lunes, 30 de septiembre de 2013

Capítulo 47.

Párate a pensar... todo tú futuro, tú vida... depende de una sola decisión.
Quiero hablarle, pero no me salen las palabras.
Dani: ¿Quieres que hablemos mejor en un sitio privado?
Yo: Vale.
Vale... es lo único que puedo decir. Se me va a salir el corazón por la boca, no sé que me pasa. Es como si todo empezara de nuevo.
Guardo la guitarra y nos levantamos.
Yo: Antes tengo que ir a dejar todo esto.
Dani: Vale, vamos pues -me sonríe-.
Cojo la guitarra, la toalla y la libreta y vamos dirección a mi cabaña.
Salimos de la piscina. Mi cabaña está bastante lejos.
Dani: Intenté que te pusieran enfrente de la mía, pero no me dejaron.
Yo: Ya..
Silencio. Otra vez silencio. Un silencio muy muy incómodo.
Dani: Eh... ¿hay alguien en tú cabaña?
Yo: Creo que están todas.
Dani: Vale, pues no sé, en mi cabaña supongo que estarán los demás... ¿buscamos luego un sitio mejor?
Yo: Vale -le sonrío-.
Por una vez, no finjo sonreír. Creo que todo se va a arreglar y que todo va a estar bien, pero no lo quiero pensar, porque luego se fastidia. Luego todo se tuerce.
Llegamos a mi cabaña y todo.
Me abre Carlos.
Yo: Em.. hola -sigo en shock-.
Carlos: Buenaaaaaaas.
Se aparta de la puerta y entro y están solo Silvia y Carlos.
Dani: No interrumpimos nada, ¿no? -dice detrás mía-.
Silvia: Anda, pasad.
Pasamos.
Yo: Vengo a dejar la guitarra y eso, nos vamos ya.
Silvia: Tranquila, estábamos hablando.
Dani: Sí, sí... hablando -dice en voz baja-.
Lo miro, me río y empieza a reírse. Con una mirada nos lo hemos dicho todo y estamos riéndonos como dos tontos.
Carlos: Estáis tontos eh -ríe-.
Dani: Supongo que el amor te atonta -sonríe-.
Vaya, una declaración.
Sonrío y dejo las cosas en mi habitación.
Carlos: Esperaros, queremos deciros algo.
Dani me mira como si yo supiera algo, le niego con la cabeza como diciéndole que no sé nada.
Nos sentamos en unas sillas y Silvia y Carlos en el sofá.
Silvia: ¿Tú o yo? -le dice a Carlos.
Carlos: Tú mejor -sonríe-.
Madre mía. ¿Qué tienen estos pensado ahora? Dios. O qué han hecho.
Silvia: Pues... como ya sabréis... las cosas nos van muy bien.
Dani: Somos conscientes de eso -me mira y sonríe-.
Silvia: Pues hemos pensado en irnos a vivir juntos.
Yo: ¿Qué?
Carlos: Sí, que Silvia se venga a mi casa en Madrid.
Yo: No la van a dejar.
Silvia: En llegar voy a hablar con mamá y papá.
Yo: Ya estás matriculada en el instituto, no vas a poder.
Silvia: Sabes que ese no sería el problema porque mamá y papá conocen a muchísima gente y me podrían meter en cualquier instituto, y más que es bachiller.
Yo: ¿Y crees que te van a dejar? Eres menor.
Carlos: Eso sería todo hablarlo.
Yo: Haced lo que queráis, pero no la van a dejar.
Silvia: ¿Tanto te jode?
Yo: ¿Qué?
Silvia: Que si tanto te molesta que nos vayamos a vivir juntos.
Yo: No, si me alegro por vosotros, pero que no te van a dejar.
Silvia: Por intentarlo no pierdo nada.
Yo: Vale -me levanto de la silla-. Dani vamos.
Salgo de la cabaña.
Dani: ¿Dónde vamos?
Yo: No conozco mucho este sitio, tú que lo conoces más dirás donde.
Dani: Vale, pues... no sé.
Yo: Vale, pues andamos sin rumbo.
Dani: Ya encontraremos un lugar.
Yo: Pues no sé, vamos a dar una vuelta.
Dani: Vale.
Vamos por un camino de carretera sin rumbo.
Pasamos por el súper que hay en el camping.
Dani: Vamos a entrar un momento.
Yo: Vale.
Entramos y es tarde, pero hay como unas doce o así auryners por allí.
Yo: Dani, no deberíamos.
Dani: ¿Por qué? Me da igual que nos vean juntos. Para algo somos novios, ¿no?
Yo: No lo sé Dani, ya lo sabes.
Dani: Bueno vamos -me coge de la mano-.
Estamos dando vueltas por el súper, no sé que quiere comprar ahora, pero bueno.
Nos paramos enfrente de la nevera.
La abre y coge un Monster azul.
Yo: ¿En serio te gustan? Llevan semen de toro.
Dani: Tonterías, está buenísimo, y te da energía, que la voy a necesitar -me guiña un ojo-.
Yo: Bueno... ya veremos -le sonrío-.
Dani: -me coge de la cintura- Oh vamos, sé que quieres -me sonríe-.
Yo: No se lo crea tanto señor Fernández.
Me despego de él.
Yo: Hay gente mirando.
Se gira y vemos a las doce auryners mirando.
Dani: ¡Hola chicas! ¿Una foto?
Le doy un codazo.
Dani: Au.
Yo: Eso por tonto.
Se nos arriman.
X: Que sí, que queremos la foto -se ríe-.
Dani: -me coge- Pues nada, empezar a hacernos que nos vamos.
Empiezan a hacernos.
¿Hola? Flipo.
Yo: Vámonos.
Dani: Bueno chicas, nos vemos mañana, ¡adiós guapas!
Yo: ¿No tienes que coger nada más?
Dani: No, ¿tú quieres algo?
Me quedo mirando alrededor.
Yo: Espera.
Voy a la zona de dulces y cojo dos chupa-chups azules. Vuelvo con él.
Yo: Esto -se los doy-.
Dani: Buena elección.
Vamos a la caja y paga.
Salimos del súper y me vuelve a dar la mano.
Echaba de menos su contacto, su mano es tan suave, tan protectora.
Me empieza a acariciar los nudillos con el pulgar. Se me ha vuelto la respiración irregular.
Se ha abierto el Monster y se lo bebe mientras andamos.
Dani: Podemos ir a la Dehesa, ahí hay césped y podemos sentarnos bien.
Yo: Vale.
Llegamos a la Dehesa y nos sentamos debajo de un árbol.
No tengo ni idea de que hora será, pero más o menos... las dos o así.
Yo: ¿Qué hora es?
Saca el móvil.
Dani: Las tres menos cuarto.
Yo: Vale.
Dani: Quiero fotos.
Y empieza a hacer fotos. En algunas salgo haciendo la tonta, en otras sonriendo, en otras 'enfadada'. Voy a darle un beso en la mejilla para la foto. Me gira la cara. Le doy un pico.
Me quedo mirándole a los ojos, la distancia es corta entre nosotros. Noto su respiración.
Me coge y pone a encima de él. Se lanza sobre mi. Mi boca lo anhelaba. Me mete la lengua. Le acepto sin dudarlo, lo echaba de menos. Me coge más abajo de la espalda para pegarme más a él, pero sin dejar de besarnos. Le cojo de los hombros. En mitad del beso sonrío.
Dani: ¿Qué? -me besa y me sonríe-.
Yo: Que eres tan enano.
Se hace para atrás.
Dani: Tú también eres una enana.
Yo: Pero tú enana -digo haciendo hincapié en el tú-.
Dani: Lo sé. Eres mi enana, mi fea... mi todo.
Yo: Tú eres mi feo, mi enano, mi rubio... mi todo.
Dani: ¿Significa esto que vuelves a ser mía?
Yo: -elevo los hombros- Supongo.
Me levanta y nos ponemos de pie. Me abraza y me vuela por los aires. Estamos dando vueltas. Sí, todo arreglado. Espero que por esta vez no se vuelva a fastidiar. Más que nada porque no sé si seré capaz de soportarlo.
Estoy riendo por los aires.
Me baja.
Dani: Gracias, gracias por quedarte a mi lado.
No sé que decirle así que le beso. Si queréis un consejo, cuando no sepáis que decir, besar. Besar siempre será la solución.
Dani: Y ven, vamos a hablar unas cosas.
Trago saliva. ¿El qué? Si ahora todo está bien, ¿no?
Nos volvemos a sentar.
Dani: Lo de Carlos y Silvia, que se van a vivir juntos, ¿por qué te lo tomas así?
Yo: No me lo tomo a mal, lo contrario, me alegro por ellos, pero que no le van a dejar.
Dani: Sabes que si quieres puedes venirte a vivir conmigo.
Dios, vivir juntos. Eso son palabras mayores.
Yo: Ojalá, ya tengo todo en Alicante, no puedo irme así sin más.
Dani: No quieres, que es diferente.
Yo: No, sí quiero, pero me queda solo un año, y ya me podré ir.
Dani: Pues habrá que esperar un año, ¿no?
Yo: Supongo.
Dani: No quiero que volvamos a discutir.
Yo: Ni yo...
Dani: No sabes lo mal que lo he pasado.
Yo: No te imaginas lo que he pasado.
Dani: Siento lo de María.
Yo: Imagínate que yo besara a... no sé, a David, ¿cómo te sentirías?
Dani: Traicionado.
Yo: Así me sentí yo. Incluso peor.
Dani: Lo sé, y rompí mi promesa. La promesa de que nunca iba a hacerte daño.
Me quedo callada. Es verdad.
Dani: Pero mira que he hecho.
Se pone de pie y..

No hay comentarios:

Publicar un comentario