lunes, 2 de septiembre de 2013

Capítulo 40.

¿Que problema tiene? ¿Por qué chilla? Me duele la cabeza joder, no chilles más.
Yo: Dios Dani, ¿qué pasa?
Me abrazó fuerte.
¿Hola? ¿Que me he perdido?
Dani: Si, estás bien... -me volvió a abrazar-.
Yo: ¿Que pasa? Claro que estoy bien, de hecho ya no tengo náuseas ni dolor de barriga, solo me duele la cabeza de tus chillidos -reí-.
Dani: ¿Sabes que hora es?
Yo: Pues no sé, pero serán sobre las nueve o diez, ¿no?
Dani: Andrea, son las tres del medio día.
Espero, ¿las tres? Si anoche nos acotamos a las diez o así, y no estaba cansada, simplemente quería dormir haber si así me encontraba mejor.
Yo: ¿Me estás vacilando?
Dani: No, joder. Te hemos intentado despertar y no te movías ni nada, sin embargo, respirabas. Era todo tan raro.
Yo: No os escuchaba ni notaba nada.
Dani: -suspiro-. Que susto me has pegado, fea.
Yo: Oh gracias, lo mejor es despertarse y que te llamen fea -dije irónicamente-.
Dani: Si ya ha venido y todo el médico.
Yo: ¿Sí?
Dani: Si, y hemos comido y todo. De hecho te han pinchado.
Yo: ¿En serio?
Asintió.
Yo: ¿Y por qué no me acuerdo yo de todo esto?
Dani: En cuanto vimos que no te despertabas pero respirabas llamamos de nuevo al médico y nos dijo que era un sueño profundo, que ya despertarías.
Yo: Joder... ¿y la fiebre y todo eso?
Dani: Una gripe.
Yo: Madre mía..
Dani: Y ahora vamos, ¡vístete que nos vamos a dar una vuelta por Mallorca?
Yo: ¿Ahora? Si son las tres... y hace calor.
Dani: ¿Y cuanto tardas tú en ducharte y arreglarte?
Yo: Vale, ya voy.
Me levanté de la cama y fui al aseo.


Ya estoy lista, son como las cinco de la tarde o así, nos vamos Dani y yo solos porque mis padres se quedan en el barco descansando y Silvia y Carlos se han ido ya a dar un paseo por ahí.
Mamá: Llevad cuidado.
Papá: Ya sabéis, no lleguéis muy tarde, ¿vale chicos?
Yo: Que sí, no tardamos.
Mamá: Pasadlo bien.
Papá: Y disfrutad -nos sonrió-.
Dani: Gracias -les sonrió-.
Y salimos del barco cogidos de la mano.
Dani: ¿Dónde vamos?
Yo: ¿Que tal si vamos al chiringuito de la última vez?
Dani: Vale.
Fuimos andando todo el puerto y fuimos hasta la playa de la última vez que estuvimos aquí.
Dani: La última vez que estuvimos aquí nos enfadamos.
Yo: Por María.
Dani: Fue por tus paranoias.
Yo: No recuerdes eso.
Dani: Si, mejor. Por cierto, ¿como os lleváis tu y María ahora?
Yo: Vamos a sentarnos y hablamos.


Nos sentamos en unos sillones en la playa, oyendo el ruido del mar y unas canciones que ponían en el chiringuito tomándonos unos mojitos.
Dani: Lo de María.
Yo: No quiero tener una amistad con ella, lo siento pero no, tendré una relación cordial por ti y punto.
Dani: Bueno... más vale eso que nada. Pero no sé porque te cae tan mal, no lo entiendo.
Yo: No me cae y punto, lo siento.
Dani: Pero tiene que haber algún motivo, no sé.
Yo: No, es de esas personas que ves y sin motivo te caen mal, lo siento.
Dani: Bueno, vale. Pero es mi amiga desde siempre no sé.
Yo: No me fío de ella y punto. Pienso que te va a traicionar.
Dani: No creo. Llevamos siendo amigos casi dos años.
Yo: Bueno, tú acuérdate de esto, que no quiero decir 'te lo dije'.
Dani: Y tú con David, ¿qué? Sois buenos amigos, ¿no?
Yo: Sí, lo considero uno de mis mejores amigos.
Dani: Es un buen amigo.
Yo: Sí, y da buenos consejos.
Dani: Brindemos por nosotros.
Levantamos el mojito.
Dani: Por nosotros, y por lo que tenga que venir y por lo que tenga que pasar, pero que nos pase juntos.
Choqué el vaso de mojito.
Yo: Por nosotros y que estemos siempre juntos.
Dani: Siempre fea.
Me miro, sonrió y chocamos los vasos.

No sé cuantos mojitos llevo, pero estoy un poco pedo, me cuesta sacar las palabras pero puedo andar bien y me acuerdo de todo.
Dani: ¿Nos vamos a cenar?
Yo: ¿Te crees que etoy -hipo- para cenar?
Dani: Ahora te vendría bien un baño.
Yo: Uy no, ahora comer no -reí-.
Dani: No has comido nada desde, no sé, ayer, porque los panchitos no son comida, así que tienes que comer.
Yo: Pues vale, quiero pizza.
Dani: ¿En serio?
Yo: Sí, venga, vamos a comer.
Le cogí de la mano y fuimos de nuevo al puerto, a buscar alguna pizzería. No sé que me pasa pero estoy súper feliz. Me pongo delante de él y le doy un beso, suave y con sentimiento. Me separo de él y le doy un abrazo, le vuelvo a dar la mano y voy feliz por la calle.
Dani: ¿Y esa felicidad?
Yo: ¿No te gusta?
Dani: No, al contrario, me encanta que estés feliz.
Yo: Pues no sé de donde sale, pero estoy feliz. Tengo una familia que me quiere, un novio perfecto y amigas... solo tengo a mi hermana, pero más vale eso que nada.
Dani: Nunca me has hablado de tus amigas.
Yo: Cuando empecé a ser auryner, me dejaron. Decían que flipaba mucho contigo, porque yo les contaba todo lo que pasaba y les decía 'algún día estaré con él' y siempre me miraban mal. Luego conocieron a otro grupo de chabalas y me dejaron de lado, completamente sola.
Dani: Esas no eran amigas verdaderas.
Yo: Lo sé, me dí cuenta cuando luego me iban llamada 'ilusionada' o 'patética' porque decía que estaría contigo.
Dani: Y ahora se han tragado sus palabras.
Yo: Exacto.
Dani: Un día iré a tu instituto a por ti.
Yo: Me queda un año hasta estar en Madrid, así que durante un año puedes recogerme en Alicante -le sonreí-.
Dani: Cuando pueda, lo haré. Estate segura. Y a todas esas personas que te decían que nunca estaríamos conmigo, le vamos a restregar nuestro amor.
Yo: Lo veo bien -le sonreí-.
Dani: Y ahora, entramos aquí -dijo señalando a la pizzeria-.
Entramos y nos sentamos en una mesa.


Hemos salido de cenar y vamos camino al barco. Nos han parado como tres veces para que Dani se hiciera fotos y todo eso. Me estoy empezando a acostumbrar a que siempre le paren y no es tan duro. Al final y al cabo este es su mundo, y si quiere estar en él me tengo que acostumbrar.
Creo que son casi las doce, estamos subiendo al barco y me da un ataque de risa, no sé porque. Empiezo yo sola a reírme.
Dani: Sh, tus padres nos van a matar.
Yo: Corre, ¡vamos!
Fuimos corriendo a mi habitación y allí lo senté en la cama.
Empecé a reírme de nuevo.
Dani: ¿Te estás riendo de mi?
Yo: -pare de reírme-. No.
Dani: Oh, no pares de reírte, me encanta el sonido de tu risa.
Pues ya me has cortado el rollo.
Dani: ¿Ya no te quieres reír?
Yo: Negué con la cabeza.
Me cogió de la mano y me tiró en la cama. Estaba encima de mi.
Dani: Pues vamos a hacerte reír un poco más.
Empezó a hacerme cosquillas. Le decía que parara pero no me hacía caso. Que pare que me meo encima, por favor. No en serio.
Yo: Para, por favor -risa-. Que me voy a mear encima.
Paró de hacerme cosquillas. Por fin.
Giramos, ahora estaba yo encima suya. Le quité la camiseta y me la quitó. Empecé a darle besos por el cuello. Subí a su cara y le di más besos por ahí. Estoy deseando tocar sus labios, sin embargo aún no, vamos a darle ambiente a la cosa.
Me vuelve a girar y esta encima mía.
Dani: Últimamente estás muy juguetona -me sonrió-.
Yo: O tú muy necesitado -le devolví la sonrisa-.
Y poco a poco nos quitamos toda la ropa, que ahora sobraba y unimos nuestros cuerpos.


Han tocado a la puerta. Estoy cansada. Estoy con Dani envuelta en la sábana, los dos desnudos. No puede entrar nadie, no ahora.
Yo: ¿Sí?
Mamá: ¿Se puede?
Yo: Em, no, ahora no.
Mamá: Vale, pero en unos minutos me paso, más te vale que esteis bien, porque voy a entrar de todas maneras.
Yo: Si, sí.
Me levanto y estoy envuelta en la sábana y Dani está tapado con otra sábana. Está durmiendo lo más de feliz.
Estoy con unos pelos de loca, lo llevo suelto por la espalda. Dani también está despeinado. Me da pena despertarlo. Anoche fue una noche espectacular. No me creo que todo vaya tan bien.
Yo: Dani, vamos, levanta, que mi madre viene en dos minutos.
Nada, este niño ni se inmuta.
Le toco y le muevo.
Yo: Vamos Dani.
Abre un poco los ojos.
Dani: ¿Que tal? -me sonrió-.
Yo: Mi madre entra en diez minutos, así que vamos, levántate.
Corriendo se levantó y le pasé un bañador.
Yo: Hoy comemos fuera -le sonreí-.
Se lo puso.
Dani: ¿Y el tuyo?
Fui al cajón y saqué uno. Me puse la parte de bajo y me puse la parte de arriba y me la sujeté.
Yo: Ata.
Fui donde estaba y me lo ató.
Dani: Este bikini te favorece.
Yo: Anda, vamos.
Es un bikini de color verde, verde fosforito. Y la verdad es que sí me favorece, al estar morena.
Me hice una coleta alta y salimos fuera del barco. A la cubierta. Está la mesa puesta.
Silvia: ¡Por fin aparecen los tortolitos!
Carlos: Aplausos por favor.
Empezaron a aplaudirnos. Que vergüenza, por favor.
Nos sentamos y empezamos a comer.


Es por la tarde, y ya estoy aburrida. Quiero irme de compras. Nunca me he ido de compras con Dani, ¿por qué no ahora?
Estamos en mi habitación del barco y...

No hay comentarios:

Publicar un comentario