos con cintas, en plan, para separarlos, donde habían sillones blancos de cuero. Todos los pequeños cuadrados están ocupados. ¿Dónde nos vamos a sentar?
Dani: Ya están todos, solo faltábamos nosotros -me sonrió-.
Estoy nerviosa. ¿Les caeré bien a sus amigos? Espero que sí.
Andamos un poco hasta uno de los cuadrados pequeños y hay cuatro chicos y dos chicas. Una chica me resulta familiar, no sé por qué, me suena su cara muchísimo.
Al vernos todos se levantan y saludan a Dani con abrazos, se notan que llevan tiempo sin verlo. Dani me presenta y abrazo a todos, pero la chica esta que me resulta familiar ni se ha levantado, me mira mal. Sus amigos se llaman Adrián, pero dice que le llame Adri, que majo. Es muy simpático, moreno, ojos oscuros, la verdad es que es muy guapo. Luego está Joselu. Joselu es más o menos de la estatura de Dani, rubio con ojos oscuros, lleva el pelo a lo Bieber, dios, está muy bueno. ¡No Andrea! ¡Cancela! Miro a Dani. Sí, mi chico está mejor. Otro es Sergio. Sergio es muy blanco de piel, y tiene el pelo cobrizo, no ha hablado mucho, se le ve cortado. Y por último de los chicos está Antonio, que quiere que le llame Anto, pero no sé, mejor Antonio. Es mucho más alto que Dani, moreno, y se nota que hace deporte, está cuadrado. De las chicas solo se me ha presentado una, Carol. Carol es rubia, pero con algún destello moreno, tiene los ojos azules y la piel muy blanca. Por la forma que me ha hablado se nota que es pija. Pero bueno, no me quejo, yo soy pija, lo reconozco. Y quedaba la chica que seguía sentada en el sillón y no se levantaba, pues nada chica, si tú no te presentas yo menos. No te he echo nada. Nos sentamos en los sillones a hablar.
Adri: Venga, no seas sosa -le decía la chica-.
Antonio: Es verdad Inma, no te ha hecho nada.
¿¡¡INMA?!! ¡¿La ex que tanto se hablaba por tw?! ¿Que hace aquí?
Carol: Es verdad tía.
Se levanto y se puso delante de mi.
Inma: Soy Inma.
Yo: Andrea.
Se lo dije seca, osea no me iba a llevar bien con ella. No después de que al entrar me mirara de arriba a abajo y encima iba de chula, pues no.
Se volvió a sentar.
Dani no decía nada. Me estoy sintiendo incómoda.
Yo: Ahora vuelvo, voy a pedir algo.
Me levanté sin dejar tiempo para decir nada y fui a la barra que no estaba muy lejos.
¿Por qué todo me pasa a mi? ¿Por que nos tenemos que encontrar a su ex? Que he visto fotos y se notaba que estaba muy enamorados. Encima no sé por que me trata así, ¿que te he hecho? Necesito olvidarme de las cosas.
Me arrime a la barra y enseguida vino a atenderme un chico joven, moreno, guapo.
Camarero: ¿Que te pongo guapa?
Vi que llevaba un cartel por el pecho, ponía 'José'.
Yo: Pues... me pones un ron con cola.
José: ¡Marchando!
Se fue y me lo puso.
José: Aquí tienes guapa.
Yo: Gracias, José -le sonreí-.
Me estaba yendo pero oí que me llamó. Me hizo un seña para que fuera. Fui.
José: ¿Eres de aquí? No te he visto nunca.
Yo: No, he venido con -me interrumpieron-.
Dani: Andrea, ¿todo bien?
Yo: Em... sí.
José: Bueno guapa, te dejo que tengo que seguir trabajando -me guiño un ojo y se fue al otro lado de la barra-.
Dani: ¿Que ha sido eso? -dijo dándole un trago a mi bebida.
Yo: Nada -cogí la copa y nos fuimos de nuevo a los sillones-.
Anto: ¿Que pasaba?
Dani: Nada, que un gilipollas intentaba tontear con mi chica.
Yo: No es así, Dani.
Dani: Lo he visto con mis propios ojos.
Yo: El chico solo estaba intentando ser simpático, no exageres.
Dani: ¿Que no exagere? ¡Quería tocar lo que es mío!
Yo: No me grites.
Dani: ¡Es que no te das cuenta de que solo quería follarte!
Yo: No me grites. Y no es así.
Dani: ¿¡Que no te grite?!
¿Que le pasa? ¿Por qué me trata así? Sea por lo que sea, no lo voy a permitir.
Me levanto, cojo mi copa y mi bolso y me voy por una puerta que pone 'VIP'. No sé lo que habrá allí, pero no quiero estar ahí, me está dejando en ridículo delante de todos, que eso es lo que menos, pero no voy a permitir que me chille. Mi madre me dijo 'nunca permitas que un hombre te chille, o si no le darás motivos para subir su ego sobre ti'. Y eso voy a hacer, no se lo voy a permitir. Abro la puerta y hay una pequeña cama. La habitación tiene barra propia, aseo. Es como si fuera una habitación de hotel de lujo. La mejor habitación que podría tener un hotel. También hay sillones. Me siento en uno. ¿Que hago aquí? Por un momento me siento perdida. Quiero irme a casa. ¿A quién le importo ahora? Se abre la puerta. Si es Dani ya se puede estar yendo, no quiero hablar con él, no ahora. Pero para mi sorpresa es Joselu. El amigo más guapo de Dani.
Joselu: ¿Se puede?
Yo: Sí, pasa.
Se sentó a mi lado.
Joselu: No le hagas caso.
Que irónico. A veces las palabras duelen más que un guantazo.
Joselu: Hace todo eso porque te quiere.
Yo: Pero no se da cuenta de que así la caga y me hace daño.
Joselu: No le tengas esas cosas en cuenta... en realidad no quiere decir eso.
Yo: ¿Entonces por qué lo hace? Necesito una explicación. ¿He hecho algo mal? ¿Le he faltado el respeto? No... entonces no sé porque lo hace.
Joselu: A nosotros también nos lo hace, pero ya no se lo tenemos en cuenta. Está intentando cambiar. Cambiar sus bruscos cambios de humor. Pero no es fácil.
Yo: Ya lo sé... pero a mi nunca me había tratado así.
Joselu: Tranquila, no se lo tengas en cuenta, quédate con los momentos felices -me sonrió-.
Tocaron a la puerta. Era Dani.
Joselu: Me voy -me dio un beso en la mejilla-. Y ya sabes -me susurró al oído-.
Se fue y le tocó la espalda a Dani.
Dani se sentó a mi lado.
Dani: Lo siento.
¿Se cree que con un lo siento va a arreglar todo? No, esta vez no. En las otras peleas le perdoné porque en parte la culpa también era mía, ¿pero ahora? Ahora no había hecho nada, no me lo merezco.
Me cogió la mano.
Dani: De verdad, Andrea. Lo siento.
Volví a beber mi bebida.
Dani me rozaba con el dedo todo el brazo, de arriba a abajo. Me ponía la piel de gallina. Me temblaba el pulso. Me ponía muy nerviosa. Sé donde quiere llegar y no. No se van a arreglar así las cosas. Me levanté y me terminé la copa. Fui a la barra a servirme otra. Se acercó a mi. Nuestros cuerpos rozaron. Lentamente pone sus manos en mi cintura.
Dani: Lo siento...
Su dulce tacto hace que se me ponga de nuevo la piel de gallina y sienta escalofríos desde mi espina dorsal hasta los dedos de los pies. Lentamente hace que me de la vuelta sin darme tiempo a coger ninguna copa. Nuestros ojos quedan a simple vista. Miro en sus ojos azules pero instintivamente mi mirada se va hacia sus labios. No Andrea, no. Te ha faltado el respeto. Ahora sus labios están rosados y brillantes tras haberse pasado la lengua por ellos. ¿Cómo no besar los? La luz la esta habitación VIP daba completamente a su cara. Ahora mirándome con ganas de que le perdone, y también con deseo. No podía parar de mirar sus labios a pesar de estar muy enfadada. Mis ganas de besar lo aumentan por momentos. Hacia calor. Mucha calor. Nosotros cada vez nos pegábamos más y más. Me atraía hacia su cuerpo acorralándome en su torso de dios griego. Mis manos no paraban quietas y se pusieron el propósito de tocarle. Las metí debajo de su camiseta y empecé a tocar su bien formada tableta. Sus duros abdominales. Y mientras tanto él me besaba el cuello. Mi enfado se había ido. Suspiros eran lo único que salían de mi boca. Calor. Mucha calor. Sube la temperatura. Sus labios se ponen en contacto con la piel de mi cuello, de nuevo. Escalofríos. Suelto un leve gemido y él sonríe mientras sigue besando mi cuello. ¿Cómo es capaz de hacer que mi enfado se vaya en menos de un minuto? Mis manos se dirigen a su pelo. Allí se pierden y hacen que su cabeza este a la altura de la mía. Su boca y la mía piden que estén juntas de una maldita vez. Busco en su mirada algo. Pero me desespero. No aguanto más. Mis labios caen en los suyos. Los devoran. Los anhelan. él me da permiso para indagar su boca. Nuestras lenguas batallan por tener el control. Nadie gana. Somos dos en uno. Mis manos huyen hacia su cuello y las de él bajan lentamente hasta dejarlas en mis caderas y hace que me quede completamente pegada a él. Siento su erección. Y sonrió para mi misma. Él se da cuenta de mi reacción y me acerca más a el bulto que tiene en medio de los pantalones. Paro el beso. Le pongo fin, pero no por mucho tiempo. Mis labios recorren ahora su cuello y llegan a su odio hasta que, después de darle un pequeño mordisquito y susurrarle 'te quiero solo para mi, solo mío'. Eso lo habré dicho por la rabia que tengo de que Inma esté aquí. Me separo lentamente de él, lo cojo de la camisa y lo tiro en la cama. Todo para mi. Listo para mi. Y para el momento que se nos viene. Me siento en sus piernas y empiezo a quitarle la camiseta mientras él no deja de devorarme el cuello. Creo que me ha hecho un chupetón, pero ahora no me importa. Y llegamos a nuestro destino. Mis manos ahora descansan sobre su cinturón y lentamente se lo quito. Su respiración ahora está más que agitada, al igual que la mía. Sus ojos arden de pasión y lujuria. Sabe que lo he perdonado. Sus besos en mi cuello aumentan de intensidad y necesito notarlo dentro de mi. Él no aguanta más, me lo dice con su mirada. Me da la vuelta. Ahora quién tiene el control es él. Está encima mía. Estoy atrapada. Siento como se baja los pantalones y los calzoncillos a la par. Oh dios. Sus ojos brillan. Él sonrió al ver mi cara de sorpresa a causa de su enorme miembro. Sus manos recorren ahora todo mi cuerpo. Soy suya. Suben por mis brazos. Bajan por mis caderas. Van en todas direcciones posibles. Ahora juegan con la cremallera de mi pantalón que me lo quita lentamente y deja a la vista mi ropa interior. Sus ojos escanean mi cuerpo. Mi figura. Me come con la mirada. Estoy ansiosa por sentirlo dentro de mi. Me quita la camiseta y retira las asas de mi sujetador bajando lentamente por mis brazos. Sus manos vagan por mi espalda buscando para desabrocharme el sujetador. Pero antes de que el siga, me lo quito yo. Dejando mis pechos a su libre mirada. Sus pupilas se dilatan. Su sube encima mío. La cama se hunde. Con un gesto me rompe las braguitas que llevo puestas y me penetra. Una, dos, tres veces. Pierdo el sentido. Cuatro, cinco, seis. Solo puedo escuchar gemidos. Siete, ocho, nueve. Se está tan bien. El profundiza más, haciendo que mi placer aumente por momentos. Poco a poco aumenta el ritmo, mientras que sus manos ahora están en mis caderas ayudándose para que él se pueda empalar mejor en mi. Sube la velocidad y arqueo la espalda. Él gruñe. Sé que le gusta. Cada vez me penetra más y más hasta que los dos juntos llegamos al clímax.
Dani: Vamos, vístete.
Corriendo nos vestimos antes de que pueda entrar nadie. Nos arreglamos y salimos de nuevo a los sillones.
Ya no estoy enfadada. Pero sigo pensando que el camarero, José, solo quería ser simpático.
Nos sentamos de nuevo en los sillones. Ah. Estoy dolorida. Me ha penetrado con tanta intensidad. Supongo que es su manera de que los problemas se vayan.
Sergio: Llegáis a tiempo. Estábamos hablando de que vamos a hacer cuando se acaben las vacaciones.
Oh no.
Inma: Sí, vosotros os separaréis, ¿no?
Dani la fulminó con la mirada.
Dani: Eso no es asunto tuyo.
Adrián: Y tú Andrea, ¿que vas a hacer?
Ellos ya habrán terminado de estudiar ya que Dani me saca a mi cuatro años.
Yo: Pues tengo que volver a Alicante a terminar bachiller, que sólo me queda un año y ya iré a la universidad de Madrid a estudiar.
Joselu: ¿Qué quieres estudiar?
Yo: Pues aún no lo tengo muy claro, pero quiero ser o periodista o psicóloga.
Psicóloga, que irónico. No sé arreglar mis propios problemas y sin embargo quiero ayudar a los demás.
Sergio: Eso está bien.
Yo: ¿Y vosotros que vais a hacer?


Hemos vuelto a la sala normal, hemos dejado los 'reservados' y estamos bailando al ritmo de la música. Dani y yo no paramos de bailar y reír. Hemos vuelto a estar bien, como antes. La música sigue igual de alta, pero ya me da igual porque ahora no me molesta. Puede ser porque he bebido bastante. Solo bailo con Dani y con los chicos porque con las chicas no he hecho muchas migas.


Adrián: ¡No tardes en volver a venir a vernos!
Antonio: Eso, que te echamos de menos.
Sergio: Encantados Andrea, cuando quieras estamos aquí, ya sabes.
Joselu: Bueno guapa, ya sabes -me sonrió-.
Abracé a todos y nos fuimos para su casa andando.
Me duelen los pies y veo todo un poco borroso.
Dani: ¿Estás bien?
Yo: Sí, tranquilo.
Me falló la rodilla y me caí. De morros. Me dio risa y empecé a reírme yo sola tumbada en el suelo.
Dani: ¿Andrea? -dijo riéndose-.
Estaba flipando. Hasta yo flipaba.
Me quedé tumbada mirando al cielo. Que ostia me he metido tío. Volví a reírme.
Dani: Anda levanta.
Me cogió de la mano y me levantó. Con los tacones me costaba andar así que me los quité e iba andando descalza por mitad del pueblo, total, estábamos apunto de llegar.
Yo: ¡AAAH!
Dani: ¿¡Qué pasa?!
Yo: Ah, el pie.
Dani: Siéntate.
Me senté y me subió el pie.
Dani: Menuda raja llevas.
Yo: Me duele.
Dani: Ven anda, que queda poco.
Me cogió como las princesas y andamos hasta su casa.
Llegamos en nada y me llevó al aseo que estaba en su habitación. Me sentó en el váter.
Dani: Espera aquí.
Se fue y volvió con un maletín de primeros auxilios. Se sentó en una silla y me subió el pie, se lo puso en la rodilla.
Dani: Esto te va a escocer un poco.
Asentí con la cabeza.
Me echó agua oxigenada. Dios como escuece.
Yo: ¡Sopla, sopla!
Me soplo y me relajé un poco. Me puso algo más, no sé el qué, y me vendó el pie.
Dani: Si sigue mal tendremos que ir al médico.
Yo: Vale.
Dani: Ahora, a dormir.
Fui a la maleta y cogí un pantalón corto de chándal y una camiseta básica. Me lo puse y me tumbé en la cama de Dani.
Dani vino en seguida con un pantalón de pijama, sin camiseta. Madre mía, que abdominales tío.
Se tumbó a mi lado, estábamos un poco pegados.
Si giró y quedamos frente a frente.
Dani: Siento que sea un poco estrecha, normalmente duermo yo solo.
Yo: No pasa nada, contra más juntos mejor, ¿no?
Dani: -sonrío- Sí.
Le sonreí.
Dani: Oye, que lo siento por lo del pub...
Yo: Nada, todo olvidado.
Dani: Buenas noches cariño -me dio un beso-.
Yo: Buenas noches -le sonreí y me giré-.
Ahora le daba la espalda. Me pasó el brazo por la cintura y me pegué a él. Me encanta estar entre sus brazos, es uno de los pocos lugares donde me siento segura.



Nos hemos despedido de su madre y vamos a Madrid, a Carlos le dan el alta y MCA es en dos días. Tengo poca ropa en mi casa de aquí, así que tengo que ir a comprarme cosas para MCA. Estamos casi entrando a Madrid.
Dani: Escucha, que mañana hay concierto y al otro es MCA. ¿Vais a venir con nosotros?
Yo: No lo sé, tengo que hablar con Silvia.
Dani: Me refiero a MCA, si vais a subir con nosotros o con el bus.
Yo: Supongo que con el bus.
Dani: Sabes que si quieres podéis venir con nosotros.
Yo: No, da igual. Y quería hablarte sobre una cosa de MCA.
Dani: Dime.
Yo: Quiero que allí tú seas mi ídolo, no mi novio. Quiero que disfrutes con las demás, yo ya te tengo el resto del tiempo.
Dani: -suspiró-.
Yo: Te lo digo en serio.
Dani: Vale, pero tampoco me ignores.
Yo: No -le sonreí-.


Estamos en el hospital esperando a que salga Carlos. Hemos saludado a todos y ya hemos ido a casa de Dani a dejar sus cosas y a la mía a dejar las mías.
Silvia: Me tienes que contar todo lo que ha pasado en el viaje.
Yo: Sólo han sido dos noches fueras, no hay mucho que contar.
Silvia: ¿Y las muletas?
Dani me dejó unas muletas porque no podía andar bien por el corte.
Yo: Un pequeño incidente con un cristal -sonreí-. ¿Y Carlos qué?
Silvia: Pues ya está bien, pero le han dicho que no debe hacer muchos esfuerzos.
Yo: Menos mal.
Silvia: Pues sí -me sonrió-.
Salió Carlos y corriendo fui a abrazarle.
Carlos: ¡No sabía que ibais a estar aquí! -abrazó a Dani-.
Dani: Pues ya ves, aquí estamos -le sonrió-.
Magí: Chicos, esta noche concierto. Carlos, descansa hasta entonces. Y lo mismo a los demás.
Carlos: Vale.
Nos despedimos y Dani me llevó a mi casa.
Me paró en la puerta.
Yo: Descansa, ya hablamos, ¿vale?
Me agaché y le di un pico.
Dani: Adiós preciosa.
Y se fue.
Entré a mi casa y Silvia aún no había llegado. Supongo que se quedará en el piso de Carlos para ayudarle o algo.
Tengo que irme de compras... pero si Dani va a descansar y Silvia está con Carlos... ¡ya lo tengo! ¡Con David! Con David siempre he tenido confianza y sé que seguro que le apetecerá.
Lo llamé.
LLAMADA TELEFÓNICA.
Yo: ¡Feo!
David: ¡Preciosa!
Yo: ¿Qué haces ésta tarde?
David: Pues supongo que nada, hasta que nos recojan para ir al concierto... sobre las ocho o nueve.
Yo: ¿Me acompañas a comprarme ropa?
David: ¡Claro! ¿A qué hora?
Yo: Si quieres vamos a comer por ahí y eso.
David: ¡Perfecto! Mándame tu dirección por wa y en diez minutos estoy allí.
Yo: Vale, hasta ahora.
Colgué.
Me tengo que cambiar, que voy en chándal y para ir de compras.. como que no.
Me puse esto.















Oí que un coche pitaba. Me asomé a la puerta y era David.
Le hice una seña diciéndole que ya iba. Cogí la tarjeta, móvil, dinero y listo.
Subí en el sitio del copiloto.
Yo: Buenas -le di un beso en la mejilla-.
David: Tan guapa como siempre -me sonrió-. Bueno, tú dirás, ¿a donde quieres ir a comer?
Yo: Donde tu digas -le sonreí-.
David: Vamos al centro comercial de aquí al lado que hay muchos restaurantes y como están las tiendas al lado.
Yo: ¡Perfecto!
David: Pues allí vamos -me sonrió-.
Y nos dirigimos hacia allí.
Llegamos al centro comercial.
David: ¿Foto?
Yo: ¡Claro! -le sonreí-.
David: Lista.
La subió a instagram porque enseguida me salió:

Título: De compras con la fea de @AndreaVarea_. ¡Guapa que eres!




Le comenté: 'tú'





Y guardamos los móviles.
David: Bueno, ahora toca elegir donde comer.
Me quedé mirando alrededor.
Yo: ¿Chino?
David: ¡Vale! -me sonrió-.




Hemos terminado de comer, David se ha empeñado en pagar él. Ahora vamos haber tiendas.

Hemos entrado en todas y me he comprado muchísimas cosas. Hemos visto una tienda de Disney. A David le encantan estas cosas, que yo lo sé, así que entramos. Dios, me encantan, hay Mike's, el muñeco verde de Mounstrous S.A, también hay minions, me encantan los minions. Quiero uno. Damos una vuelta más y al final hemos comprado, yo dos minions y David ha comprado dos sudaderas iguales de Mounstrous S.A, una para él y otra para mi.
Son casi las siete de la tarde, se nos ha pasado el tiempo volando. Me lleva a mi casa.
Yo: Luego nos vemos -le sonreí-.
David: Claro, adiós guapa -me sonrió-.
Se fue.
Entré a mi casa y seguía sola.
Subí a mi habitación y revisé todo lo que me había comprado: Dos gorras, cuatro pantalones, siete camisetas, los minions, un montón de pintauñas y dos bikinis. Me había comprado un montón de cosas... ¡ah, y le he comprado una gorra de Obey a Dani! Nunca me olvido de mi chico. La gorra estaba envuelta. Le hice una foto y la subí a Instagram. Le puse de título: Regalito para mi niño.
Me probé la sudadera que me regaló David. Me encanta.
Subí foto:


Título: @DavidAuryn gracias por la sudadera que me has regalado, ¡me encanta!








Y guardé el móvil porque me fui para la ducha para prepararme para el concierto.


Silvia y yo vamos de camino al concierto. La he recogido en casa de Carlos porque los chicos ya se han ido hace tiempo. Llevo estoy puesto:

















Y Silvia esto:

















Hemos llegado a donde el concierto. Silvia me ha dicho que Carlos le ha dicho que entráramos por la entrada trasera. Está lleno de auryners y no paran de chillarnos.
'¡Andrea! ¡Silvia! ¡Una foto por favor!' '¡Os queremos! '¡AAAAHHH!'.
Esto es una locura.
En seguida vienen los guardias y nos abren y entramos adentro. Hay una valla y podemos estar tranquilas.
Guardia: Vosotras debéis de ser Andrea y Silvia.
Silvia: Sí, somos nosotras.
Guardia: Vale, los chicos están adentro, si necesitáis cualquier cosa estoy por aquí.
Yo: Vale, gracias.
Cierro el coche. Desde fuera nos siguen pidiendo una foto.
Yo: ¿Salimos?
Silvia: Es peligroso.
Yo: ¿Que va a pasar? Anda vamos.
La cogí del brazo y salimos a fuera.
Enseguida vinieron todas encima nuestra.
Yo: ¡Haber, tranquilas, nos vamos a hacer fotos con las que queráis, pero por favor, hacer espacio!
En seguida se hicieron para atrás y nos sentamos en un banco. Muchas nos pedían autógrafos... no me gusta darlos, ¿por qué que he hecho para ser famosa? ¡Nada! Solo estoy saliendo con el chico que me gusta. Y creo que ha Silvia le pasa lo mismo.
Vino una niña pequeña. Dios, que mona. Me encanta.
Yo: Hola cariño. ¿Cómo te llamas?
'Andea'.
Yo: ¡Cómo yo! Ven, vamos a hacernos una foto -le sonreí-.
La cogí en brazos y pedí que nos hicieran la foto con mi móvil. Tenía unos mofletes gigantes, que mona.
Iba con su hermana, más mayor, nos hicimos la foto también con ella.
Yo: Adiós cariño.
Andrea: Adio buapa.
Que preciosidad por favor.
Queda como media hora para que empiece el concierto.
Yo: Chicas, queda poco para que empiece el concierto, deberíais de ir a la cola, empezarán a pasar lo de los números.
Todas se fueron yendo poco a poco y nosotras volvimos a entrar a dentro.
Entramos y Silvia se fue con Carlos y Dani en seguida vino hacia mi.
Dani: ¿Dónde narices estabais?
Yo: Fuera, haciéndonos fotos.
Dani: -me abrazó-. Pensábamos que os había pasado algo.
Yo: ¿De qué estáis hablando?
Carlos: Mejor venid a ver esto.
Fuimos y nos enseñaron una nota:
'Tened cuidado con vuestras chicas, vamos a acabar con todos y cada uno de vosotros, poco a poco, iréis sufriendo. El primero ha sido Carlos, ¿quién será el siguiente?'.
¿QUÉ? No, que miedo, joder. No.
Álvaro: Magí ha aumentado la seguridad. Hoy han revisado todo.
Yo: Pero... ¿tenéis una idea de quién puedo ser?
Blas: No tenemos ni idea, eso es lo peor.
Carlos: Pero a partir de ahora la seguridad va a ser lo más importante.
Me quedé en shock. ¿Por qué les quieren hacer daño?
Apareció Magí, estaba hablando por teléfono.
Magí: Nada, ya las hemos encontrado, están aquí. Sí, vigilad todas las entradas y salidas. Mantén me informado.
Nos abrazó a las dos.
Magí: Chicos, salimos en diez minutos. ¡Preparaos!
Se fueron a cambiarse y todo. Nosotras fuimos al escenario. A un lado y nos quedamos allí.
Enseguida salieron los chicos y empezaron a cantar.
Yo no estaba tranquila. No paraba de mirar a los alrededores. Habían guardias por todos los lados. Me quedé viendo al público como disfrutaba del concierto. De las voces de los chicos. Pero mi vista se paró en una persona.




1 comentario: