lunes, 31 de marzo de 2014

Capítulo 69.

Todos se despiden de mi. Uno por uno.
Carlos: Cuídate pequeñaja.
Yo: Os necesito.
Carlos: Estamos aquí, no te vamos a dejar.
Me da un último abrazo. Y por último me tengo que despedir de Dani... sólo queda él.
Todos se apartan un poco, incluso mis padres, y nos dejan solos, con más intimidad.
Yo: No me dejes aquí, por favor.
Dani: Andrea, no estás bien, después de esto, todo volverá a ser cómo antes.
No.. cómo antes no porque Silvia no está, joder.
Yo: Te vas a olvidar de mi mientras estoy aquí.
Dani: Nunca podría hacer eso.
Yo: Lo harás. Ahora estoy horrible, vas a conocer a una mejor que yo, y simplemente, me sustituirás.
Dani: ¿De verdad piensas que te voy a hacer eso?
Asiento.
Dani: -me coge de la cara-. Vamos haber, que te entre en tu pequeña cabeza que siempre te voy a querer, siempre, ¿lo entiendes? Me importa una mierda las que vengan, yo te quiero a ti, te he elegido a ti.
Yo: Eso dices ahora... verás en un par de semanas. En un mes cómo máximo te habrás olvidado de mi.
Dani: No Andrea no.
Yo: Sí.
Dani: Porqué voy a venir a verte todos los días, lo prometo.
Yo: No prometas cosas que sabes que no vas a cumplir.
Dani: Lo cumpliré. Todos los días nos veremos el rato que nos dejen.
Yo: Ya me sé esto...
Dani: ¿De qué estás hablando?
Yo: La primera semana vendrás a verme todos los días, la segunda semana será un par de días, y a la tercera... ni vendrás. Ya te habrás olvidado de mi.
Dani: No, pero cómo no comas algo ya ni te veremos, estás tan delgada..
Yo: ¿Delgada? No sabes ni lo que dices.
Dani: Cariño, come, por mi.
Yo: No.
Dani: No estás bien.
Yo: No, no lo estoy.
Dani: Y por eso vas a estar aquí, para mejorarte.
Mamá: Vamos Andrea.
Dani: Te quiero, no lo olvides.
Me suelta la mano y entro para dentro con mis padres.
Oigo el llanto de Dani.
No puedo más.



Lo sabía, sabía que no podía confiar en él.
Necesito huir, salir de aquí. No me dejan ni ver la tele ni tener el móvil ni nada que tenga que ver con el exterior.
Dani no ha venido a verme.
Llevo casi un mes aquí dentro. La primera semana vino todos los días, poco tiempo, pero vino.
Lo echo de menos. Lo necesito.
Me acompañan hasta a hacer pis porque no se fían de que vomite, me obligan a comer y a tomarme pastillas.
Estoy en el aseo. Mirando mi reflejo. Sigo estando gorda, que asco.
No puedo, no puedo más.
Dani lleva tres días sin venir a verme. Se me está haciendo eterno. Lo necesito ya pero no está, no está ahora.
Y pum, puñetazo al cristal.
Los trozos caen a mi alrededor. Me miro y estoy sangrando. Cojo un cristal y voy a morir, sí, es el final.
Sin Dani a mi lado, ¿qué más hago aquí?


Estoy en mitad del comedor. Hay cuatro enfermeras y dos enfermeros a mi alrededor. Se acercan.
Yo: ¡No! No os acerquéis o os juro que lo haré, lo haré de verdad.
Oigo unos pasos. Se acercan más a mi y hago un corte en una de mis muñecas. Empieza a salirme sangre sin parar, pero no me duele porque es más fuerte el dolor emocional que siento.
Miro en el umbral.
Aparecen mis padres, Dani y Carlos.
Dani... estás aquí.
Me mira. Con los ojos muy abiertos. Está nervioso.
Le miro.
Yo: ¿Aún me quieres?
Dani: -le cuesta respirar- No... no puedo... y menos con ese cristal en la mano... no, no puedo. Así diría cualquier cosa, déjalo en el suelo y te contestaré.
Lo dejo. Quiero saber la respuesta. Quiero abrazarlo.
En el momento que lo dejo Dani viene hacia mi y aparta el cristal de una patada y dos enfermeros me cogen de los brazos.
Yo: ¿Me quieres?
Dani: Sí.
Yo: Entonces sácame de aquí.
Dani: No... tienes que quedarme aquí.
Yo: Lloro. No... no, no, no, no. Por favor.
Dani: Te prometo que vendré todos los días, todos los días, te lo prometo.
Yo: No... ¡NO!
Y me separan de la única persona que podía ayudarme.



Los días son más duros sin él. Llevo un mes aquí dentro, no me dejan ver a nadie, ya ni a mis padres... y lo necesito. Me controlan más, me están dando hasta pastillas... esto es una mierda, necesito salir ya de aquí,de verdad. Qué alguien me saque de aquí.
Estamos en el comedor. A penas cómo... pero ¿para qué voy a comer? Si mi novio ni me quiere, me habrá dejado... y es normal, ¿quién quería a alguien cómo yo?
Sólo estoy cansada de esto... no me dejan casi ni mirarme al espejo, dicen que es peor, me obligan a comer con cubiertos de plástico... por si me quiero volver a suicidar dicen, están todos locos.
Yo sólo quiero todo vuelva a ser cómo antes.. sólo quiero eso.
Me he visto una vez en el espejo y estoy muy muy muy desmejorada... ¿podría cambiar eso?











Por fin, sí. Un año desde que entré en esta mierda y por fin es el día en que me voy. No he vuelto a saber nada de Dani ni de ninguno de los chicos desde el día ese que me intenté suicidar. Se me ha quedado la marca en la muñeca.... por eso llevo pulseras, siempre.
He hecho mi maleta. Me han cortado un poco el pelo y me han hecho un tratamiento de queratina, por lo que lo llevo escalonado y listo. Me ha cambiado bastante la cara, a mejor. Llevo un pantalón de chándal gris y una camiseta de manga corta negra, se me ve un poco la barriga.
He perdido demasiado peso, debo rozan los cuarenta, no lo sé, tampoco me dejaban pesarme.
Estoy deseando salir de aquí para ver a Dani. No sé cómo está nuestra relación, ni sé como son de famosos ahora, espero que cómo antes, no sé si estoy preparada para las críticas del mundo.
Cojo mi maleta y me despido de todas las enfermeras. Les doy las gracias por ayudarme y salgo para afuera, nerviosa por ver a mi chico.

sábado, 22 de marzo de 2014

Capítulo 68.

Pienso... pienso... y pienso.
Sólo pienso. Sigo sin saber que hacer.
Dani: ¡Andrea!
Me giro y le miro a los ojos... pequeño... te he querido tanto, te he amado más que a nada, pero ahora... se acabó, has influido en la muerte de mi hermana y ya está... es el final.
Me acerco un poco más para adelante, sí.. quiero acabar con este dolor ahora.
Dani: ¡Andrea, no, por favor!
Se arrima corriendo hacia mí. 
Yo: ¡No! -lloro y chillo-.
Dani: Andrea... por favor mírame.
Me giro con los ojos llenos de lágrimas y le miro directamente a los ojos. A sus ojos azules... tan sinceros. Está aterrado.
Yo: No puedo más, Dani. Quiero acabar con este dolor.
Dani: Lo sé, pero no, aguanta por mi.
Yo: No voy a poder salir adelante sin ella..
Dani: Podrás, con mi ayuda, pero ven.
Estira el brazo.
Dani: Ven... por favor.
No... sí... no... sí... no.
Le agarro la mano y de un estirón me pega a él, fuera del peligro.
Rompo más a llorar.
Dani: tranquila pequeña... estoy aquí.
Me abraza tan fuerte que casi puedo respirar.
Cuando estoy entre sus brazos me siento tan bien... tan a gusto, tan segura. Sí, segura es lo que más. En sus brazos soy la más feliz del mundo.
Dani: Ven, vayámonos de aquí.
Me coge en brazos y sigo sin parar de llorar. Vamos de nuevo al hospital.





Han pasado dos días desde la muerte de Silvia, hoy es el entierro. Estamos en el cementerio, vamos a enterrarla ya. Llevo dos días sin hablar con nadie, sin levantar la cabeza del suelo, dos días sin parar de llorar y estar hundida.
Cura: Por último, ¿alguien quiere dedicarle algunas palabras?
Mamá: -se adelanta y empieza a hablar. Va con gafas de sol-. Esta situación es muy difícil para una madre... nadie sabe lo que se siente hasta que le pasa. Esto va a ser muy duro. Silvia era una persona fuerte y luchadora, sonriente, siempre estaba feliz a pesar de todo lo malo -no puede más y se pone a llorar-. Siempre he estado muy orgullosa de ella, y lo voy a estar -se gira hacia el ataúd-. Silvia, cariño, estés dónde estés, siempre te llevaremos con nosotros y nunca nos vamos a olvidar de ti, estamos muy orgullosos de ti, te queremos.
Mi madre se retira y se va al lado de mi padre, que la abraza.
Debe de ser terrible perder a una hija... la verdad, es que la pérdida de cualquier persona cercana, es lo peor. Te sientes inútil. No me entra en la cabeza eso de que nunca más la voy a ver, ni a abrazar, ni a reírnos juntas.. nunca vamos a hacer nada más... no lo asimilo. Lo intento, pero no puedo.
Cura: ¿Alguien más?
Carlos se adelanta.
Carlos: Silvia... siempre va a ser mi chica. Por mucho que pasen los años no la voy a poder olvidar, siempre la querré, pase lo que pase. Ha marcado mi vida, un antes y un después. Silvia, siempre te voy a querer. Te amo -se va porque está empezando a llorar-.
Dani: Yo quiero hablar.
Todos le escuchamos.
Dani: Silvia siempre me ha ayudado con Andrea -levanto la cabeza, no sabía eso-. Ha sido una persona increíble, ninguno de nosotros la vamos a olvidar, siempre la llevaremos en nuestros corazones. Gracias por tanto. Te quieren, tus amigos.
Cura: ¿Nadie más?
Todos me miran. Sé que debería de decir algo, pero yo llevo dos días sin hablar completamente nada. Mis padres y Dani, y los demás, querían hablar conmigo después del entierro.
Intento hablar, lo voy a intentar.
Me adelanto.
Yo: No voy a poder salir adelante sin ella. Sé que Silvia hubiese querido que fuera feliz, pero no puedo sin ella. Nunca la voy a olvidar y sé que esté dónde esté, me va a ayudar y proteger, así que Silvia, pequeñaja, estés dónde estés, nunca te voy a olvidar, gracias por darme los mejores momentos de mi vida, te quiero más que nadie, hermanita, te quiero.
Retrocedo y mi madre me va a abrazar, pero me aparto. No quiero el contacto de nadie.
Tampoco he hablado con Dani, ni con Carlos, ni con ninguno de los chicos. No me sale, no puedo. Ni con mis padres, es que... os lo juro, que no puedo.
En estos momentos, no puedo pensar en cómo se sienten cada una de las personas que me rodean. No estoy en situación de hacerlo... En muy poco tiempo, mi vida ha sufrido un cambio radical. Un cambio tan pero que tan grande... que no sé aún como asimilar las cosas.
Cura: Adelante...
La entierran, para siempre.
Yo: Adiós pequeña -digo en un susurro que nadie me oye-.
Se acabó todo.
Vamos todos a mi casa. Allí quieren hablar conmigo. No tengo ni idea de qué será, pero la verdad es que me tiene un poco aterrada.



Hemos llegado.
Papá: Siéntate, por favor.
Me siento en el sofá.
Papá: Después de estar hablando, hemos decidido que necesitas ayuda.
No digo nada, pero... ¿ayuda? ¿de qué clase?
Papá: Has dejado de comer, no hablas, no dices nada, estás impasible, necesitas ayuda de la buena.
Mamá: Si, todos hemos pensado que va a ser lo mejor para ti.
Yo: ¿Cuánto tiempo?
Papá: Hasta que estés recuperada del todo.
Mamá: Sí, Dani nos ha contado lo del puente.
Miro a Dani.
¿Cómo ha sido capaz de contárselo? Me ha traicionado. Esto ya es el colmo. Es que uf, ¿cómo ha sido capaz? Ahora sí que la has cagado. Todos la habéis cagado. No estoy enferma y no necesito ayuda. Y respecto a lo del puente... lo sigo pensando, sigo queriendo desaparecer.
La noticia de Silvia.. la dijimos por twitter y por las demás redes sociales y todo se revolucionó. Unos se alegraban, pero la mayoría estaba triste.. mal. Incluso hicieron un hastag que era #Silviaennuestroscorazones.
Me metí a leerlos y la verdad es que eran muy bonitos... pero cuando yo muera, todo será malo, nadie se compadecerá, todos se alegran, por eso quiero desaparecer.
Yo: ¿Cuándo entro?
Papá: Ya mismo.
Mamá: Te hemos cogido toda la ropa, está todo en el coche.
Papá: Allí nada de móviles, vas a estar incomunicada del mundo, para despejarte y todo eso, pero allí harás amigos, no te preocupes.
Yo: No, por favor... no quiero ir.
Mamá: Andrea.. es por tú bien.
Yo: Por favor papá, no me dejes ir.
Papá: Lo siento hija, es lo que debemos hacer.
Me giro hacia los chicos.
Yo: Blas, por favor, tú... tú no me vas a dejar, ¿a que no?
Blas: Andrea, todos queremos lo mejor para ti.
Yo: ¿Álvaro?
Álvaro: Tú salud ante todo...
Yo: Carlos, tú estás igual o peor que yo.. no me dejes ir, por favor, Carlos.
Carlos: Andrea... lo siento, de verdad... pero esto es por ti, no por nadie más.
Yo: No.. no... David. Tú me quieres, ayúdame, no dejes que me encierren en ese puto manicomio.
David: Esto me duele más a mi que a ti, créeme, pero es lo mejor.
Yo: Salva.. Franchejo... Javi... Sergio... Cristóbal.. Antonio, por favor. No me dejéis. Magí...
Me miran y se encogen de hombros.
Yo: Alba, Lau, Marta... no, chicas. Os necesito a mi lado, no me dejéis sola.
Lau: Andrea...  con esto te estamos ayudando.
Yo: No, no, no.
Miro a Dani.
Yo: Dani, por favor, te necesito a mi lado, no me dejes.
Dani: Esto no es el final, nosotros estamos juntos, pase lo que pase, aunque estés ahí dentro.
Yo: -voy corriendo hacia él y me pongo enfrente suya cogiéndole de las manos-. Dani.. por favor. Ayúdame, no dejes que me encierren, te lo suplico.
Dani: Andrea.. no hagas esto más difícil de lo que es.
Papá: Nos vamos.
Yo: ¡No!
Me cogen entre todos y me meten al coche.
No, joder. No quiero que me metan a ningún lado. No sé ni de qué es la clínica.
Yo: ¿De qué es la clínica? -digo ya dentro del coche-.
Mamá: Problemas mentales y alimenticios.
Yo: No tengo nada de eso. Estoy perfecta.
Mamá: No cariño... no lo estás.
Ya está. Se acabó.. todo se acabo. Todo se va a acabar en el momento que ponga un pie dentro de esa mierda de clínica.
Hacen eso para librarse de mi...
¿Por mi bien? ¿Por mi salud? JÁ. Me río en todas sus caras.




He perdido la noción del tiempo, no sé ni dónde estamos. Pero hemos llegado.
Bajamos del coche y veo un cartel.
CLÍNICA DE AYUDA ALIMENTICIA Y PROBLEMAS MENTALES JUAN CARLOS V.
Estamos todos.
Yo: Mamá.. por favor, no lo hagáis.
Mamá: Andrea.. la solución está tomada.
¿Sí? ¿Con que con esas vamos? Vais a ver de lo que soy capaz.

domingo, 16 de marzo de 2014

Capítulo 67.

Me asusto inmediatamente, no puede estar sucediendo todo esto.
Doctor: ¡Parada cardíaca!
Mi corazón va a estallar. No puedo aguantar las lágrimas y el llanto y empiezo desconsoladamente a llorar.
Enfermera: Tienen que salir, no pueden estar aquí.
Yo: Que no, que es mi hermana.
Enfermera: Fuera, por favor.
Yo: ¡Que no, joder!
Dani me coge para ir para fuera.
Yo: ¡Suéltame! Tengo derecho a estar aquí, es mi hermana joder.
Enfermera: Lo siento, no pueden, ¡fuera!
Doctor: ¡Enfermeras!
Nos echan para fuera y todos se quedan de pie. Me apoyo contra la pared y me siento. Me abrazo a mis rodillas y no puedo parar de llorar. Todo esto es tan frustrante. Necesito verla bien, necesito verla sonriendo, hablando... necesito que se despierte.
No paran de entrar enfermeras. Carlos sigue dentro con ella. ¿Qué estará pasando?
Estoy sola sentada en el suelo, pero en seguida viene Dani y se pone de rodillas frente a mi.
Dani: Mírame.
Le niego con la cabeza.
Dani: Mírame.
No, no puedo.
Me abraza.
Dani: Eh, tranquila, todo va a salir bien, ¿vale? No te preocupes, será un susto.
Yo: ¿Y si no?
Dani: No seas negativa, ya verás como todo sale bien.
Yo: Daniél, ¿por qué nos pasa esto? Ahora que todo esta bien, por fin, después de estos tres meses que han sido como años... ¿por qué? Solo quiero saber eso.
Dani: No lo śe, Andrea... no lo sé. Yo sólo quiero lo que tú, que todo este bien, que estemos todos bien, que se pase esta mierda.
Yo: ¿Y si esta mierda no se pasa?
Dani: Mírame.
Levanto la cabeza y lo miro.
Sigo sollozando.
Dani: Sh.... -me limpia las lágrimas con los pulgares-. Tranquila, pequeña.
Lo abrazo.
Yo: No me dejes nunca, por favor.
Dani: No nena, eso no va a pasar nunca. Siempre voy a estar contigo.
Yo: No me dejes caer. Te necesito.
Dani: Eh, que voy a estar aquí, para siempre, no vas a caer de nuevo, no ahora que estoy contigo.
Yo: Gracias por todo, te amo.
Dani: Yo también te amo.
Me abraza.
Te amo... la primera vez que nos lo decimos a la cara. Te amo... dos palabras para estos sentimientos tan grandes.
Es tan importante. Lo necesito. Sin él a mi lado... la que estaría ingresada sería yo.
Dani: Pero me tienes que prometer una cosa.
Le miro esperando que me diga lo que es.
Dani: Que no vas a volver a vomitar ni a dejar de comer, ni mucho menos intentar suicidarte, es decir, cortarte.
Yo: Te lo prometo, no voy a caer contigo aquí.
Dani: A cambio, te prometo que siempre voy a estar a tu lado, SIEMPRE, ¿lo entiendes?
Afirmo con la cabeza.
Me coge con las dos manos la cabeza y me da un beso intenso.
Dani: Ahora levanta, que seguro que Silvia ya estará despierta.
Nos ponemos de pie y me agarra con un brazo la cintura mientras que yo estoy apoyada en su pecho. Oigo el latir de su corazón, le va tan pero que tan deprisa... que me asusta.
Le beso el pecho. Le miro a los ojos. Sonríe.
Sus ojos están tan claros ahora... nunca los había visto así.
Sale el doctor. A todos se nos acelera el corazón.
Magí: ¿Qué pasa, doctor?
No... no.. esa cara... no, por favor, esa cara no.
Doctor: Lo siento.
Yo: ¿Sientes qué?
Doctor: No hemos podido hacer nada, el derrame cerebral se ha expandido demasiado rápido, lo sentimos mucho.
¿Qué? No... no, esto no está pasando, ¿verdad? Decidme que no, decidme que esto es una puta pesadilla y que ahora me voy a despertar.
Doctor: Hemos avisado a sus padres en cuanto han llegado ustedes, estarán al caer.
Yo: ¿Cómo está mi hermana?
Dani: Andrea -me coge del brazo-.
Yo: Está bien, ¿no?
Dani: Andrea... Silvia... Silvia ha fallecido.
Empieza a llorar.
No.. Dani no, Silvia está bien.
Aparto a todos de mi camino y entro corriendo a la habitación. Está Silvia tapada con una manta. Se la quito.
Yo: EY, SILVIA, ESTÁS BIEN, ¿VERDAD? No paran de decirme que te has ido para siempre, pero yo sé que estás durmiendo, vamos, despierta.
Ni se inmuta.
Yo: SILVIA, DESPIERTA, JODER.
Le cojo de los hombros y puedo moverla.
Yo: QUE TE DESPIERTES, JODER.
La muevo. Ni se inmuta, es como si hubiera dejado el cuerpo muer... no.
No. No. No.
Doctor: No puede estar así.
Yo: ¡Carlos!
Lo miro ya que está en la cama de al lado. Está llorando.
Yo: Dime que está bien, dime que se va a despertar.
Carlos: An... Andrea.. se ha ido.
Empiezo a respirar fuerte. ¡Que no! Que está bien.
Empiezan a pitar unas máquinas de Carlos.
Entran las enfermeras.
Enfermeras: Tranquilízate.
Carlos: Mi novia, no, joder... se ha ido. Me habéis quitado la vida. Se me ha ido mi vida.
Yo: No, no se ha podido ir.
Me desplomo en el suelo.
Dani: ¡Andrea!
Me coge.
Dani: Cariño vamos.
Salimos a fuera mientras atienden a Carlos. Están todos llorando. TODOS. No puedo, esto.. no, no puedo.
¡Andrea! -oigo una voz masculina que me llama-.
Me giro.
Papá..
Voy corriendo hacia él y lo abrazo.
Yo: Papá, se ha ido, para siempre.
Papá: ¿Qué?
Yo: Papá, Silvia ha muerto -no puedo parar de llorar-.
Papá: ¿Y mi niña?
Va dónde están los demás y entra a la habitación.
¡NOOO! -es lo primero que oigo cuando decir a mi padre cuando entra a la habitación. Aparece mi madre y sin decir nada entra a la habitación y la oigo llorar desde fuera.
Todo esto es mi culpa, si no hubiera salido con Dani ella no hubiese conocido a Carlos y no hubiesen tenido este accidente, todo es por mi culpa.
Soy una idiota al pensar que en algún momento podía ser feliz. Está demostrado que no.
Nadie tiene más culpa que yo. Mi hermana, mi mejor amiga... se ha ido, para siempre. No la voy a volver a ver más, nunca más... no, no puedo. La echaba de menos porque llevábamos como una semana sin vernos, ¿y ahora? Ahora no la voy a ver nunca más.
Esto no puede ser, mi vida ya no tiene sentido.
Voy dónde están todos.
Yo: Todo... todo esto -digo entre llantos y sollozos- todo esto es culpa mía, no puedo vivir sin mi hermana. No puedo.
Miro a Dani.
Yo: Dani, esto se ha acabado, para siempre. En parte la culpa es tuya, no quiero volver a verte en mi vida. Y a los demás... haced el favor de desaparecer de mi vida, para siempre.
Me voy del hospital, necesito quitarme de en medio todo lo que me recuerde a Silvia. Necesito desahogarme. No puedo estar más con esta gente que en realidad son desconocidos.
Dani y yo hemos terminado, para siempre, lo prometo. Si él no me hubiese querido... yo sólo lo hubiese querido como ídolo, no como algo más. Todo esto es por su culpa, por su puta culpa mi hermana está muerta. No quiero saber nada más de ninguno de esos. No. A mis padres no quiero verlo, solo quiero desaparecer. Porque de repente pasa, algo se acciona, y en ese momento sabes que las cosas van a cambiar, y han cambiado. A partir de ahora nada volverá a ser lo mismo... Siempre hay un momento en que el camino se bifurca, cada uno toma su dirección pensando que al final del camino nos volveremos a encontrar. Desde mi camino lo veo cada vez más pequeño. No pasa nada, estamos hecho el uno para el otro, al final estará el, pero no, al final solo ocurre una cosa, caes de golpe.  De repente, te das cuenta de que todo ha terminado... ya no hay vuelta atrás. Lo sientes, y justo entonces intentas recordar en qué momento comenzó todo. Y es ahí, justo en ese momento, cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez... y por mucho que te esfuerces.. ya nunca volverás a sentir lo mismo. Nunca volverás a tener esa sensación de estar con la persona perfecta... nunca te volverás a sentir querida.
No sé que hacer ni a dónde ir, pero quiero desaparecer. Tampoco puedo dejar de llorar... esto, en realidad, no me está pasando a mi, ¿verdad?
Decido dónde ir, está a unos cinco minutos del hospital, así que empiezo a correr para que se vaya el dolor, pero el dolor no se va, si no aumenta. Todo esto duele más y más.
Llego a mi destino. El puente de madera.
El puente de madera y es un puente que hay al lado del hospital encima de un pequeño río.
Voy y paso. Me siento en el medio. Muevo las piernas de arriba a abajo...
Me pongo de pie.
¿En serio lo voy a hacer?
'Andrea'. ¿Quién me llama? Me giro.
Dani: Andrea, no lo hagas.
Yo: ¿Qué haces aquí? Vete no quiero verte.
Está al principio de verte.
Dani: Me iré cuando bajes de aquí.
Yo: Puedo bajar saltando.
Dani: Quiero que bajes por aquí -dice refiriéndose por dónde he subido-.
Se acerca a mi.
Yo: No, cómo te acerques más salto. Te lo prometo.
Dani: Andrea, por favor, no hagas ninguna tontería. Ven por aquí, hazlo por mi.
Yo: -lo miro con desprecio-. ¿Por ti? Yo por ti no tengo que hacer nada, por tu culpa mi hermana está muerta.
Dani: No, no digas eso, no ha sido mi culpa.
Yo: Sí, si lo ha sido. Si tú no me hubieras entrado yo sólo te hubiera querido como un ídolo, que es lo que deberías ser.
Dani: Andrea, en realidad no piensas eso, tú me quieres, tú me amas, me lo has dicho muchas veces. Dices eso porque estás muy dolida. Yo también estoy dolido. Tus padres te están buscando. Baja, por favor.
Yo: No.. no puedo seguir sin mi hermana. Esto es el final Daniél.
Dani: No digas eso, por favor.
Yo: Es la verdad.
Dani: Ven, por favor, baja de ahí.
Se arrima más a mi.
Yo: No, no te arrimes.
Se arrima más. Un paso adelante o un paso atrás y es el final, un paso derecha o izquierda, y todo estará bien.
Ya sé lo que hacer.
Dani: ¡Andrea!

domingo, 2 de marzo de 2014

Capítulo 66.

Dani me mira y me aprieta la mano.
Enfermera: Tranquilos, es de la medicación que le hemos inyectado.
Yo: ¿Qué le pasa exactamente?
Enfermera: Es difícil de decir, pero no será nada grave, tranquila -me sonríe-.
Carlos: A... agua.
La enfermera le levanta por detrás y le da agua.
Dani: Hermano, ¿cómo estás?
Carlos: Todo me da vueltas.
Dani: ¿Qué te duele?
Carlos: Todo.
Dani: ¿Tienes idea de lo que ha podido pasar?
Carlos: No sé... un coche no paraba de perseguirnos y hemos intentado cambiar de carril y cuando miramos para atrás ya no venía, pero luego lo teníamos al lado, nos asustamos porqué iban con las caras tapadas, iban cuatro. Silvia intentó llamaros, pero no daba cobertura ningún móvil, y lo último que recuerdo es a Silvia chillando.
Dani: ¿Crees que han querido ir a por nosotros?
Carlos: No lo sé.. antes lo dudaba, ahora creo que sí. Creo que todo este tiempo que no nos han llegado amenazas ni nada era porque estaban planeando algo así.
Dani: Se ha quedado la policía investigando.
Carlos: ¿Y los demás?
Dani: Vienen detrás. Nos habéis dado un susto de muerte.
Carlos: Lo sé.. todo esto es.. muy fuerte.
Carlos mira a Silvia y le aparta el pelo de la cara.
Carlos: Espero que esté bien.
Yo: Seguro que lo está.
Enfermera: Seguro que no es nada, un par de días en observación y a casa -nos sonríe-.
Yo: Eso espero...
De momento para la ambulancia. Hemos llegado.
Los bajan en seguida y se los llevan para adentro. Nosotros nos quedamos en la sala de espera esperando a los demás y a que nos den noticias.
En menos de cinco minutos aparecen todos.
Magí: ¿Qué han dicho?
Dani: Nada, tenemos que esperarnos.
Magí: ¿Algo sobre...?
Dani: Sí, ven.
Dani y Magí se van a fuera a hablar. Los demás nos quedamos en la sala. La ocupamos entera.
Están todos como en grupos menos yo, que estoy sola.
Tenía que pasar esto... todo esto el día de mi cumpleaños, joder.
No paran de llegarme notificaciones a twitter. Si que se corren las cosas rápido. Prefiero no meterme.
Viene David y se sienta a mi lado. Me pone una mano en la rodilla.
David: ¿Qué?
Yo: ¿Qué de qué? -le digo con un amago de sonrisa-.
David: ¿Cómo estás?
Yo: ¿Hace falta que te responda?
Me quita la mano de la rodilla y sonríe.
David: No.
Yo: ¿Y tú qué?
David: Yo.. no sé -sonríe-. Siento la escenita de antes.
Yo: No te preocupes, todo olvidado.
Quiero saber si es verdad o no, tengo demasiada curiosidad... pero ya sabéis lo que dicen, que la curiosidad mató al gato.
David: No recuerdo muy bien lo que te dije... ¿qué te dije?
Yo: Nada David, tonterías.
O sea que ahora no se acuerda... ¿será verdad o no? Creo que me quedaré con las ganas de saberlo.
David: ¿Cómo vas con Dani?
Em.. ¿y eso a qué viene ahora?
Yo: Bien, muy bien. Si él ahora no podría soportar esto.
David: Se os ve muy felices.
Yo: Lo somos.
David: ¿A pesar de todas las peleas?
Yo: A pesar de todas las peleas -sonrío-.
David: Me alegro -me acaricia la mejilla-.
Yo: Gracias. Y tú qué, ¿no tienes a ninguna chica?
David: No.
Se ha puesto serio.
Yo: ¿Por qué?
David: Porque me he enamorado de una chica que está enamorada de otro.
Yo: ¿Y lo sabes seguro?
David: Sí, segurísimo.
Yo: Pues olvídate de ella, tienes a miles detrás.
David: Pero es que yo la quiero a ella.
Yo: Hay más, y mejores que ella, seguro.
David: Claro que habrá más y mejores... pero es que ella es la mejor. Es guapa, divertida, su sonrisa... -sonríe- su sonrisa es la más bonita que he visto nunca, es capaz de iluminar hasta el día más oscuro.
Yo: Te mereces a alguien mejor, si ella no se da cuenta de lo que vales es que no te merece.
David: A lo mejor no se da cuenta porque tiene una venda en los ojos con su novio.
Yo: ¿Y si de verdad ama a su novio?
David: ¿Y si su novio solo la quiere por capricho?
Yo: ¿Estás seguro de eso?
Viene Sergio.
Sergio: Ey -nos sonríe-.
Yo: Hola -le sonrío-.
Sergio: ¿Cómo vas?
David: Ya hablaremos enana -me da un beso en la mejilla-.
Se van con los demás.
Yo: Bueno.. voy ahí. ¿Y tú?
Sergio: Esta situación es dura... pero igual.
Silencio.
Un silencio muy incómodo.
Sergio: Eh... respecto a lo de antes...
Yo: Da igual, déjalo, está olvidado.
Sergio: Pero es que Andrea, yo no quiero que lo olvides. Yo te quiero.
Yo: Dani está por aquí cerca, no creo que le guste saber esto.
Sergio: ¿Estás enamorada?
Yo: ¿Qué?
Sergio: ¿Estás enamorada de él?
Yo: Sí.
Sergio: Vale, pero que sepas que no me voy a rendir tan fácil, acabarás enamorándote de mi, el destino nos quiere unir.
Y se levanta y se va.
Vuelve Dani.
Yo: ¿Qué ha dicho Magí?
Dani: Le ha contado todo a la policía y estamos pendientes haber que nos dicen.
Yo: Vale.
Tengo la necesidad de estar más cerca de él, así que me siento encima suya y lo abrazo.
Dani: Tranquila, no te voy a dejar caer.
Yo: Gracias por estar conmigo, gracias.
Dani: Gracias a ti, fea.
Me da un beso en la mejilla y me apoyo en su pecho. Me acaricia la mejilla sin parar y esperamos a que nos digan noticias.




Doctor: ¿Carlos Marco y Silvia Varea?
Magí: Sí, nosotros.
Doctor: Seguidme.
Nos levantamos y seguimos al doctor. Entramos a una habitación y están Silvia y Carlos.
Carlos está escayolado y tumbado, está despierto. Silvia sigue durmiendo. No me gusta nada esa idea.
Doctor: Os cuento.
Todos lo escuchamos en silencio.
Doctor: Carlos se ha roto varios huesos de la pierna y el brazo. Le hemos tenido que dar puntos en la cabeza porque tenía un gran corte y nada más, pero lo queremos tener una semana en observación, por si alguna cosa no fuera bien.
Yo: ¿Y Silvia?
Doctor: A Silvia, después de hacerle muchas pruebas, no tiene nada roto, pero le hemos descubierto un traumatismo cerebral que le ha hecho entrar en coma.
¿QUÉ? ¿QUÉ? ¿QUÉ? No.. no, no, no, no. Veo todo borroso y empiezo a ver blanco.



Andrea, Andrea -oigo voces que me llaman-.
Abro los ojos.
¿Qué ha pasado?
Dani: Andrea -me abraza fuerte-.
Yo: ¿Qué ha pasado?
Dani: Después de darnos la noticia... te has desmayado.
Yo: ¿Ha dicho algo más el doctor?
Dani: Sí.
Yo: ¿A qué esperas para decírmelo?
Dani: Nada... nada. El doctor ha dicho que no es un coma profundo, que cree que en un par de semanas despertará, que tenemos que hablarle como si estuviera despierta, cómo si todo fuera normal.
Yo: Pero es que nada es normal. Mi hermana está en un puto coma.
Dani: Eh.. vamos... tranquila Andrea.
Yo: No, ni tranquila ni mierdas, quiero hablar con ella, aunque no sirva de nada. ¿Dónde está?
Dani: En la habitación.
Yo: Es verdad. Adiós.
Voy para la habitación. Por qué joder, ¿por qué? Que alguien me explique porque me ha pasado esto a mi... todo lo malo me pasa a mi. Esto es una puta mierda, joder. ¿Y si no despierta? Bueno, va a despertar, Silvia siempre ha sido la fuerte y yo la débil.
Entro a la habitación y todos me dejan sola. Menos mal. Incluso sale Carlos.
Yo: ¿Qué? Te parecerá bonito hacerme sufrir eh.
Me siento tonta hablando así, porque no me va a responder.
Yo: No sé si mamá y papá sabrán algo de esto... pero tenemos que avisarles. Sabes que nos van a matar, ¿no? Se supone que soy tu hermana mayor y tengo que cuidar de ti, tengo que preocuparme para que no te pase nada y mírate dónde estás... debería de ser yo la que está ahí, no tú. No sé quién tiene la culpa de esto... pero te juro que lo van a pagar duro. No quiero que me dejes sola, porque no voy a ser capaz de salir adelante si tú no estás, dicen que te vas a despertar... pero ¿y si no? Necesito que te despiertes... también lo necesita Carlos, y Dani, y los demás, y todos. Necesitamos que te pongas bien, por favor. Si te vas... no sé que va a pasar, pero yo voy a caer, otra vez, y no quiero, no quiero volver a caer en el agujero, pero es que esto es tan difícil, te lo juro. Lo estoy pagando con Dani.. y él es quién más me apoya. Yo no sé que quiero hacer ahora, tengo dudas sobre todo.... si yo no hubiera empezado a salir con Dani tú no hubieras empezado a salir con Carlos y ahora todo esto no estaría pasando... ¿y si es una señal para terminar con todo de una vez por todas? No lo sé Silvia... no lo sé. Ahora es cuando necesito que me des tus consejos. Que me digas algo...
Le cojo la mano.
Yo: Sabes que Dani es mi vida.. que lo amo, pero no lo sé. Necesito que me ayudes, hermana, por favor, haz alguna señal para que sepa que me oyes, para que sepa algo.
Empieza a pitar una máquina que lleva. A pitar fuerte sin parar.
Corriendo entran unas enfermeras.
Enfermera: Apártese, por favor.
Yo: ¿Silvia?
Enfermera: ¡Doctor, doctor!
Todos entran y se quedan a mi lado.
El doctor entra con una máquina, oh no.