miércoles, 11 de diciembre de 2013

Capítulo 59.

¿Por qué me llama ahora?
LLAMADA TELEFÓNICA.
Yo: Hola mamá, dime.
Mamá: ¿Que has hecho?
Yo: ¿Cómo que qué he hecho? Nada.
Mamá: Andrea, no me mientas.
Yo: ¡No te miento!
Mamá: ¿Cómo se os ocurre haceros esos tatuajes? ¿¡Estáis locos o qué?!
Yo: Mamá... estamos seguros.
Mamá: Pero y si dentro de un mes ya no estáis juntos, ¿qué? 
Yo: Estaremos, te lo aseguro.
Mamá: Nada es para siempre, hija.
Yo: No digas eso, estamos seguros y ya está hecho.
Mamá: Quiero que me consultes las cosas antes de hacerlas.
Yo: Ya soy mayor para hacer lo que quiera.
Mamá: Tienes 17, te faltan 14 días para ser mayor de edad, así que aún estás bajo mi autoridad.
Yo: No tengo que depender de ti.
Mamá: De momento sí, así que consúltame las cosas antes de hacerlas.
Yo: Que no soy un bebé.
Mamá: Mira, estoy liada, nos vamos a una comida de negocios, y ya sabes, consúltame las cosas.
Yo: Ok, adiós.
Le cuelgo.
Dani: ¿Movida?
Yo: Un poco, pero me da igual, ya soy mayorcita para hacer lo que quiera.
Dani: Pues sí...
Yo: Y ahora, vamos a comer.
Dani: ¿Que te apetece?
Yo: Um... ¿un mejicano?
Dani: Perfecto.
Nos vamos a un restaurante que ya conozco de la zona, muy bueno.



Hemos terminado de comer, son las cuatro de la tarde, estoy llena. Tengo que ir a comprar las cosas para el instituto. Tengo que ir a Carrefour a recoger los libros y comprar algo de material.
Dani: ¿Vamos ya?
Yo: Claro.
Vamos dirección al Carrefour que está un poco lejos. En diez minutos hemos llegado. 
Dani: ¿Por dónde empezamos?
Yo: Por los libros. Vamos a zona de los libros, que allí hay como una caja que te los dan si los tienes reservados.
Dani: ¿Los tienes?
Yo: Claro -le sonrío-.
Dani: Vamos anda.
Vamos para la zona de los libros y vamos a la caja.
Yo: Buenas, tengo un encargo a nombre de Andrea Varea.
Cajera: Buenas tardes, sí, me consta, en un instante se los traigo.
Yo: Vale.
Se va y vuelve con dos bolsas. Omg, cuantos libros. Me da a mi que este curso va a ser muy complicado y duro.
Yo: ¿Cuánto es?
Cajera: Nada, ya está pagado.
Yo: Ah vale, pues gracias.
Cajera: A usted, que tenga un buen curso.
Nos vamos a por material.
Yo: Me hacen sentir mayor cuando me hablan de usted -me río-.
Dani: Pues en 14 días ya serás mayor, tendrás que acostumbrarte, de hecho -me coge un mechón de pelo- te veo una cana y todo.
Yo: Ahora que lo dices, tu llevas más de una.
Dani: Eh, que solo te saco cuatro años.
Yo: ¿Sabes que ahora te pueden acusar de pederasta? ¡Has acusado a una menor! -digo falsamente traumatizada-.
Dani: Eh, eh, eh, que yo todavía soy un yogurín -me guiña un ojo-.
Yo: Un yogurín muy tonto.
Dani: Me quieres -me coge la mano-.
Yo: Calla -le sonrío-.
Se oyen voces y susurros.
Dani: Fea, espera.
Se gira y hay tres chicas. Le piden una foto y eso y yo se las hago. No me molesta nada.
Por cierto, sois una pareja de diez -me dice una-.
Ay, que mona.
Yo: Gracias guapa -le sonrío-. Encantada.
Dani: Vamos, nena. Hasta luego chicas -les dice-.
Nos vamos para la zona.
Yo: Me he acordado de que tengo cosas en mi casa, vamos para allá y las cogemos.
Dani: Vale.
Salimos y volvemos al coche. Vamos a mi casa. Salimos por la avenida y en 10 minutos hemos llegado.
Bajo la bolsa de los libros y subimos.
Abro la puerta y no hay nadie como de costumbre. Se me hace tan raro estar sin Silvia, en serio. Es mi hermana pequeña y pf, se le echa de menos.
Subimos a mi habitación y Dani se tumba en mi cama mientras yo organizo todas las cosas.
De vez en cuando lo miro de reojo, está concentrado en el móvil.
Me pongo a tararear una canción.
Yo: Hoy decidí secuestrarte en mi cama...
Dani: Nena, no me mandes indirectas que te oigo -me guiña un ojo-.
Yo: Imbécil.
Salgo para fuera y voy a la cocina a coger comida para Mickey.
La meto en una bolsa y la dejo encima de la mesa con un poco más de ropa y cosas de aseo y eso.
Vuelvo a la habitación.
Dani: I will catch if u fall.
Yo: Habló el de las indirectas.
Dani: Nena, has cortado el momento romántico.
Yo: Oh, perdóneme usted, como es tan romántico.
Dani: Soy romántico.
Yo: Sólo aveces, y no mucho.
Dani: En la cama sí -me sonríe pervesamente-.
Yo: No me gusta que hables de esos temas, ugh.
Dani: ¿Por qué?
Yo: Me siento incómoda.
Dani: Pues hay que comprar condones.
Yo: Ay, calla -le tiro el primer cojín que cojo-.
Dani: Nena, relaja, parece que estés con la regla.
Me callo, ahí le ha dado.
Dani: Vale, estás. Me gustaría que me dijeras cuando estás, ya sabes, para saber cuando podemos y cuando no.
Yo: Que sí, calla.
Dani: ¿Cuándo te bajo?
Yo: Ayer.
Dani: Huesos, voy a estar a dos velas.
Yo: Eres un pervertido.
Dani: Me amas.
Yo: Um... no.
Dani: ¿Cómo que no?
Yo: Sólo si me coges.
Y salgo corriendo por el pasillo. Él enseguida se levanto y va con el móvil en la mano, cómo grabando.
Yo: ¡Atrápame si puedes!
Dani: Ya verás como te coja, ¡te voy a comer a besos!
Yo: No serás capaz.
Y en cero coma, me ha cogido.
Yo: No me comas, no, por favor -y empieza a darme besos por el cuello y a hacerme cosquillas-.
Dani: Saluda fea.
Yo: ¿Es un vídeo?
Dani: Sí -sonríe-.
Yo: Pues nada, aquí estamos, que el feo este me ha pillado y me va a comer a besos, o eso dice.
Y empieza a darme besos por la mejilla y por la comisura y empezamos a reír y para el móvil.
Dani: Este vídeo va a ser un pasote.
Yo: Haber.
Dani: Lo subo ya, espera.
Volvemos a la habitación riéndonos.
Dani: Listo.
Voy a su lado y cojo su móvil y le doy al play, está en insta y veo el título: los momentos a su lado no los cambio por nada.
En el vídeo salgo yo corriendo y Dani hablando diciendo: va a morir de mis besos... dice que solo me quiere si la pillo, así que... si es que es la mejor. Y me enfoca al culo, será... será... ¡será salido! Y ya cuando hablo yo y eso.
Yo: ¿Y esa parte de mi culo? -le miro con cara rara-.
Dani: Nena, tienes un buen culo -me da una palmada-.
Yo: Tonto.
Dani: Sabes que es verdad, y con los shorts, me encantan como te quedan.
Yo: Anda, vámonos para el piso que aún nos da tiempo a bañarnos un rato, que hace buen día.
Dani: Vamos.
Cojo bikinis de mi armario, vamos a la cocina y los meto en la bolsa con la demás ropa.
Yo: Vamos.
Salimos y pongo la alarma.
Subimos de nuevo al coche y vamos a nuestra casa... suena bien, NUESTRA CASA.


Estoy con el bikini en el aseo, voy para la piscina ya, este bikini es nuevo, no me gusta mucho, no sé.
Dani está en el bordillo de la puerta grande de cristal, es como una ventana grande.
Salgo.
Dani: Wow -silba-.
Yo: Calla que no me gusta este vestido.
Dani: Foto fea.
Yo: Espera.
Voy a por las gafas de sol y me las pongo y me hago un moño rápido.
Dani: ¿Ya?
Yo: Sí.
Dani: Di... patata.
Me río.
Dani: Listo.
La sube a Insta y de título pone: A estrenar nuestra piscinita... nuevo piso










Yo: Venga, ahora tú otra foto.
Dani: Venga, vale.
Se tumba en la tumbona y se pone las manos en la nuca.
Dani: ¿Salgo bien?
Yo: Que sí, pero calla.
Le hago una foto, la subo y de título le pongo: El feo este se quiere poner morena como yo.
Dejamos el móvil en la mesa de la terraza y nos metemos a la piscina.
Yo: Está un poco fría eh.
Dani: ¿Sí? Espera que voy yo para allá y ya verás que pronto te caliento.
Le miro raro pero esa frase promete.
Viene poco a poco hacia mí, ¿qué hará? Estoy intrigada y emocionada y mi cuerpo del ombligo para abajo sabe lo que va a pasar.

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