sábado, 22 de marzo de 2014

Capítulo 68.

Pienso... pienso... y pienso.
Sólo pienso. Sigo sin saber que hacer.
Dani: ¡Andrea!
Me giro y le miro a los ojos... pequeño... te he querido tanto, te he amado más que a nada, pero ahora... se acabó, has influido en la muerte de mi hermana y ya está... es el final.
Me acerco un poco más para adelante, sí.. quiero acabar con este dolor ahora.
Dani: ¡Andrea, no, por favor!
Se arrima corriendo hacia mí. 
Yo: ¡No! -lloro y chillo-.
Dani: Andrea... por favor mírame.
Me giro con los ojos llenos de lágrimas y le miro directamente a los ojos. A sus ojos azules... tan sinceros. Está aterrado.
Yo: No puedo más, Dani. Quiero acabar con este dolor.
Dani: Lo sé, pero no, aguanta por mi.
Yo: No voy a poder salir adelante sin ella..
Dani: Podrás, con mi ayuda, pero ven.
Estira el brazo.
Dani: Ven... por favor.
No... sí... no... sí... no.
Le agarro la mano y de un estirón me pega a él, fuera del peligro.
Rompo más a llorar.
Dani: tranquila pequeña... estoy aquí.
Me abraza tan fuerte que casi puedo respirar.
Cuando estoy entre sus brazos me siento tan bien... tan a gusto, tan segura. Sí, segura es lo que más. En sus brazos soy la más feliz del mundo.
Dani: Ven, vayámonos de aquí.
Me coge en brazos y sigo sin parar de llorar. Vamos de nuevo al hospital.





Han pasado dos días desde la muerte de Silvia, hoy es el entierro. Estamos en el cementerio, vamos a enterrarla ya. Llevo dos días sin hablar con nadie, sin levantar la cabeza del suelo, dos días sin parar de llorar y estar hundida.
Cura: Por último, ¿alguien quiere dedicarle algunas palabras?
Mamá: -se adelanta y empieza a hablar. Va con gafas de sol-. Esta situación es muy difícil para una madre... nadie sabe lo que se siente hasta que le pasa. Esto va a ser muy duro. Silvia era una persona fuerte y luchadora, sonriente, siempre estaba feliz a pesar de todo lo malo -no puede más y se pone a llorar-. Siempre he estado muy orgullosa de ella, y lo voy a estar -se gira hacia el ataúd-. Silvia, cariño, estés dónde estés, siempre te llevaremos con nosotros y nunca nos vamos a olvidar de ti, estamos muy orgullosos de ti, te queremos.
Mi madre se retira y se va al lado de mi padre, que la abraza.
Debe de ser terrible perder a una hija... la verdad, es que la pérdida de cualquier persona cercana, es lo peor. Te sientes inútil. No me entra en la cabeza eso de que nunca más la voy a ver, ni a abrazar, ni a reírnos juntas.. nunca vamos a hacer nada más... no lo asimilo. Lo intento, pero no puedo.
Cura: ¿Alguien más?
Carlos se adelanta.
Carlos: Silvia... siempre va a ser mi chica. Por mucho que pasen los años no la voy a poder olvidar, siempre la querré, pase lo que pase. Ha marcado mi vida, un antes y un después. Silvia, siempre te voy a querer. Te amo -se va porque está empezando a llorar-.
Dani: Yo quiero hablar.
Todos le escuchamos.
Dani: Silvia siempre me ha ayudado con Andrea -levanto la cabeza, no sabía eso-. Ha sido una persona increíble, ninguno de nosotros la vamos a olvidar, siempre la llevaremos en nuestros corazones. Gracias por tanto. Te quieren, tus amigos.
Cura: ¿Nadie más?
Todos me miran. Sé que debería de decir algo, pero yo llevo dos días sin hablar completamente nada. Mis padres y Dani, y los demás, querían hablar conmigo después del entierro.
Intento hablar, lo voy a intentar.
Me adelanto.
Yo: No voy a poder salir adelante sin ella. Sé que Silvia hubiese querido que fuera feliz, pero no puedo sin ella. Nunca la voy a olvidar y sé que esté dónde esté, me va a ayudar y proteger, así que Silvia, pequeñaja, estés dónde estés, nunca te voy a olvidar, gracias por darme los mejores momentos de mi vida, te quiero más que nadie, hermanita, te quiero.
Retrocedo y mi madre me va a abrazar, pero me aparto. No quiero el contacto de nadie.
Tampoco he hablado con Dani, ni con Carlos, ni con ninguno de los chicos. No me sale, no puedo. Ni con mis padres, es que... os lo juro, que no puedo.
En estos momentos, no puedo pensar en cómo se sienten cada una de las personas que me rodean. No estoy en situación de hacerlo... En muy poco tiempo, mi vida ha sufrido un cambio radical. Un cambio tan pero que tan grande... que no sé aún como asimilar las cosas.
Cura: Adelante...
La entierran, para siempre.
Yo: Adiós pequeña -digo en un susurro que nadie me oye-.
Se acabó todo.
Vamos todos a mi casa. Allí quieren hablar conmigo. No tengo ni idea de qué será, pero la verdad es que me tiene un poco aterrada.



Hemos llegado.
Papá: Siéntate, por favor.
Me siento en el sofá.
Papá: Después de estar hablando, hemos decidido que necesitas ayuda.
No digo nada, pero... ¿ayuda? ¿de qué clase?
Papá: Has dejado de comer, no hablas, no dices nada, estás impasible, necesitas ayuda de la buena.
Mamá: Si, todos hemos pensado que va a ser lo mejor para ti.
Yo: ¿Cuánto tiempo?
Papá: Hasta que estés recuperada del todo.
Mamá: Sí, Dani nos ha contado lo del puente.
Miro a Dani.
¿Cómo ha sido capaz de contárselo? Me ha traicionado. Esto ya es el colmo. Es que uf, ¿cómo ha sido capaz? Ahora sí que la has cagado. Todos la habéis cagado. No estoy enferma y no necesito ayuda. Y respecto a lo del puente... lo sigo pensando, sigo queriendo desaparecer.
La noticia de Silvia.. la dijimos por twitter y por las demás redes sociales y todo se revolucionó. Unos se alegraban, pero la mayoría estaba triste.. mal. Incluso hicieron un hastag que era #Silviaennuestroscorazones.
Me metí a leerlos y la verdad es que eran muy bonitos... pero cuando yo muera, todo será malo, nadie se compadecerá, todos se alegran, por eso quiero desaparecer.
Yo: ¿Cuándo entro?
Papá: Ya mismo.
Mamá: Te hemos cogido toda la ropa, está todo en el coche.
Papá: Allí nada de móviles, vas a estar incomunicada del mundo, para despejarte y todo eso, pero allí harás amigos, no te preocupes.
Yo: No, por favor... no quiero ir.
Mamá: Andrea.. es por tú bien.
Yo: Por favor papá, no me dejes ir.
Papá: Lo siento hija, es lo que debemos hacer.
Me giro hacia los chicos.
Yo: Blas, por favor, tú... tú no me vas a dejar, ¿a que no?
Blas: Andrea, todos queremos lo mejor para ti.
Yo: ¿Álvaro?
Álvaro: Tú salud ante todo...
Yo: Carlos, tú estás igual o peor que yo.. no me dejes ir, por favor, Carlos.
Carlos: Andrea... lo siento, de verdad... pero esto es por ti, no por nadie más.
Yo: No.. no... David. Tú me quieres, ayúdame, no dejes que me encierren en ese puto manicomio.
David: Esto me duele más a mi que a ti, créeme, pero es lo mejor.
Yo: Salva.. Franchejo... Javi... Sergio... Cristóbal.. Antonio, por favor. No me dejéis. Magí...
Me miran y se encogen de hombros.
Yo: Alba, Lau, Marta... no, chicas. Os necesito a mi lado, no me dejéis sola.
Lau: Andrea...  con esto te estamos ayudando.
Yo: No, no, no.
Miro a Dani.
Yo: Dani, por favor, te necesito a mi lado, no me dejes.
Dani: Esto no es el final, nosotros estamos juntos, pase lo que pase, aunque estés ahí dentro.
Yo: -voy corriendo hacia él y me pongo enfrente suya cogiéndole de las manos-. Dani.. por favor. Ayúdame, no dejes que me encierren, te lo suplico.
Dani: Andrea.. no hagas esto más difícil de lo que es.
Papá: Nos vamos.
Yo: ¡No!
Me cogen entre todos y me meten al coche.
No, joder. No quiero que me metan a ningún lado. No sé ni de qué es la clínica.
Yo: ¿De qué es la clínica? -digo ya dentro del coche-.
Mamá: Problemas mentales y alimenticios.
Yo: No tengo nada de eso. Estoy perfecta.
Mamá: No cariño... no lo estás.
Ya está. Se acabó.. todo se acabo. Todo se va a acabar en el momento que ponga un pie dentro de esa mierda de clínica.
Hacen eso para librarse de mi...
¿Por mi bien? ¿Por mi salud? JÁ. Me río en todas sus caras.




He perdido la noción del tiempo, no sé ni dónde estamos. Pero hemos llegado.
Bajamos del coche y veo un cartel.
CLÍNICA DE AYUDA ALIMENTICIA Y PROBLEMAS MENTALES JUAN CARLOS V.
Estamos todos.
Yo: Mamá.. por favor, no lo hagáis.
Mamá: Andrea.. la solución está tomada.
¿Sí? ¿Con que con esas vamos? Vais a ver de lo que soy capaz.

1 comentario:

  1. Esto si que no me lo esperaba :O pero si no estaba tan mal, o eso creia.... creo que esto ha sido demasiado fuerte y la va hacer cambiar (Mucho) espero el siguiente, no tardes por favor

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